ONLY

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Las flores del jardín eran barridas por las suaves corrientes de viento que recorrían todo el palacio. Suave, silencioso, refrescante, así como los pequeños tarareos que salían de los labios del príncipe que se encontraba sentado justo al lado de esas flores de seda tan frágiles como el mismo viento, mientras que estas escuchaban su débil cantar desde hace menos de media hora.

Aether logró escabullirse fuera del palacio, sin supervisión alguna, para salir al jardín a refrescar la mente un rato. Las cosas dentro de la sala de reuniones eran estresantes; nuevos reclutas del ejército, quejas de los lugareños a los que él y sus padres debían de responder. Solo necesitaba un descanso, un mísero momento para estar solo consigo mismo, y cantarle a las flores para transmitirles la paz que él sentía estando junto a ellas, aunque una mano en su hombro interrumpió tan dulce e íntimo momento.

Miró los pies de esa persona, y lentamente fue subiendo la mirada hasta llegar al rostro sonriente de Childe, quien con su lanza en mano, soltó una pequeña risa al aire.

── Príncipe ── habló, quitando su mano de su hombro para extenderla hacia el joven que yacía en el suelo──. ¿Se puede saber qué hace aquí fuera, sin ningún caballero a su lado? No puede salir del palacio solo.

──¿Por qué tanta formalidad, Childe? Estamos solos... ── la frase aquella hizo que el pelinaranja volviese a reír, y luego de que el rubio tomara su mano, lo atrajo hacia él y dejó un suave beso en su frente, aferrándose delicadamente a su cintura desnuda.

── Mhm, ¿no te gusta que te diga príncipe? Si eso eres, nuestro príncipe ── recalca, dejando una suave caricia en su cintura, haciendo que una corriente eléctrica recorra todo su cuerpecito hasta hacer que sus mejillas se ruborizaran──. ¿Qué hacías? ¿Les cantabas a las flores otra vez? Son tu público más habitual.

── Estoy estresado...── moviéndose un poco hacia adelante, logró colocar su cabeza entre el cuello y el hombro del más alto, apoyándose ahí mientras continuaba hablando──. Los jueces y líderes del ejército están haciendo muchos movimientos últimamente por el aumento de robos en el pueblo y... Hay demasiadas reuniones, muchos días sin dormir bien porque tengo que tomar responsabilidad de la intervención extranjera por la venta de alimentos... Hay mucho dinero en medio de todo esto── confesó, resoplando suavemente mientras sentía como una de las manos del chico se movía lentamente por su espalda. Sentía como poco a poco sus ojos querían cerrarse y tomar una siesta tranquila lejos de todo el estrés de ser parte de la realeza.

── Ojalá pudiera quedarme contigo, príncipe, pero yo también estoy metido en todo esto y-

── ¡Childe! No sabes cuanto llevo buscándote ── una voz grave se escuchó a la lejanía, haciendo que ambos miraran en la dirección por donde el dueño de la voz se acercaba.

── Hombre, Zhongli, por fin decides aparecer. ¿Qué pasa? ── el rubio se sintió desprotegido cuando su acompañante soltó su cintura y le empezó a prestar más atención a lo que el moreno le decía.

── Entonces, si me están buscando, tú llévate a Aether a su alcoba ── ambos miraron al chico que se encontraba sentado de espalda a ellos en el banco junto a las flores de seda, quien aunque lo quisiera disimular, cabeceaba ligeramente. Zhongli asintió suavemente, viendo como después de darle una palmada en el hombro, Childe se alejaba de prisa, con su lanza en mano.

── ¿Aether? ── llamó suavemente al rubio, quien espabiló y miró detrás de sí, encontrando el gran cuerpo del moreno casi cubriéndolo por completo── ¿Estás bien, príncipe?

── Sí, solo... ¿Y-ya terminaste tu entrenamiento? ── preguntó, mientras frotaba uno de sus ojos, para después soltar un bostezo que hizo que todos los vellos de su cuerpo se erizaran.

── Si, pequeño. Ya terminé. Y ahora tú vas a dormir un rato, vamos ── Zhongli se colocó de espaldas, obteniendo una rápida respuesta del chico quien se aproximó a su espalda y se colgó de ella, apoyando su barbilla en su hombro y cerrando los ojos por unos minutos.

El moreno empezó a caminar por los pasillos del palacio, recibiendo miradas de confusión de parte de algunos soldados y cocineros del castillo. Podía escuchar como murmuraban y hablaban de los dos a sus espaldas, pero le daba lo mismo, su pequeño se merecía lo mejor, aún si todo eso lo recibiera de dos personas totalmente distintas que cuidaban de él cuando nadie los veía, y que al fin y al cabo eran sus simples caballeros de compañía.


── ... Entonces la espada de Bennett se rompió, y tuvimos que parar el entrenamiento para conseguirle otra, ¿por qué es tan tor...- Oh, Aether, ¿ya estás despierto? ── cuando el mencionado abrió los ojos, pudo sentir el aroma a té recién hecho que desprendían las tazas de porcelana que ambos llevaban en la mano.

Al parecer llevaba algunas dos horas dormido, ya que la noche estaba empezando a caer lentamente, y por la ventana entraba la luz del sol que ya se desvanecía. Encontró dos pares de ojos observando con cautela como él se levantaba y desperezaba su delgado cuerpo y, antes de que pudiera darse cuenta, ya tenía a ambos hombres cada uno en un costado de la cama.

Zhongli se movió y se colocó detrás para empezar a peinar y trenzar su cabello, que parecía un tierno nido de pájaros, mientras que Childe se dedicaba a llenar su carita de caricias y besos para intentar sacarle una sonrisa, cosa que claramente estaba logrando, ya que el más bajo se carcajeaba suavemente por las cosquillas que este le provocaba.

── ¿Desde hace cuanto están aquí...? ── preguntó, viendo como el pelinaranja se separaba un poco y empezaba a pensar, y justo cuando iba a hablar, Zhongli contestó.

── Minutos después de que te dormiste, Childe llegó buscándote. Así que como ya estábamos los dos, nos quedamos para cuidarte. Es nuestra responsabilidad.

── Y porque nos gustas, así que ese también es un punto a tomar en cuenta ── Childe se carcajeó mientras Zhongli suspiraba y, luego de que terminó con su cabello, procedió a dejar pequeños besos en la nuca del chico, tomándolo por sorpresa. Aether sintió como las manos del mayor se deslizaban por su cintura, aferrándose a ella, mientras que el otro chico seguía enfocado en su rostro, parecía observar cada minúsculo detalle de su piel, de sus ojos, de sus manos, de su nariz respingona. Ambos adoraban cada parte del pequeño príncipe, y estaban enamorados de cada palabra que salía de sus labios.

Pero por supuesto, los tres se irían a dormir entrelazados, con el más joven en el medio, siendo llenado de caricias, besos y roces, con la puerta bloqueada por la lanza de Zhongli, sabiendo que lo que hacían no estaba mal, porque era amor, y aunque muchas personas los murmuraran y hablaran a sus espaldas, su amor siempre iba a ser más fuerte que unas simples palabras.

As You Wish, Prince.「Zhongli + Childe + Aether」OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora