Capítulo 19

451 24 13
                                    

Narra Lio:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Lio:

— ¿Por qué lo hiciste? — me interrumpió Dan.

El papel que llevaba guardando semanas y que llevaba a todas partes para que él no lo viera, había sido descubierto.

— Yo… no lo sé, es complicado — dije mirando hacia otro lado.

— ¿No quieres volver?

— ¡No! Claro que quiero… pero, también quiero quedarme — dije sintiendo unas cuantas lágrimas en mis ojos — no quiero separarme de ti Dan.

Él se levantó y se sentó en la orilla de la cama.

— Estarías mejor con tu familia Lio, lo sabes.

— P-pero yo quiero estar contigo.

— ¿Aún después de todo lo que hice? ¿No lo recuerdas acaso? Te arrebate de tu familia, te encerré en un calabozo y estando aquí te hicieron daño, me siento tan mal por eso… incluso ahora estás dudando de volver con tu familia, por mí.

— Dan, escúchame, yo quier- — me interrumpió.

— Creo que lo mejor sería que regresaras…

— ¿Q-qué? P-pero, no quiero, aún no, q-quiero estar contigo.

— Lio — dijo esta vez mirándome a los ojos — ambos sabemos… que es lo mejor.

— N-no, no lo es…

— Es lo mejor, te regresaré con tu familia mañana, sólo, permíteme estar una última noche a tu lado, es todo lo que pido.

— D-dan — dije sin poder evitar que las lágrimas salieran — n-no quiero separarme d-de ti, porfavor.

— Lio… — tomó mi cara y me miró con tristeza — no quiero seguir alejándote de tu familia, no quiero que renuncies a tu antigua vida… por mi culpa — noté como sus ojos se ponían un poco llorosos.

Sin dudarlo lo abracé, él no tardó en corresponder el abrazo y se aferró a mi.

— Lamento todo lo que has tenido que pasar desde que te traje aquí.

— No te atormentes, todo lo malo que haya pasado… eso ya no importa Dan, gracias a que me trajiste aquí es que me enamoré de ti, no pienso apartarme de tu lado — le dediqué una pequeña sonrisa.

— Pero tus padres…

— Dan…

— Lio, debes volver.

— De acuerdo… sólo, por esta noche, olvidemos eso… ¿Si?

— De acuerdo, ¿Puedo besarte?

— Claro que puedes — le sonreí.

Él tomó mi cara con gentileza y me besó, llevó una de sus manos a mi cintura y la acarició suavemente.

Ambos dormimos abrazados, como si fuera nuestra última noche juntos, realmente no sabía si sería así, pero preferí disfrutar ese momento a su lado, por si acaso al día siguiente cambiaba todo…

El Esclavo Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora