El inicio del Caos, año 3989, todo aquello que conocíamos estaba desapareciendo a un ritmo acelerado. Se inició una gran guerra mundial que separó la alianza de todos los países, nuevas enfermedades y epidemias aparecieron llevándose a su paso a la mitad de la población, gran parte de la otra mitad se las llevó la guerra. Los famosos, políticos, billonarios, accionistas etc. Decidieron unirse y levantar una ciudad donde solo ellos podían sobrevivir, abandonando tras las murallas de la ciudad a las personas que habían dado su vida por confiar en ellos.
Se creó una nueva pirámide social, coronándola estaban los ricos, los políticos y altos cargos, que solo miraban por su fortuna y por ellos mismos. Seguidamente los militares, personas estrictamente entrenadas para mantener el orden y la seguridad de la ciudad, la religión no formaba parte de la ciudad, ya no había ni un solo creyente de esas palabras vacías. Al final de la pirámide se encontraban los trabajadores, los cuales eran tratados como esclavos, gente común que habían dejado su humanidad para trabajar día y noche para complacer al top piramidal. Los programadores, ingenieros, mecánicos y reparadores trabajaban cada día fabricando androides y robots para el uso doméstico. Los arquitectos y obreros al inicio fueron importantes en la creación de la ciudad, pero una vez terminada y con la muralla hecha fueron asesinados sin piedad, pues en la ciudad no había sitio para gente inútil. Desde ese día, el lema de la ciudad fue "trabaja para vivir un día más"
Año 4005
-Soldados despierten si es que quieren vivir para ver la noche llegar!- Resonó la voz por todo el edificio, despertándome de un salto y provocando que maldijera al supervisor de planta.
Me vestí con el uniforme de la guardia y salí corriendo hacia el comedor donde se dirigían todos mis compañeros.
Era una gran sala de 2 pisos, en la planta baja se encontraban los cocineros robots con los platos de comida y una gran cantidad de mesas alargadas, en el centro se encontraba una escalera de caracol que llevaba al segundo piso, el cual solo tenía más mesas. Entré y agarré mi plato para ir a buscar la mesa de mi pelotón, comimos en silencio y con calma a diferencia de las otras mesas, cuando terminamos fuimos a la puerta y el capitán nos informó de varias misiones que nos habían asignado a cada uno de nosotros, además del itinerario que seguiríamos esa semana. Para mi suerte hoy no tenía ninguna misión asignada así que podía pasearme por las instalaciones y tomarme un merecido descanso de mis actividades.
No sé quién fue la persona que diseñó la distribución de la ciudad, pero me parecía ingenioso cuanto menos. La ciudad era un hexágono perfecto, donde en cada punta se encontraba una torre de vigilancia donde los soldados de bajo nivel se iban turnando para hacer guardia tanto al exterior de la ciudad como a los barrios industriales y de la gente común. Luego se encontraba un hexágono más pequeño que era el distrito militar, aquí se encontraban los edificios donde vivíamos, entrenábamos y convivíamos. Y en el centro de la ciudad en forma circular estaba el distrito de los altos cargos, lleno de lujos, comodidades, alta vigilancia etc. Cada uno de estos distritos era dividido por un muro de menor tamaño al muro exterior, y que servía para mantener a raya cada nivel piramidal, los únicos capaces de moverse entre todos los distritos eran los militares para hacer su trabajo.
El Distrito Militar era bastante amplio, no tan lujoso como el distrito central, pero vivíamos mucho mejor que la gente común, teníamos múltiples gimnasios, salas de entrenamiento, grandes almacenes con una basta variedad de armas y por supuesto, unos complejos de edificios donde dormíamos y pasábamos las horas libres.
Dentro de mi edificio se encontraba un lobby adornado con plantas y armas, en el centro había una estatua de un soldado apuntando hacia la puerta con una escopeta, sin duda era una maravillosa idea para dar la bienvenida a la gente que llegaba. A cada lado de la sala se encontraban los ascensores y las escaleras para ir a los distintos pisos, y en la pared estaba colgado la distribución de las habitaciones y los horarios para usar las instalaciones. En cada planta se votaba a un supervisor, que era el encargado de asegurarse de que nos despertásemos a la hora y regresáramos a las habitaciones antes del toque de queda a las 3am, al inicio los supervisores eran robots programados con alarmas, pero varias veces a la semana eran reprogramados para que sonasen a horas distintas o directamente no avisaran, así que se acabaron quitando. Lo más impresionante es que dentro del distrito el 60% está formado por robots y androides, y el 40% restante son humanos.
Yo soy una de ese 60%, mi nombre es Evelyn, soy la androide más perfecta creada y además soy uno de los mejores soldados del distrito.
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Experimento 38
Science FictionTras la gran contaminación y distintas pandemias que azotaron a la población, la gente mas importante del mundo construyó una ciudad solo para ellos, abandonando al resto de la población, desarrollaron robots y androides para vivir tranquilamente. ...