𝐀𝐃𝐎𝐏𝐓𝐄𝐃- 𝐁𝐀𝐉𝐈𝐅𝐔𝐘𝐔

01.

— bueno chifu, acá te dejo el uniforme, si te va grande me avisas, ¿si?— el menor asintió, disgustado por el conjunto.

mañana el pequeño empezaría el colegio, con un poco de miedo respecto a sociabilizar, ya que no era muy bueno en eso, ni siquiera se acuerda de dónde saco el valor para hablar con mitsuya, y así, entablar un amistad.

iría al mismo colegio que baji, pero no creía que su presencia le agrade al otro.

el pelinegro se miro al espejo, pensando que eso era lo más "formal" que había usado hasta ahora; la camisa le iba un poco suelta, la corbata le apretaba el cuello, y el pantalón se le caía.

— ¿cómo te quedó?— aparecio de la nada Kiyoko, asustando al menor.

— bien.— fingio una sonrisa, que no pasó desapercibida por la mujer.

— ¿seguro?— lo miró fijo.— sabes que no me molesta cambiarlo.

— la corbata está bien, pero la camisa y el pantalón me van grande.— hizo un pequeño puchero, derritiendo el corazón de la mayor.

— la corbata te la puedo soltar un poco más si te aprieta o incómoda; en cuanto la camisa y el pantalón, puedo pedir una talla menos. ¿te parece?— asintió feliz, y se fue a cambiar de nuevo.

                                      [...]

— que insoportable que sos, baji.— decía un rubio, bastante aburrido.— no vine a tu casa para que me hables sobre tu odio a tu  hermano menor.

— ¡no es mi hermano! y sos mi amigo, mikey, ¡tenés que entenderme— respondió el pelinegro, molesto; el rubio rodó los ojos.

— yo también tengo una hermana que no es de sangre, y no es malo.

— pero no trajeron a emma de un orfanato.— dijo puchereando.

— ¿cuál es la diferencia?— chasqueo la lengua.— apuesto a que tú her..— el pelinegro lo miro molesto— apuesto que chifuyu es un ángel.

— no compares un ángel con ese desconocido.

— bueno, vamos a ver si es tan malo como dices.

— ya lo verás....— lo reto con la mirada.

                                   [...]

esto tiene que ser una jodida broma; pensó el pelinegro mientras veía a su “amigo” abrazar al niño rompehogares, como lo llamaba el.

— ¡eres muy tierno, chifuyu!— no paraba de apretujar al pequeño chifuyu, quien parecía un tomate de lo rojo que estaba.— ¡en un futuro vamos a casarnos!

— ¡claro que no! no te puedes casar con el, mikey.

— ¡¿por qué?!—hizo un puchero, para luego sonreír con malicia.— ¿acaso lo quieres para ti solo? no te tenía así de tóxico, baji.— el chico a su lado se moría de la vergüenza.

— ¡claro que no!— sintió sus mejillas arder, no sabe si de vergüenza o rabia.
                             
— chifuyu, ¿irás a mi escuela verdad?— sonrió.

— ¿tu vas a la misma escuela que baji?— el rubio asintió.— entonces si.— finalizo con una pequeña sonrisa.

— lamentablemente.— dijo astiado baji.

— no le hagas caso a ese idiota de allí, apuesto a que le gustas.— río.

si antes parecía un tomate, no sabría cómo describir la cara de chifuyu en estos momentos.

— ¡deja de decir idioteces! ¡nunca me gustaría un niño de orfanato!— gritó, sin darse cuenta de como sus palabras afectaban al menor, era un niño después de todo.

— ¡baji!— el pequeño chifuyu aguantaba las ganas de llorar.— ¡no tienes que ser así de cruel con tu hermano!

— ¡¿qué parte no entiendes que no es mi hermano!?— respondió de inmediato, recalcó la palabra “no”.

chifuyu se soltó del rubio y corrió hacia su habitación, sientiendo ya sus rosadas mejillas mojadas.

— ¡eres un idiota!— agarro su mochila y se dirigió hacia la puerta principal del hogar de el pelinegro.

— ¿a dónde vas?

— ¡a mí casa! ¿a dónde más voy a ir?— pregunto obvio.— hablame cuando se te pase lo idiota.

— ¡vete a la mierda, mikey!— el otro se fue dando un portazo.