Estúpida fiesta

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Me gustan mucho las fiestas pero odio salir y sobretodo odio a la mayoría de las personas de este planeta. Así que no salgo mucho a fiestas pero no dejaré que el idiota piense que tiene razón –y sí, por idiota me refiero a Tyler, no merece que le llamen de otra forma– así que armé un plan.

Está noche después de la cena voy a hacer como sí nada, me acostaré y cuando todos estén dormidos saldré por la puerta trasera, que está en la cocina. A todo esto Alek me estará esperando en su carro, que estará estacionado frente a la casa de al lado. No va a ser tan complicado, mis padres duermen en cuartos separados y la habitación que está más cerca de mi cuarto es la de mi mamá. Les explico:

El pasillo es largo y amplio, tiene unas 4 puertas y una ventana más o menos grande en el fondo, mi puerta es la que está en el medio y está en el lado izquierdo, la puerta de mi mamá es la que está al fondo y del lado derecho. Hay un espacio como de unos 5 o 7 metros entre la puerta de mi mamá y la mía, y antes de llegar a la puerta de mi mamá, hay un baño. Después de salir, a unos metros están las escaleras. La puerta del patio trasero está en el comedor y la habitación de mi padre está abajo cerca del comedor pero no está tan cerca como para que me escuche.

Es decir, en pocas palabras, es un plan perfecto.

Empiezo a mandar mensajes del plan al grupo que tenemos los gemelos, Aleky y yo, sé que no conocen a los gemelos todavía pero estoy segura de que irán a la fiesta. Luego de unos minutos después de haber mandado el plan, el primero que responde es Sebastián, uno de los gemelos.

«Ok, ok, es un buen plan, de hecho.»

«Alek...¿tú qué dices?»

«Ok....pero si te atrapan estarás frita, lo sabes ¿no?»

«Si, si, lo sé :P»
«Y tú Elías? Que opinas?»

«Bueno, no me gusta el plan,
pero está bien, al final no seré yo el que maten.»

«Yay!!!!! ^_^»
«Espera, ¿que?»

Dejo el teléfono de lado y empiezo a hacer algunas tareas que tengo pendientes.

•••

Después de unas horas y luego de haber terminado algunas tareas, empiezo a buscar un vestido en mi armario. No quiero algo muy recatado pero tampoco algo que muestre tanto.

Luego de revisar mi armario encuentro un vestido negro, corto, ceñido pero sencillo, con mangas largas. Es completamente hermoso. Sonrío para mí misma.

—¡Abby, a cenar! —Me llama mi mamá desde la cocina. Pongo el vestido de nuevo en el armario y debajo de el pongo unos tacones negros.

Bajo las escaleras y me siento en la mesa del comedor. El ambiente se siente tenso -como todos los días-, aunque hoy el ambiente es más lúgubre de lo normal. Mi mamá sirve la comida sacándome de mis pensamientos, veo la comida y empiezo instintivamente a babear; ella preparó lasaña, pollo asado y una ensalada de verduras.

Mi mamá se sienta y empezamos a comer en silencio. Siempre ha sido así, no nos hablamos ni nos contamos cómo nos fue en el día, que se supone que es lo que hacen todas las familias normales.

Ni siquiera sé si en algún momento fue diferente pero supongo que no, ha sido así por tanto tiempo....

Cuando era más pequeña deseaba tener otra familia y soñaba con ello, fue difícil ver a los niños a mi alrededor felices con sus padres en cada evento, cada recital, cada reunión, y aún ahora sigue siendo difícil lidiar con ello, trato de no pensar en eso y de no tomarle importancia pero es complicado y más viendo a los padres de Alek o de los gemelos.

La verdad siempre sale a la luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora