❝ Una pareja contra una sociedad que solo ansiaba destruir su relación ... Y al final lograron el objetivo ... Los dos jóvenes se dijeron un "adiós" definitivo, pero cuando menos lo esperaban, ese reencuentro que tanto deseaban sucedió, está vez en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Hisui :
Recién acababa de despertarme cuando sentí como yo abrazaba algo entre mis brazos, por un momento quise pensar que era una almohada, pero las almohadas no te hacen sentir una respiración a centímetros de tú pecho descubierto.
Abrí lentamente mis ojos, y en cuanto se acostumbraron a la luz del día fue cuando describí que era lo que abrazaba.
Setsuna había colocado su mano sobre mi espalda, también tenía su cabeza reposando en mi brazo, el cual la rodeaba de la cintura, y mi otro brazo estaba sobre su cadera, mientras tanto una de mis piernas estaba entre las piernas de ella.
Al parecer el que había tomado la iniciativa de esa posición en la que estábamos, era yo. Muy avergonzado de eso, intenté alejarme de ella lo más lento que pude para no despertarla, pero al escucharla murmurar de sueño me quedé totalmente inmóvil en mi lugar, lo que ocasionó que se acomodará por completo sobre mi, eso no me molestó en lo más mínimo porque en realidad no pesaba demasiado, pero era incómodo, y me sonroje aún más de lo que ya estaba, cuando pasó una de sus manos sobre todo mi abdomen.
—Habría sido mejor quedarme en el sofá ... —Solté un suspiro de resignación ante la escena, terminé cruzando mi brazo alrededor de Setsuna para abrazarla cómodamente —... Tendré que esperar a que despierte.
. . .
Más tarde ...
Narradora :
—¡HISUI APÚRATE QUE SE NOS HACÉ TARDE! —Gritó la mujer de ojos violeta esperando a que el nombrado saliera de la habitación después de entrar para buscar las cosas que olvidó.
—No me apresures, si llegamos tarde es porque tú te quedaste dormida. —Se defendió el hombre.
—¿¡Ahora yo?!, Cuando desperté tú también estabas dormido. —Exclamó la pelicastaña.
—¿Quién fue la que me abrazó y no me soltó? —Preguntó Hisui al salir de la habitación.
—Fuiste tú quien no me soltó en toda la bendita noche, obviamente me iba a quedar dormida. —Argumentó Setsuna a favor suyo.
—Eso no te daba el derecho a manosearme indebidamente —Fingiendo indignación el joven empezó a caminar por los pasillos a la par de la ojivioleta.
—Si de manoseó hablamos, mejor ni digas nada ... Porque en varias ocasiones quisiste meter una de tus manos por debajo de mi blusa, y no hablemos de que tomaste mi cadera más de mil veces. —Le recordó de la manera más dramática que pudo.
—¡Estaba dormido! —Pronunció con vergüenza.
—¡Yo también! —Ante esas palabras ninguno de los dos volvió a decir algo, hasta que llegaron a la recepción principal del hotel.
