Una ráfaga de viento me rodeo, olía a putrefacción y solo se detuvo en cuanto estubo frente a mi.
Era una mujer, alta y delgada, le faltaban los ojos y dónde devia estar el corazón solo quedaba un profundo hueco que, por alguna razón seguía sangrando.
Baje mi postura, solo era un alma en pena, no ganaría nada peleando con ella.- Nada que sea suyo- respondí fríamente
-por desgracia se volvió mío en cuanto entraste... lobito- diciendo esto, del techo aparecieron otros como ella, alrededor de 50 o más, a todos les faltaba un órgano, no pude evitar mostrar mi desagrado a esto.
- como vez aquí no eres bien venido- señalo a los otros.
- Solo vine por algo que necesita Mio-
Recobre mi posición con bakusaiga.Todos empezaron a susurrar, y observé como un anciano se abría paso, mientras los otros le mostraba respeto.
-No eres el prometido de Mio, ¿porque deberíamos creerte?- resoplo el anciano - Y si lo fueras, te mataríamos de todas formas- se burlo entre dientes.
El aura del lugar cambio, tornándose más pesada, obscura. Había entrado a la boca del lobo, pensé que podrían matarme, pero "exorcisarme" ya era demasiado, si al menos pudiera atravesarlos con bakusaiga.
-¡Esperen!- grito una mujer desde atrás- No pueden hacer esto, le conozco- observo al anciano; no le había visto la cara, pero si me conocía solo podía ser una persona.
El anciano la evadió.-hemos echo tratos con los de tu "clase" antes y observamos ahora, todos muertos y desmembrados, con descendientes inútiles que deben cargar con el peso de nuestras acciones y...- trataba de aguantar la risa - Un demonio perdidamente enamorado-
Todos rieron, todos con excepción de la mujer que me miraba, anhelando volver a ver a su hija y poder estar con ella.
Mierda, estaba tan debilitado, pero Mio no era una inútil.-No se de qué habla, Maldito sacerdote sin pelo, pero le aseguro que si no hace algo para salvar a su última descendiente, yo mismo lo mandaré directo al infierno, no sin antes matar a esa estúpida sombra-
Todos guardaron silencio observando al anciano.
- Cres que me importa la chica- grito. - Con el otro ya tenemos más que suficiente- se sentó en algo parecido a un trono - Ninguno de los dos podrá hacerle frente a esas sombras-
Observé a mi alrededor, me sentí un poco más ligero. Si esas sombras eran tan peligrosas como lo pensaba, Mio estaría en grandes problemas.
Podría ocuparlo a mi favor.
-Que desgracia- empecé - la dinastía más reconocida de sacerdotes y sacerdotisas, le teme, AHORA a unas pequeñas sombras, de las cuales sus antepasados destruyeron sin mayor esfuerzo- me rei por lo bajo
-No sabes de lo que hablas- gritaron al fondo
-Es cierto, son solo peones, pero su fuerza...-
-CÁLLENSE, NO ES DE LA FAMILIA, NO REQUIERE ESA INFORMACIÓN- grito el anciano.
-Pero señor, mi hija puede pelear en igualdad de condiciones con ellos, ella puede...
- he escuchado suficiente, ¡Quien le permitió hablar!- la miro fijamente -recuerda pequeña, que por TÚ culpa todos ellos están aquí-
Eso no sirvió de nada, empezaron a pensar que entre todos matarían a las sombras y estás eventualmente los llevarían a su creador; para acabar definitivamente con él.
Las voces se empezaron a intensificar, todos creyéndose superiores a los otros y olvidándose por completo de mi.
Estaba libre, ya podía escabullirme y agarrar la caja de Mio.
Solo tenía que hacer un agujero en la pared para escapar, las escaleras estaban repletas de ellos y explotar su casa no me dejaría en buenos términos con ellos.Escape.
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Seshomaru X Mio (tu).
RandomUna chica de preparatoria con un pasado triste,en un mundo aburrido y con su pasatiempo que es el anime decide crear su máquina para viajar al mundo del anime.