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Con su mano en el marco mi espacio es muy reducido. Con la otra mano enreda mi pelo entre sus dedos, parece bastante entretenido y me siento diminuta, creo que mi corazón late tan rápido que con este silencio puede escuchar su ritmo fácilmente.

Controlarme es difícil pues siento un cosquilleo en el pecho, mi cuerpo congelado y aunque quisiera moverme, justo ahora me es imposible.

Suelta mi pelo, dibuja mi cuello con sus dedos y vacila cerca del escote de la blusa, es suave y se siente realmente bien. Cuando por fin acaba quiero que lo vuelva a hacer, pero se que no será así.

Quita su mano de la pared, y ahora puedo irme, realmente no quiero, sin embargo es lo más razonable, me mira a los ojos e intento sostenerle la mirada, no es difícil, me atrae como un imán. En mi mente el deseo y la cordura luchan y después de unos segundos que parecen horas una ha vencido y decido irme.

- Adios Anton - El solo aisnete pero con eso me basta, después de pasar la puerta siento que por fin respiro, sigo avanzando y sin embargo siento su mirada. Al voltear, está parado justo en la entrada.

- Nos vemos luego Anne

Pronuncia con su hermosa voz ronca y decido apresurar el paso, a mitad de las escaleras siento que una bomba de emociones estalla en mi pecho, me recargo en la pared y cubro mi rostro con las manos, solo puedo sonreír tontamente.

***

Una hermana me ordenó ayudar en la cocina. Mientras corto unas papas para la comida, pienso en todo lo que ocurrió con Anton.

Mi nariz ha olvidado su olor y mientras me pregunto si lo veré en la tarde, una sensación interrumpe todos mis pensamientos. Siento la hoja delgada y metálica del cuchillo en mi dedo, me he cortado y fue bastante profundo, la sangre no tarda en salir y su olor me molesta.


La herida nunca termina de sangrar, es doloroso mientras presiono para que salga todo, pero es un dolor conocido, así que no me importa mucho.

Me pongo una curita y ésta muestra una mancha de sangre inmediatamente, es pequeña pero en cuestión de segundos se expande llenando casi toda la esponja. La situación toma toda mi atención y me olvidó de lo que hacía. Al menos hasta que me lo recuerdan.

-Anne. ¿Ya están las papas? Las necesito.

-Ya casi. No tardo - al momento en que le respondo vuelvo a tomar el cuchillo y sonrio sabiendo la razón. No tardo en cortar todas las papas y se las entrego. Jazmín me agradece y me dice que me puedo ir.

Saliendo de la cocina camino sin rumbo. Sin notarlo, he salido y puedo ver la baja intensidad de luz que da el cielo, inmediatamente se a dónde ir.

No tardo subiendo las escaleras. Siempre hago lo mismo, al inicio intento ir rápido, después me canso y arrastró los pies. Al final llegó solo porque noto lo poco que falta para terminar y cuando subo el último escalón, ya puedo sentir el aire que da desde esa altura, la hermosa vista y lo aún más inmenso que se ve el cielo, casi intimidante.

me acerco a la orilla y le doy un vistazo al bosque.

Cuando me doy vuelta para seguir con lo mío y ver dónde será mejor recostarme, algo me toma por sorpresa y hace que me llene de vergüenza.

Una sonrisa coqueta y bastante contagiosa me es dirigida

-Hola - es imposible no notar que soy todo lo que llena su vista, no quita ni un poco de atención y me hace preguntarme si en verdad lo dije en voz alta.

-Supongo que le he robado su lugar - el ambiente no es nada tenso y mi corazón se vuelve a acelerar.

-Lo bueno es que se compartir

Al final le ragalo la mejor y más sincera de mis sonrisas. En verdad me alegra verlo, creo que tal vez tengamos más en común que estar en el mismo sitio.


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