Lucy Ketchum, hermana mayor de Ash Ketchum, maestra pokemon.. Viaja a Alola a visitar a su hermano y empezar otra aventura luego de haber ganado la liga kalos y anteriormente kanto, junto con su compañero zoroak y su equipo. Toda ella es una caja de...
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"BATALLAS"
— Cuando ganan una batalla reciben una medalla que demuestra vuestra victoria.
— El gimnasio celeste tiene la medalla casacada. — Misty les mostró la dicha que tenia forma de gota.
— Y esta es la medalla del gimnasio en la ciudad plateada, ¡La medalla roca!
Todos los chicos exclamaron asombrados y emocionados, Lucy sonrió levemente ante eso, estaba a unos pasos de distancia del grupo, cerca de Misty.
Suspiro y observo a su alrededor, este gimnasio le traía cierta nostalgia.
— ¿Tu ganaste todas las medallas de la ciudad Kanto, verdad?
Se giro a ver a Kiawe que fue quien había preguntado eso hacia Ash.
— ¡Claro que si! conseguí las ocho medallas. — su hermano presumió con orgullo.
—En mi caso le di la medalla por compasión. / Cierto, conmigo sucedió una historia parecida. — Comentaron Misty y Brooks.
Ash se empezó a poner nervioso por sus comentarios, Lucy sonrió divertida. El Ketchum menor dio un paso atrás riendo nerviosamente e ignoró la pregunta de Kiawe de porque su reacción.
— ¡Y después de conseguir las ocho medallas puedes competir en la liga Pokémon!
— ¿La liga Pokémon? — Preguntó Mallow curiosa.
— Es un gran torneo Pokémon donde los mejores entrenadores compiten entre sí. — Luego de decir eso se giró hacia Lucy con una sonrisa gigante que contenía emoción, admiración y hasta orgullo. — ¡Por eso es que Lucy es llamada una maestra Pokémon! ¡Ya a ganado dos ligas!
Los menores jadearon emocionados y sorprendidos recordando cuando su profesor les había hablado acerca de ello cuando conocieron a la chica, mientras ella se limitó a sonreír apenada mientras se rascaba la nuca, algo que hacía cuando se ponía nerviosa que daba a conocer aún más su parecido con Ash, que hacía lo mismo.
Misty pasó un brazo por sus hombros mientras le sonreía. — Debo admitir que me diste una batalla difícil cuando ganaste la medalla de mi gimnasio.
La empujo divertida. — Tu me lo dejaste muy fácil.
Misty le sonrió desafiante a lo que respondió igual, el molestarse de esa forma era su manera de divertirse.
