PROLOGO

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Me desperté aquella mañana del 23 de septiembre con la intención de hacer algo productivo.

No lo conseguí.

¿Por qué? Simplemente no me apetecía hacer nada desde hace unos meses atrás. ¿Por qué? Sigue sin haber una respuesta lógica para esa pegunta que tanto me aturdía. Esas dos malditas palabras del demonio. "Por" "qué".

¿Por qué soy así?

¿Por qué me siento vacío?

¿Por qué no puedo ser como los demás?

¿Por qué me siento prisionero si no estoy encerrado?

¿Por qué nací?

¿Por qué estoy vivo?

¿Por qué no morí cuando tendría que haberlo hecho?

¿Por qué existo?

¿Por qué parezco invisible?

¿Por qué mi padre me abandonó?

¿Por que mi hermano tuvo que morir?

¿Por qué estoy escribiendo esto?

¿Por qué?...

Todas esas preguntas machacaban mi cabeza. Mi cabeza machacaba mi cabeza. ¿Qué irónico no? Yo fui, soy y seré el causante de mi desgracia. Y ahí venía de nuevo esa pregunta. "Vamos Marco, formula la jodida pregunta" pensé.  ¿Por qué? Ya empezábamos de nuevo. En otras condiciones esto hubiera sido una historia interminable. Algo que se repite una y otra vez sin ninguna razón. Mi madre me dijo en una ocasión que todo tiene un final. Todos vamos a tener uno. "Oh joder...¿por qué?" Por qué así somos Marco. Moriremos de la misma forma en la que nacemos. Todos tenemos el mismo destino. Cada día nos acercamos más a ese día. Cada minuto, cada segundo, cada milésima. "Esto es siniestro Marco, déjalo ya" ¿Debería hacerle caso a mi mente e ignorar la realidad a la que estoy enganchado? ¿Sería de esta manera más feliz? No creo. Tan solo sería prisionero de mi propia mentira. Me estaría traicionando a mi mismo. "Eres joven Marco, aún tiene futuro. Un futuro maravilloso. Encontrarás alguien especial, viviréis juntos, tendréis hijos, disfrutareis de una vida preciosa." Hasta que les traicione. Hasta que les deje de lado y me vaya. Hasta que vuelva a caer en ese agujero negro. "Sobrevivirás, igual que has hecho muchas veces antes" No quiero sobrevivir cabeza estúpida. Quiero vivir. Tan solo eso. " Pides mucho, amigo. Pides demasiado" En eso estábamos de acuerdo. Tan solo en eso.

Decidí dejar a un lado todo eso y salir a la calle a despejarme. Podría ir a ver el atardecer, o jugar con el perro de mi vecina. Quizás cenaría en algún restaurante pobre de mi barrio. Podría simplemente sentarme en la calle y ver a las hormigas pasar. Si, hormigas felices cruzando la calle. Absorto en mis pensamientos tropecé con los pies de alguien. Era una chica. "Huye Marco, huye" Me pudo la humildad, supongo.

-Lo lamento- la chica me miro con desesperación - Soy Marco Cohen.

Me observaba con miedo, como si fuera un agente de policía que en cualquier momento va a sacar unas esposas para detenerla.

-Ayúdame- me cogió del brazo para comenzar a correr hacía dios sabe donde. Mierda, ¿Dónde me había metido?

"Te avisé" Oh cállate cabeza estúpida.

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