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El resto del camino la pasamos en silencio, apenas pude recordar el sonido de su voz cuando por fin dijo.

- Llegamos

La verdad eso me alivio bastante, llevábamos un buen rato caminando y, sin hablar, claramente es mas pesado.

Me puso nerviosa cuando me dijo que si no me gusta el luga me daría una noche, no mentire, sonreí sin saber que decir. Y con tal de decir toda la verdad, deseo infinitamente que no me guste, no estoy segura de que haríamos, pero si que se que me gustaría hacer.

No seas tonta, aunque te guste, le diremos que no fue así.

No se si hacerle caso a mis pensamientos, claramente es lo que quiero, pero si todo esto de la salida sale bien, no hará falta tal noche.

-Anne - su voz me devuelve a la realidad y hace que deje de pensar. Por su expresión se que espera una respuesta, pero no he escuchado nada de lo que ha dicho.

-Perdon, me distraje ¿Dijiste algo?

Se ríe y no puedo evitar sonreir, todo en el es realmente perfecto y, con ese saco largo que se puso para salir, se ve aun mejor.

Voltea a verme con el ceño fruncido y sonríe - ¿Que si estas lista para entrar? - volteo y estamos enfrente de un lugar con muchas luces atrayentes.

Hay colores rosas y amarillos como los de algo exotico. El local es muy grande y hay un hombre fuerte en la entrada, creo saber lo que es.

He leído y escuchado de estos lugares, vienen muchas personas a bailar y emborracharse por voluntad propia, se supone que es divertido por que conoces extraños y puedes quedar con ellos luego. Ya veremos.

Antro, y si, ese es el chiste, emborracharse y tener sexo casual.

- Claro - le contesto ya preparada y sonrío inmediatamente después de ignorar todo signo de sentido común en mi mente.

- Bien, adelante - dice y luego me da el paso junto con el hombre fuerte de la entrada.

La música esta demasiado fuerte, desde hace un rato que podíamos escucharla bastante bien. Una vez adentro si quieres hablar con alguien, debes gritar o hablar demasiado cerca.

Me quedo en la entrada por un rato, intentando procesar todo lo que mis ojos ven, hay muchos hombres y mujeres bailando y otros en las mesas bebiendo, me tengo que hacer a un lado, para que una chica borracha alcance a salir y no vomite dentro.

Casi todos aquí son mas grandes que yo, solo hay uno que otro que podrían tener mi edad.

De repente siento una mano en mi cintura y un escalofrío me recorre, volteo rápidamente para ver quien es y se trata de Anton.

Me sonríe y me guía hacia una barra, ahí hay unos hombres sirviendo tragos y puedo ver a otro coqueteando con una muchacha no mucho mayor que yo. En una esquina con poca luz pero lo suficiente como para poder ver, hay una mesa con dos hombres y una muchacha en medio, ella tiene el vestido subido hasta la cintura y ambos la están tocando, uno tiene las manos en sus piernas y el otro se encarga de lo que hay bajo sus bragas.

La situación me hace imaginarme con Anton, pero luego siento su mirada y al verlo ya tiene un trago en la mano y esta volteando hacia los de la mesa.

Ante la verguenza me hago la que no entiendo porque mira allá y me doy cuenta que ya tengo un trago enfrente. Me siento en un banco y empiezo con el trago.

El sabor es fuere y amargo, intento no hacer ningún gesto pero es imposible. Creo que Anton no me ve, sigue igual que yo hace un rato, bastante ocupado viendo a los de la mesa.

Hace mucho calor aqui y con lo que tuve que caminar para llegar estoy bastante sedienta, antes de darme cuenta ya me acabe el trago.

Antes de irnos Anton me dijo que me cambiara, cuando fui a su habitación con un pantalón y una blusa se rió, fuimos a mi cuarto y escogió una falda corta y una playera bastante pegada con escote bajo.

***

Después de bastantes tragos y mucho calor, le ofrecí a Anton que bailara conmigo, no sabía como hacerlo pero iba a averiguarlo.

Después de todo no importo, me fui sola a donde estaban todos y empece a bailar. Sinceramente creo que no lo hacia mal porque desde hace un rato que Evan se me acerco y estamos bailando juntos.

Es mucho mayor y mas alto que yo pero no me importa, siento que todo esta bien y nada me preocupa. Desde hace dos canciones que puso sus manos en mi cintura y estamos bailando bien pegados, mi espalda esta pegada a su abdomen y yo muevo mis caderas al ritmo de la musica.

Desde donde estoy Anton puede ver y vaya que lo hace, desde que estoy bailando no me ha quitado los ojos de encima y cuando llego Evan automáticamente le cambio la cara, creo que se enojo pero pues el fue el que no quiso bailar conmigo, no se cuantos tragos lleva pero como que a el no le hacen nada.

Se acaba la canción y me pongo de puntitas para decirle a Evan que tengo sed. Este sonríe y me toma la mano, me siento muy pequeña a su lado, caminamos a lo que creo que es su mesa y cuando llegamos me da un vaso.

- Aquí tienes nena - me encanta que me hable porque su voz es para derretirse, es como si me diera una orden cada que me habla.

- Oye - me grita mientras me termino lo que hay en el vaso y se inclina para quedar a mi altura - ¿Quieres ir a un lugar mas privado? - entiendo a que se refiere y agradezco que por fin lo haya mencionado, Evan se pone derecho y lo volteo a ver, luego con una gran sonrisa asiento y esta vez puedo ver algo mas en sus ojos.

Me toma de la muñeca y siento que mi corazón late demasiado rápido. Vamos al fondo del lugar y al voltear a los lados hay unas escaleras y un ascensor, no se muy bien que se siente estar en uno, solo recuerdo haberlos visto en los centros comerciales donde iba con mi madre.

Elije las escaleras y no puedo seguirle el paso, este voltea para ver cual es el problema y al sonreírle me ve de pies a cabeza, traga con dificultad y entonces me toma de las piernas y me carga sobre su hombro.






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