IHAREN
Leo una vez mas la nota. ¿Puede ser aquello también producto de mi mente? Ya no estoy segura. Que es real y que no lo es.
Un timbrazo rompe mis pensamientos. Me dirijo a la puerta, no sin antes guardar la nota en mi bolsillo. Miro por la mirilla. Es mi padre.
Antes si quiera de poder preguntarme que hace allí a esas horas cuando debería estar trabajando, abro la puerta y le recibo con una sonrisa. No es que tenga una estrecha relación con mi padre. De hecho es casi como un fantasma en mi vida. Mi madre se ha encargado de mi la mayoría del tiempo mientras el trabajaba y cuando fui lo suficientemente mayor me di cuenta de que la pegaba. Nunca le vi hacerlo, ni siquiera escuche gritos o amenazas pero en muchas ocasiones le vi cortes y golpes. Nunca dudé de la causa pero tampoco pregunte porque quitando aquello su relación parecía buena, de algún modo se querían. Sin embargo, aquello hizo que mi relación con papa se enfriara aún más.
- Iharen, ¿esta mama despierta?
- Si, pero salió temprano esta mañana y se dejo el móvil aquí - es una mentira a medias pero las palabras fluyen antes de poder detenerlas.
- Necesito hablar con ella - una sombra de preocupación le nubla el rostro - ¿Sabes donde fue?
La verdad es que yo misma me hago la misma pregunta. Sin embargo otro timbrazo evita poder contestar y siento un profundo alivio. Casi corriendo me apresuro a mirar quien esta al otro lado de la puerta. Es un señor mayor. Mi padre abre la puerta.
- ¿Esta Milena en casa? - por alguna extraña razón hoy todo el mundo busca a mi madre.
- ¿Qué estas haciendo aquí?- no hay ni una pizca de amabilidad en sus palabras.
- No es de tu incumbencia, vengo a hablar con mi hija. - el señor parece muy seguro de si mismo.
Caigo en la cuenta de que el señor debe ser mi abuelo. No se mucho, prácticamente nada sobre mi familia. Somos solo nosotros tres. No hay familia en cumpleaños, ni fiestas, ni vacaciones. Lo cual me hace recular mas sobre la idea de que mi supuesto abuelo decida presentarse el mismo día en el que nada tiene sentido, a la vez que siento una oleada de ilusión por todo lo que su llegada puede suponer.
- No esta en casa - dice mi padre al tiempo que se dispone a cerrar la puerta. Pero mi abuelo se lo impide.
- Todo el mundo la esta buscando cuanto crees que tardaran en venir a buscarla aquí. - da un empujón a la puerta y la abre de nuevo, dejándome esta vez al descubierto. Veo que el señor cambia de expresión.
Mi padre instintivamente me acerca hacia el pero yo me aparto. Ya no soy una niña pequeña a la que le haga falta el brazo protector de nadie.
- ¿Es mi nieta?- pregunta con tono suave.
Veo a mi padre debatirse entre decir la verdad o no. Rompo el silencio.
- Soy Iharen. Mi madre no esta en casa y posiblemente no vuelva pronto. Si quieres podemos decirle que has venido...
- No me lo puedo creer - el abuelo me corta - ¿Por qué me ocultasteis esto?
Mi padre me mira. Tiene los labios muy apretados. Son casi una linea. Es el momento de largarse.
- Iré a por el pan - digo de repente. Cojo mi chaqueta del perchero y salgo por la puerta esquivando al abuelo.
El calor es sofocante. Son casi las 11 y el termómetro en la farmacia de camino a la panadería marca 36 grados. Miro la chaqueta en mi mano y resoplo. Me siento en un banco de camino al centro. Nadie en casa come pan pero ha sido una pequeña clave para salir del paso.
Saco mi teléfono. Mis amigos están planeando la fiesta de fin de verano. 136 mensajes marca la notificación. No leeré ninguno.
Al cabo de media hora vuelvo a casa. Tengo la esperanza de que el embrollo que estuviera desarrollándose haya acabado ya. Intento entrar con sigilo por si están hablando.
- Iharen querida, ven un momento - me dice el abuelo apenas he avanzado por el pasillo.
La estampa con la que me encuentro es bastante ridícula. Mi padre tiene un pequeño corte en el labio y esta apoyado en la encimera de manera amenazante. El abuelo esta sentado cómodamente en una de las sillas, tomando pequeños sorbitos de té. Sea lo que sea que haya pasado ya esta resuelto.
-Tu padre y yo hemos estado hablando de la posibilidad de que vengas conmigo y visites el lugar de donde tu madre procede. Hemos hablado con ella y le parece bien. Claro está solo si te apetece a ti venir.
Miro disimuladamente a mi padre que parece a punto de estallar. Se contiene pero se que le disgusta la idea y eso hace que me gusté más la idea. Poder llevarle la contraria más cuando no estando mi madre quedarme allí sola con él no es algo que me guste.
- ¡Claro! - pongo demasiado entusiasmo y me doy cuenta de ello - ¿Y que le ha pasado...? - mi pregunta queda sin finalizar.
- Entonces sube a hacer la maleta mientras tu padre y yo ultimamos los detalles- otra vez me corta.
Hay algo raro en todo esto. Subo a mi habitación en parte procupada. en parte emocionada por el viaje. No esta mal para terminar el verano. Lo que me recuerda... Cojo el móvil y abro chat. 247 mensajes no leídos aparecen en el pero ya no me interesan: Chic@s acaba de venir mi abu y me voy con el 1s días... lo siento mucho.
Llego a mi habitación y encuentro mi maleta encima de la cama. Esta abierta. Dentro hay ropa de verano y algún jersey fino. Caigo en la cuenta de que tampoco sabia donde iba para poder preparar una maleta en condiciones pero mi madre se adelantó. Ella sabia que vendrían a buscarme. Encima de la ropa hay otro papel de color amarillo chillón.
Busca a Ann. PD: Cuida bien de tus secretos.

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Los cinco reinos
FantasíaNuestros ancestros fueron alguien. Sus acciones y decisiones moldearon nuestro presente. Pero nosotros mismos somos responsables del futuro. Sin embargo, solo hay un problema... NINGUNO SABEMOS QUIENES SOMOS. Desde hace milenios las leyendas no so...