august - kazufuyu

00:02

La madrugada del dos de agosto hacía su paso. Eran exactamente las 00:24 cuando Chifuyu daba vueltas en la silla de su habitación, una caja de fresas en su regazo y la mitad de una en su boca gracias a los antojos de madrugada y a su infiltramiento en la cocina (pues su abuela no le dejaba comer nada a partir de las once de la noche) así que todo había salido tal cual una misión imposible. Ahí mismo, el de cabellos negros convivía con la falta de sueño casual a la cual aún no encontraba explicación. Simplemente el sueño no llegaba y eso le causaba problemas en las mañanas y, bueno, todo el día. 

Tampoco tenía muchas ganas de hablar con sus amigos. A esta hora todos dormían porque habían conseguido distintos trabajos o jugaban hasta horas muy altas y, bueno, tampoco quería molestarlos sin un motivo en específico. 

En cambio, los golpes a su ventana si que lo estaban jodiendo. Chifuyu, medio que harto por los cinco minutos en dónde no pararon, se levanta de golpe para abrir la ventana, una fresa que sobresalía de su boca ahí puesta y los ojos completamente irritados porque su paciencia tenía límites que era mejor no cruzar. Y ahí, campante de la vida, Kazutora estaba en posición para lanzar otra piedrita a su ventana. 

¿Qué coño hacía ahí y por qué? Y a esta hora, claro está. En una respuesta que como tal no tiene pregunta, puede notar que sus labios quieren decir un "baja". Y si bien Chifuyu no quiere hacerle caso, tampoco quiere que siga jodiendo a su ventana porque si lo hizo cinco minutos sin parar, puede hacerlo otros cinco también. Así que muy en contra de su voluntad, toma la caja de fresas, se pone sus converse y básicamente sale corriendo hacia el patio que da a su ventana. 

Ahí nota que Kazutora tiene puesta una chamarra de cuero negra, unos pantalones del mismo color y la camisa blanca junto a un collar plateado que le da esta vibra de chico malo. Uno que le hace querer vomitar, pues ese cliché está tan tomado en sus mangas que ya se ha aburrido de ello. Por su parte, el más alto lo mira con una pequeña sonrisa. 

—Buenas noches, Matsuno. 

—¿Buenas noches? ¡Estuviste jodiendo por cinco minutos en mi ventana! 

—Pudo ser menos, pero no querías salir —Alza los hombros, la despreocupación palpando todo su cuerpo. Chifuyu rueda los ojos en respuesta, sacando otra fresa de la caja para comerla. 

—Bien, ¿qué es lo que quieres? 

—Cumplir mi palabra con tu abuela —Los ojos de Chifuyu se abren con sorpresa, notando entonces como un auto color negro estaba estacionado. Antes de intentar siquiera negarse, Kazutora lo observa con una pequeña sonrisa mientras hace un ademan con su cabeza para que entre al auto. Y Chifuyu no quiere -pero si quiere- ir con él, pues es una persona curiosa y Kazutora es... es... es raro —¿Y bien?

—¿Cómo sé que no vas a secuestrarme? —El de ojos almíbar alza una ceja. La expresión en su rostro, aquella que pasa de una amigable a una cansada que grita "¿es en serio?" causa que Chifuyu suelte una risa pequeña. Al menos sabía que tenía más de una expresión.

—¿La ciudad es tan peligrosa? —Pregunta, recargándose en el auto. Chifuyu solo atina a asentir con la cabeza— Tengo un amigo que vive allá desde hace un par de años y muy pocas veces suele responderme los mensajes. A veces me preocupa que le haya sucedido algo, pero al tiempo me manda un "hola, estoy vivo" y eso me hace sentir mejor. 

—Qué descuidado —Kazutora ríe. Chifuyu, sin querer, sonríe con ternura. Vaya que le gusta su risa. 

—Se le quiere así —Murmura, sacando una cajetilla de cigarrillos— Igual no podemos ir muy lejos, apenas tengo gasolina en el auto. 

—Parece que las citas no son lo tuyo. 

—Oh, ¿pensabas que era un cita? —La expresión divertida del pelinegro con rayos de sol causa el pánico en el más bajo. Chifuyu, quien apenas cae en cuenta de lo que ha dicho, tiene que aguantarse el calor en su rostro y la pena de su vida porque haha, esto no era lo que quería decir. O sí. O no. O quién sabe. Ya no sabe nada —. Qué lindo.