🐍PRÓLOGO🐍

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Irina

Y aquí estaba yo, rompiendo mi corazón y de paso rompiéndoselo a quien desde que lo conocí no hiso más que todo por mí, por nosotros.

Muchos me juzgarían de egoísta si no supieran el contexto de por qué lo hago, como lo está haciendo Elijah. Y me duele el ver así de vulnerable a la persona que se ha vuelto parte esencial de mi vida.

Elijah entro en mí y me caló en lo más profundo, pero así está la cosa: Él es teniente coronel, hijo del famosísimo Carter Denovan, capitán general de la FME. ¿Y yo? Yo soy hija de Dmitry Kozlov, el Pakhan de la mafia rusa. Ambos vivimos en mundos iguales pero a la vez completamente diferentes; llenos de muertes, balas, torturas, peleas y demás, solo que o ellos exterminan a los nuestros o salen jodidos derramando su sangre y con la cabeza de sus soldados en sus manos.

—Mierda Emily, no me hagas esto, amor —suplica— Estas siendo malditamente egoísta, decidí quedarme aquí en Francia por ti, no regresé a América porque así podíamos estar juntos y ¿ahora me dices que esto se acabó porque te quieres ir a Italia? Joder, no puedes simplemente hacer eso después de que deje todo por ti.

Sí, eso fue lo que le dije: Que quería irme a Italia y por eso debíamos terminar. No se me ocurrió otra cosa por decir, estaba simplemente quebrándome por dentro. Lo amaba, lo amaba como no podía siquiera imaginarlo y por eso es que no teníamos que estar juntos. No es bueno para ninguno y mucho menos para nuestras familias.

Aún no le llega la noticia, lo sé porque si no estaría más que triste, enfurecido, queriendo acabar con todos los que lleven sangre y apellido Kozlov.

Ayer por la tarde su abuelo Derek Denovan iba a venir a visitarlo al país, pero no llego, o bueno, si lo hizo pero sin vida, ya que no sé cómo, pero mi padre se enteró y lo mando matar, él no quería que fuera rápido, quería una muerte larga y dolorosa para la cabeza de la familia más temida por las mafias. Pero no es estúpido y sabe que sus hombres no podrían ni tocarle un pelo porque ya estarían colgados.

Así que no quedó más remedio que tener a un francotirador a unos 2,500 metros listo para el momento que se le indicara disparar y acabar con el ex capitán general.

—Elijah mira, esta es la situación— empecé —yo jamás pedí que te quedaras, eras y eres libre de volver a donde te de la puta gana, yo no lo decidí, fuiste tú quien decidió no irse, así que ese es tu problema y no el mío —le dije, pero ya no estaba segura de que esas palabras le dolieran más a él que a mí —, y si me disculpas mi vuelo sale en breve por lo que debería estar yéndome.

Me di la vuelta dispuesta para irme, pero su voz llamando mi nombre me detuvo.

—Emily espera —dijo acercándose, yo estaba de espaldas, pero aun así podía sentir su cercanía —solo un beso. —dijo plantándose frente a mí —Solo un maldito beso y te juro que no te vuelvo a buscar.

No tuvo que decirlo tres veces porque mi boca ya estaba sobre la suya y mi lengua bailando con la de él, en ese bendito beso que no sabía más que a dolor y adiós, pero lo que más se percibía era amor, el amor que ambos nos teníamos. El amor que esos dos jóvenes de 21 y 24 años se tenían.

Realmente después de acabar el beso no fui a Italia, sí salí de Francia, pero fuí a Rusia, con mis padres y hermanos. Yo era la mayor, seguida por un hermano de diecinueve, una hermana de diecisiete y unos mellizos de quince, ganándonos con dos años cada uno.

No me puedo quejar de mi familia, a pesar de que todos somos unos asesinos despiadados, no somos como los libros, películas, documentales o shows nos pintan, somos unidos, mucho diría yo sobre todo con mi hermano Faddei, es mi mejor amigo, mi confidente. Los mellizos en cambio son los más apartados, ya que si tuvieran que escoger a alguien sería al otro.

AMORES QUE MARCAN - ActualizandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora