prólogo.

5.5K 586 363
                                    

No sé cómo llegué aquí, pero ahora me encontraba en el auto de dos personas totalmente desconocidas para mí; que desde ahora serían mis padres.

No tengo recuerdos sobre mis padres biológicos, lo único que se es que me dejaron a mi suerte en un callejón de la ciudad cuando tenía a penas 6 meses; un oficial de policía que pasaba por ahí me trajo hasta al orfanato, no lo dejaron hacerse cargo de mi.

Todo lo que hacía era contestar cortante a lo que me decían ambos adultos, solo por educación y sin prestar demasiada atención, lo único que me hizo sentir un poco de emoción, fue que iba a tener una mascota, un gato, más específicamente.

— ¿es bastante lindo, no crees?— fue lo que dijo la mujer a penas llegamos a lo que iba a ser mi hogar, a partir de este momento.

No respondí, y me centre en el pequeño felino que se acercaba a mis pies; me agache y lo acaricie con cuidado, ocasionando que este empieze a ronronear, sonreí ante aquello.

— parece que le caes bien.— hablo el hombre.— a penas lleva dos días aquí, no pensamos un nombre para el, ¿nos ayudarías a ponerle uno?

Puse una mano en mi barbilla, pensando; hasta que una idea de un nombre para el pequeño animalito llegó a mi mente; — se va a llamar “peke j.”— el recuerdo de mi amigo mitsuya y yo pensando nombres para nuestras futuras mascotas llegaron a mi mente.

Mitsuya era un chico que  llegó poco después de mi al orfanato, y fue adoptado por una familia en una buena posición económica. Prometimos volvernos a encontrar en un futuro; de hecho, su nueva familia me había dejado la dirección de su hogar en un papel, que tenía guardado en mi mochila.

— me encanta ese nombre, ¿cómo lo elegiste?— se agachó para estar a mi altura y a la del felino.

— no lo sé, simplemente llegó a mi mente.— respondí avergonzado, ella sonrió con ternura y acaricio mi cabeza.

— ¡que torpes somos! olvidamos decirte nuestros nombres; yo soy Kiyoko, y el es Makoto.

— mmm...— estaba un poco avergonzado por lo que iba a decir, y la mujer pareció notarlo.

— no sientas vergüenza con nosotros, cariño; siéntete con toda la confianza.— sonrió dulcemente.

— yo.. ¿puedo llamarlos “mamá y papá”?— mi voz sonó más baja de lo que quería, y empecé a jugar con mis manitos, nervioso.

Levanté mi vista hacia la mujer, quien parecía largarse a llorar en cualquier momento.

— ¡Claro que no!— salte en mi lugar asustado, un niño de cabello negro, se encontraba en las escaleras que daban al segundo piso, parecía enojado.— ellos son mis papás, ¿quien te crees que eres?— dijo recalcando la palabra “MI”.

— ¡Keisuke! ¿qué es esa forma de tratar a tu nuevo hermano?— dijo levantando la voz levemente.— claro que puedes llamarnos así, cielo. Me siento muy feliz de que quieras hacerlo.— acaricio mi mejilla.

— Kei, sabes que esa no es forma de tratar a las personas.— el señor le hablo suavemente.— ahora preséntate a chifuyu.

— soy baji, keisuke baji. ¿tu quien eres?¿por qué acaricias a mi gato?— junte las cejas confundido, ¿por qué me trataba así?

— soy chifuyu... al parecer le caigo bien a tu gato.— sonreí inocentemente.

— ¡eso es injusto! a mí me rasguña y a ti un poco más y te llena la cara de besos.— se acercó a mí y me arrebató a Peke j de mis manos.— eres un colado en esta casa, no eres mi hermano.— dicho eso, subió las escaleras corriendo, alejándose con el felino en brazos.

— ¡Keisuke! ven aquí, ahora.— el padre lo siguió.— tranquilo chifu, hablaré con él, es un enojo del momento.— acaricio mi cabeza y yo asentí, en realidad, no me importaba la actitud tan infantil de ese niño.

— ¿quieres que te muestres tu habitación?— asentí emocionado, nunca había tenido una habitación para mi solito.— ven por aquí, cariño.

Subí las escaleras, siguiéndola; paramos en una puerta totalmente blanca, a penas llegaba al picaporte de esta, la abrí y me encontré con un cuarto muy colorido.

— ¿te gusta? si no te gusta la podemos pintar de nuevo, como tú quieras.— negué.

— el celeste es mi color favorito.— la habitación era muy amplia y portaba un lindo color celeste pastel.

— convina con tus ojitos.— sonreí avergonzado por lo dicho y me senté en la cama de dos plazas, exageradamente grande para un niño de 5 años.

— te dejare solo para que acomodes tus cosas, cualquier cosa me llamas, ¿de acuerdo?— asentí y luego de que se fue solté una pequeña risita, como si tuviera muchas cosas por acomodar, a penas complete una cajonera.

Me tire a la cama y suspiré, sabía que iba a ser un problema aquel niño de pelo negro.



holaaaa, ya le estoy agarrando la mano a los fanfics, soooo me gustó esta idea y espero que a ustedes también.

sinceramente, me dió mucha paja corregir el capítulo, así que si ven faltas ortografícas, perdón.

bueno, espero poder terminar esta historia.

la idea es hacer tres o más capítulos sobre chifuyu y baji de niños, y el resto ya siendo grandes, lo tengo que pensar, todavía no lo tengo muy claro.

bueno, eso, díganme si les gusto akjdksjd.

nos vemosssss <3.

𝐀𝐃𝐎𝐏𝐓𝐄𝐃- 𝐁𝐀𝐉𝐈𝐅𝐔𝐘𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora