Aveces se cree que las amistades que se forman durante la infancia no llegan a ser duraderas. En ocasiones, las personas se distancian y jamás vuelven a hablarse.
Aunque ese no fue el caso de Naofumi y Motoyasu. Ambos se conocían desde niños. Jugaban juntos en el parque y solían hacer pijamadas en la casa del rubio, ya que los padres de este siempre viajaban y el joven Kitamura se mantenía solo en casa.
El como se conocieron, podría ser algo interesante. . .
Como todos los días, Motoyasu había escapado de casa un momento para ir al parque que se encontraba a unas cuadras de su casa y jugar un poco. Pero no contaba con que en esa ocasión, encontraría a un pequeño niño de hebras negras llorando frente a un grupo de niños mayores que el, quienes amenazaban con golpearlo si no les daba su dinero.
El no lo dudó dos veces y se abalanzó encima de uno de los abusivos del menor, mientras los otros dos trataban de quitárselo de encima. El de orbes ámbar, hizo lo que pudo, mordió, golpeó y hasta incluso pateo a aquel niño con tal de proteger al niño que miraba con asombro a su salvador.
Al haber logrado quitarle al menor de encima, los tres salieron corriendo despavoridos viendo al niño que Motoyasu agredió, el cual, lo dejo lleno de marcas, moretones y hasta incluso logro sacarle sangre de la nariz.
—No debiste hacer eso. . .—Menciono el pequeño que estaba tratando de tranquilizar su ya un tanto calmado llanto—Hubiera preferido darles mi dinero. . .así al menos tú tampoco habrías salido lastimado. . .
—¡Nada de eso!—Menciono dándole una gran sonrisa, restándole importancia al dolor que sentía en ese instante ya que los otros niños lo habían golpeado—No soporto ver peleas injustas, eran tres contra uno. . .
—La verdad no me importa. . .al final ya estoy acostumbrado a que me quiten el dinero. . .
El pequeño de ojos naranjas estaba molesto, ¿Como podía permitir que lo trataran así? Era irritante.
—¡¿Como puedes permitir semejante injusticia!? ¿Sabes que? ¡De ahora en adelante yo te protegeré!—Mencionó dedicándole una gran y amistosa sonrisa—¡Mi nombre es Motoyasu Kitamura! ¿Cual es el tuyo?
—Naofumi Iwatani. . .—Dijo el de orbes esmeraldas lo más bajo que pudo, casi tratando de ser inaudible para el rubio frente suyo.
—¡¡DILO CON MÁS FUERZA!!
—¡NAOFUMI IWATANI!—Termino gritando también ya que le tomo por sorpresa que el contrario le gritase.
—¿Ya ves? No era tan difícil decirme tu nombre—Volvió a sonreír una vez más—¿Donde estan tus padres?—Pregunto sintiendo curiosidad, ya que por lo que parecía, el pequeño estaba completamente solo.
