Te regalo mis versos.

Capítulo 2- Nuevos sentimientos

Establecer la persona que quiero ser, es abrumador; planificar mi estilo de vida es satisfactorio, pero al mismo tiempo desgastante, y es que siendo una persona perfeccionista se tiende a experimentar una infinidad de decepciones. Me encontraba en la edad donde empezaba  a preguntarme quién quería ser, desde que tuve la capacidad de decidir por mi cuenta tuve clara mi meta en redacción,  siempre sostenía con firmeza mi sueño en conversaciones con respecto a mi futuro. Y  ahora me sentía más confiada sabiendo que Oliver me apoyaba, que confiara en mis capacidades  y alentara mi sueño, realmente era de apreciar. 

Pasaron dos años seguidos de buena amistad, locuras, aventuras y diversión junto a Oliver. Estábamos cerca de cumplir catorce años; cada vez nos  apegábamos más al culminante año escolar de la secundaria. Seguíamos pasando la mayoría del tiempo juntos, hasta que, dio inicio el ultimo ciclo escolar; las primeras semanas, como era costumbre, Oliver pasaba por mi,  yo lista le esperaba desde el pórtico de mi casa para trabar nuestro pequeño viaje hacia la escuela. Un día simplemente no llego, desde la ventana vi como paso de largo junto con Omar, un chico que vivía en la siguiente cuadra; Oliver ni siquiera volteo para supervisar si me encontraba donde siempre, se olvidó de mí, entonces le pedí a mamá que me hiciera favor de acompañarme a la escuela, ya que estaba acostumbrada a tener compañía en el camino, y así fue. No vi a Oliver hasta después de medio día, la hora de volver a casa, caminamos bajo el régimen de un ambiente solitario y silencioso por diez minutos, antes de dejarme en mi casa, dijo:

-Esta tarde no podremos pasarla juntos, estaré con Omar y un par de amigos más-

Yo sentía un revoloteo en mi estomago, me sentía confusa, pero sin preocupaciones, entonces  solo dije "No hay problema, que te diviertas", chocamos los puños como despedida y se fue a casa. 

Toda la tarde tuve una sensación rara dentro de mí, pensé en escribir un poco, posiblemente me ayudaría a despejar mi mente;  mi diario verde y el bolígrafo estaban donde siempre, en la mesa de centro, así que tome asiento sobre el sillón reclinable de mi habitación, estirando un poco los brazos alcance mi diario y el bolígrafo, vire la mirada hacia la ventana que se encontraba al oeste, mientras escrutadoramente observaba la alteración de tonalidades en el cielo al ocultarse el sol, surgieron las siguientes lineas:

"Cavilar afecta mi sentido de ser,

me desvanezco en escenas inexistentes,

donde no tienen importancia los latidos,

y entre divagancia busco ser prudente.

En busca de mi persona,

establezco nuevas metas, muchas utópicas,

que me fuerzan a salir totalmente de mi zona;

tengo temor de ser una neurótica.

Transcurre el tiempo y entre nubes busco una esencia,

creo historias en paisajes al oleo,

el crepúsculo aviva parcialmente mi existencia,

mientras redacto versos bajo el resplandor áureo."