Capitulo 3

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Desperté con un horrible dolor de cabeza y mucha sed, la noche de ayer había terminado muy mal.
Abrí los ojos y miré a todos lados, no estaba en casa de Myke, traía un playera de hombre ¿Qué había hecho?.
En el buró había una aspirina y un vaso de agua.

- Bueno, no pensó en el consentimiento pero sí que despertaría con una horrible resaca- tome la aspirina.

- ¿Con quien hablas?- me sobresalté.

- Mierda- abrí los ojos exageradamente- ¡¿No haz escuchado lo que es el consentimiento de ambas partes Cabron?!- le arroje una almohada.

- ¡¿De qué hablas?!- me miró confundido.

- ¡Te aprovechaste de que estaba ebria y te metiste en mi cama!- lo empuje.

- En teoría tú te metiste en la mía- rodé los ojos.

- ¡Eres un idiota!- volví a empujarlo.

- Hey, tranquila- me tomó por los hombros- No dormimos juntos ni hicimos nada- fruncí el ceño- ayer te pusiste muy mal, vomitaste y te traje a mi casa porque no sabía dónde era la tuya- suspiré.

- Estoy viviendo con Myke- rio.

- Pues ayer estabas muy ebria como para decirme- me soltó- yo dormí en el cuarto de invitados, no te preocupes.

- Ok, gracias- murmure.

- ¿Qué? ¿Kalani diciéndole gracias a alguien que no sea Myke? Esto no me lo creo- rodé los ojos.

- Eres un idiota Alejandro- golpee su hombro.

- Hice el desayuno- negué.

- Ya tengo que irme ¿dónde está mi ropa?.

- En la secadora, ven a desayunar mientras se seca- alce la ceja.

- ¿Tenias todo planeado?- alzó los hombros.

- Puede ser.

- Bobo.

- Baja a desayunar- bajo las escaleras.

Sonreí inconscientemente, me recordaba a los tiempos en los que éramos una relación sana, cuando nos amábamos y cuidábamos el uno del otro. Todo eso cambio cuando Rauw salto a la fama.

- Lo odio tanto- me susurré a mi misma.

Baje las escaleras y entre a la cocina donde Rauw estaba sirviendo Pancakes.

- ¿Aprendiste a cocinar?- me miro.

- Te fuiste, tuve que aprender a hacerlo- rodé los ojos.

- Si, la sirvienta se fue y tu tuviste que hacerlo todo- me senté.

- Nunca fue así- me dejó la mermelada y la mantequilla de maní a un lado, me conocía tan bien.

- Tú no lo veías así.

- Yo te veía como la chamaquita con la que me iba a casar- reí sin gracia.

- Lo hiciste por compromiso- negó.

- Lo hice porque te amaba- ese "te amaba" me rompió el corazón.

- Ahora no quiero hablar eso- metí un pedazo de Pancake a mi boca.

- ¿Café?- asentí- tu teléfono está cargando en mi estudio.

- Gracias- le di una pequeña sonrisa.

Siendo honesta era algo incómodo estar desayunando con mi ex novio después de que me haya sacado de un club por lo ebria que estaba.

- Tu vestido está listo- caminó al cuarto de lavado.

Tatto (Rauw Alejandro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora