Lionel Dankworth es un chico cuya familia tiene problemas económicos, su padre pidió un préstamo al rey, de quien se rumorea es cruel, especialmente con sus esclavos, eso dicen todos sobre Dan Edevane. Al no cumplir con el plazo de tiempo para regre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Lio:
— ¿Por qué lo hiciste? — me interrumpió Dan.
El papel que llevaba guardando semanas y que llevaba a todas partes para que él no lo viera, había sido descubierto.
— Yo… no lo sé, es complicado — dije mirando hacia otro lado.
— ¿No quieres volver?
— ¡No! Claro que quiero… pero, también quiero quedarme — dije sintiendo unas cuantas lágrimas en mis ojos — no quiero separarme de ti Dan.
Él se levantó y se sentó en la orilla de la cama.
— Estarías mejor con tu familia Lio, lo sabes.
— P-pero yo quiero estar contigo.
— ¿Aún después de todo lo que hice? ¿No lo recuerdas acaso? Te arrebate de tu familia, te encerré en un calabozo y estando aquí te hicieron daño, me siento tan mal por eso… incluso ahora estás dudando de volver con tu familia, por mí.
— Dan, escúchame, yo quier- — me interrumpió.
— Creo que lo mejor sería que regresaras…
— ¿Q-qué? P-pero, no quiero, aún no, q-quiero estar contigo.
— Lio — dijo esta vez mirándome a los ojos — ambos sabemos… que es lo mejor.
— N-no, no lo es…
— Es lo mejor, te regresaré con tu familia mañana, sólo, permíteme estar una última noche a tu lado, es todo lo que pido.
— D-dan — dije sin poder evitar que las lágrimas salieran — n-no quiero separarme d-de ti, porfavor.
— Lio… — tomó mi cara y me miró con tristeza — no quiero seguir alejándote de tu familia, no quiero que renuncies a tu antigua vida… por mi culpa — noté como sus ojos se ponían un poco llorosos.
Sin dudarlo lo abracé, él no tardó en corresponder el abrazo y se aferró a mi.
— Lamento todo lo que has tenido que pasar desde que te traje aquí.
— No te atormentes, todo lo malo que haya pasado… eso ya no importa Dan, gracias a que me trajiste aquí es que me enamoré de ti, no pienso apartarme de tu lado — le dediqué una pequeña sonrisa.
— Pero tus padres…
— Dan…
— Lio, debes volver.
— De acuerdo… sólo, por esta noche, olvidemos eso… ¿Si?
— De acuerdo, ¿Puedo besarte?
— Claro que puedes — le sonreí.
Él tomó mi cara con gentileza y me besó, llevó una de sus manos a mi cintura y la acarició suavemente.
Ambos dormimos abrazados, como si fuera nuestra última noche juntos, realmente no sabía si sería así, pero preferí disfrutar ese momento a su lado, por si acaso al día siguiente cambiaba todo…