Capítulo 4

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Wade estaba en conflicto, por un lado se sentía jodidamente eufórico, por el otro, el terror lo invadía, tenía miedo de hacerle daño o apegarse demasiado a Spiderman, sin embargo, eso no era lo peor que podría pasar.

(Las oportunidades para entrar en ese trasero acaban de aumentar) amarillo cantó con voz profunda. [El idiota entro a la boca del lobo] masculló blanco.

Los ignoró mientras llevaba a Peter a la habitación de invitados, abrió la puerta haciéndose a un lado para permitirle entrar.

—Disculpa este cochinero, mi querido Spidey, Al no ha querido venir a limpiar últimamente, probablemente porque no quiere salir de su exclusivo asilo con spa.

—¿Quién?

—Una antigua vecina, con un carácter del demonio —dijo y soltó un sollozo—, la extraño. —Limpió unas falsas lagrimas sobre su máscara, después dio un aplauso— En fin, esta es la habitación de invitados. Iré a comprar sábanas limpias y todo eso.

—No tienes que molestarte, yo puedo dormir así… —Le lanzó una mirada a la polvorienta cama— o en el sofá.

—Oh, no, no, Webs eres mi invitado, no puedo dejarte dormir en la sala… no sé las cosas que están guardadas ahí, recuerdo haber colocado una pizza bajo un cojín y un par de juguetes explosivos también.

No era el único tipo de juguete metido en las orillas del sofá.

—Esta bien, puedo limpiar.

Wade rio falsamente.

—No, podrías perder una mano ahí. Realmente preferiría que utilizarás la habitación, esa cama es el lugar más limpio en todo este lugar.

Peter entonces terminó por aceptar para alegría de Wade.

Wade había notado el paranoico comportamiento de Spiderman cuando habían salido del departamento, el chico había estado nervioso, mirando a todos lados y a todos, rascando su nunca y brazos en cada oportunidad, solo cuando habían entrado a su edificio el chico había parecido calmarse sin darse cuenta.

Era una respuesta bastante lógica por lo que le había ocurrido, era mejor que lo que Wade había hecho tras escapar. Peter no era la clase de persona que cazaría a los responsables de su secuestro para torturarlos y asesinarlos lentamente por venganza y diversión, y no es como si pudiera. Wade los había matado a todos, le sorprendía y aliviaba el chico no lo hubiera reprendido por eso.

                           **************

Peter se había hecho con la tarea de limpiar, había sido difícil dado que Deadpool no tenía muchos elementos de limpieza, y había descubierto tantas cosas, estaba seguro de haber encontrado una granada pintada manualmente de rosa, Wade se la había quitado con mucho cuidado para después guardarla en el refrigerador.

Se preguntaba si realmente había hecho lo correcto al mudarse con el mercenario.

Terminó de hacerle un nudo a la última bolsa negra completamente llena junto a la puerta, había cinco bolsas en total, que sinceramente no planeaba salir a tirar.

Al mirar hacia el pasillo descubrió a Deadpool con un traje de maid saliendo de su habitación, llevaba un elegante plumero y altos tacones negros, un gorrito negro, el traje era negro y blanco con volantes, un corsé negro de tirantes y blusa de mangas anchas junto una falda demasiado corta en su opinión, aunque pensar eso era raro dado que Wade seguía usando el traje rojo debajo. Aún así, desconcertante.

—Listo para el trabajo duro, mi señor —dijo en una pose que pretendía ser sexy y reverencial al mismo tiempo.

—Seee… Ya termine, agradecería que salieras a deshacerte de esto.

—¿Tan rápido? —preguntó decepcionado, mientras avanzaba como una supermodelo en pasarela a través del pasillo.

Tenía que admirar su habilidad para andar con esos tacones.

—Fueron cinco horas, Wade.

—Ah… no encontraba mi traje… ¿Por cierto te gusta?

Peter asintió, él no era nadie para juzgar los gustos o preferencias de los demás, además el disfraz estaba realmente bien hecho.

—Es genial. Um. ¿Lo compraste en línea?

El mercenario soltó un bufido poniéndose las manos en la cintura.

—No, lo compre durante mi último trabajo en Japón tras terminar con un grupo yakuza… tengo fotos si quieres ver.

—Quizás después, ahora quiero… —Señaló el sofá en medio de la sala de estar— descansar un poco.

Toda la actitud de Deadpool se volvió aburrida.

—Si, lo sé, esta escena es demasiado cliché, yo vestido de maid, pero dale un poco de crédito a la pobre autora, la mujer lo intenta.

—No tengo idea de lo que estas hablando —dijo tras sentarse en el sofá—, en serio, como, ni idea.

Nunca lo he hecho. Quizás debería intentar entenderlo un poco más. Ahora sabía Wade lo admiraba de forma sincera, eso era un poco genial, miró al hombre que había comenzado a limpiar el polvo de los ya limpios muebles sin decir nada.

Recordó lo que le había dicho en su departamento. Se había decidido a ser más amable con Wade.

Miró las repisas llenas de películas y videojuegos.

—¿Podemos jugar?

Wade dejó caer el plumero, dio un saltó y aplaudió emocionado antes de correr hacia él.

—¡Si! ¿Qué quieres jugar? Tu solo di un nombre, Spidey.

Había pasado un tiempo desde que jugo videojuegos, ser Spiderman no le daba mucho tiempo libre, razón por la que había decidido tomarse un año sabático de la universidad en realidad, no tenía idea de que juegos eran populares hoy en día.

—Mmm, ¿injustice?

Deadpool lo miró fijamente.

—Si vuelves a decir algo como eso voy a tener que pedirte abandones el departamento.

Rió divertido.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Injustice arruino el Superman de una generación.

—Vamos, no es tan malo.

Wade se puso las manos en la cintura antes de mirar hacia arriba.

—Perdónalo, señor.

Le lanzó un cojín. —¿Entonces qué?

El mercenario suspiró y caminó hacia las repisas.

—Oh, mi querido padawan, tanto necesitas de mi.

Peter puso los ojos en blanco, apoyó los codos sobre sus muslos para sostener su barbilla entre sus manos y observarlo entretenido.

—Entonces guíame, Miyagi sensei.

Wade lo miró sobre su hombro.

—Respuesta y referencia equivocada, pero aún así obtienes un punto por ser una referencia al fin y al cabo.

Peter sonrió divertido y relajado. Agradecía mucho Wade no hubiera mencionado su patético comportamiento de antes, no era algo en lo que quisiera pensar. Apostaba ni el Capitán América o Iron Man tendrían ataques de pánico tras un secuestro, héroes como ellos sabrían lidiar con ese tipo de secuelas.

Peter luchó por mantener su sonrisa cuando una ola de recuerdos sobre gritos de auxilio y bolsas de cadáveres inundaron su mente.

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Linduras, gracias por leer.

Un sentimiento realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora