Cuatro meses después...
"¿En serio no tienes problemas con que se quede aquí?" Preguntó por cuarta vez.
"Thalia sabes bien que nunca causan tus hijos algún problema" rodó los ojos la mujer "Además Stiles sólo así se quedó dormido por fin"
"Esta bien, pero cualquier cosa llámame"
"Lo haré, tu tranquila"
Thalia se fue junto a su esposo y su hija mayor a casa. Claudia cerró la puerta para subir por las escaleras a desearles buenas noches a sus dos hijos, vio a su esposo entrar al baño. Por último entró a la habitación de su bebé que se encontraba acompañado y abrazado por el pequeño moreno en su cuna. Había sido bueno que compraran una grande o no hubiera podido acomodarse bien. Sonrió al ver a los niños profundamente dormidos. Su bebé se había pasado toda la tarde llorando y por más que le intentaban calmar no paraba ni cuando le había dado su biberón, lo único que lo calmó fueron los brazos del hijo de su amiga. Se acercó a cobijarlos viendo como su bebé tenía una mano en la mejilla del niño. Ver como Derek se había trepado por sus medios a la cuna para acostarse a su lado aún le era tierno.
Le miro unos segundos y luego salió de la habitación cerrando un poco la puerta por cualquier cosa que sucediera.
...
Thalia se recargo en su silla del pateó y miró a los dos niños frente a ella, su pequeño Derek estaba sentado en el césped con el bebé de seis meses entre sus piernas jugando con las hojas que caían de los árboles, haciendo reír al menor cuando Derek las partía a la mitad. Se veían tan adorables que no se resistió a tomar algunas fotos junto a su amiga.
"Estoy segura que la maldición se romperá" dijo Claudia a su amiga que asintió de acuerdo. Por fin llegaría a su fin esa maldición que les había caído a las dos familias.
....
Dentro de la casa de los Hale's, a mitad de una cena por la noche a acuerdo de todos. Algunos estaban en el patio mientras dos estaban dentro de la mansión.
"Ven Stiles" le llamo el moreno al pequeño de un año que se levantó del suelo con ayuda de sus manos y dió unos pasos a él con una sonrisa, el otro niño sonrió y se acercó a tomar sus dos manos por detrás para caminar junto a él hasta el patio.
"Míralo nada más, con Derek bien que quiere caminar, pero en casa con nosotros prefiere dormir todo el día que ponerse de pie" reprochó la madre del pequeño con una sonrisa.
Derek sonrió afirmando su agarre en las pequeñas manos del castaño que alzó la cabeza para verlo balbuceando cualquier cosa inentendible que le hacía reír a Derek.
"Ya hicieron sus lazos" dijeron los padres tomado unos vasos con whisky.
...
En algún momento tenían que crecer y eso hizo que Stiles cambiará bastante, ya no era aquel bebé gordito y bajito. Había crecido y sus pestañas eran las que encantaban a todos junto a su piel pálida. Pero no cualquier niño de la primaria llamaba su atención tanto como aquel moreno que le iba a buscar junto a su madre con una enorme sonrisa de oreja a oreja, Stiles irradiaba felicidad cuando sus ojos lo encontraban cerca. Y eso mismo paso en ese momento que veía que se acercaba a la puerta de su salón. Se levantó de prisa dejando al niño que se le había acercado solo para correr al moreno que extendía los brazos a él.
"¡Der!" La emoción en su voz aniñada hicieron suspirar a las maestras y más cuando los niños se fundieron en un abrazo cariñoso.
"Stu" le cargo sin serle difícil a sus ocho años.
El castaño sonrió y bostezó al estar en sus brazos "Tengamos una siesta juntos" pidió rodeando su cuello.
"Mamá" llamo a la mujer a su lado que asintió y entro al salón por las cosas del pequeño Stilliski para salir de ahí. Al entrar al coche lo ayudo a sentarse en su silla de seguridad y una vez listo se sentó a su lado tomando su mano.
Thalia miro por el retrovisor a los niños que iban riendo.
Esperaba que esa conexión estuviera para siempre, era lo que las dos familias más querían en el mundo.
Al parar frente a la mansión bajaron y corrieron dentro de la casa hasta subir los escalones sin saludar. Dentro de la habitación Derek se quitó sus zapatos e hizo lo mismo con Stiles que estaba sentado en la orilla de la cama.
"Sueño Der" tallo sus ojos dejándose caer sobre la cama por completo.
"Ya voy Stu" se subió junto a él y lo abrazo.
...
Quince y diecisiete, una diferencia de dos años que se llevaban, mientras uno empezaba la preparatoria el otro estaba a un año de finalizarla. Pero esa diferencia no termino con su amistad y su cercanía como sus padres querian, de hecho la hizo más fuerte. Derek seguía yendo por él hasta su salón para salir juntos a la vista de todos, algo que había empezado a hacer muy seguido luego de saber que algunos alfas iban a la búsqueda de ese pequeño castaño que no se enteraba de nada. Les sonreía naturalmente sin darse cuenta de lo que les provocaba con ese simple acto.
"Ya puedo irme solito Derek" refunfuño el castaño cruzado de brazos.
"Tus padres me pidieron cuidarte y eso haré" contestó echando una mirada sobre su hombro al sentirlo, un chico iba con un sonrojo detrás de él con una carta en sus manos. Gruño bajo, saco su mano de su bolsillo y la estiró al frente, los ojos whisky al verla sonrió y descruzo los brazos para entrelazar sus dedos con los contrarios. Le encantaba mucho tomar su mano "Además me quieres ¿Verdad?"
Stiles asintió con un leve sonrojo "Claro que te quiero Derek" el moreno sonrió mostrando sus dos primeros dientes de arriba que hicieron sonreír más al castaño.
El chico de atrás se detuvo a mitad de pasillo bajando su mano con la carta decepcionado al escuchar esas palabras. Ese castaño ya quería a alguien.
Siempre funcionaba preguntar eso frente a aquellos alfas. Stiles era de él, no podía ser de nadie más, se negaba a solo imaginarse no tenerlo un día en su vida. Él lo había cuidado desde pequeño y se encargaría de seguir haciéndolo el resto de su vida. Hasta los padres del castaño se lo habían encargado y no pensaba decepcionarlos.
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La Maldición Rota
RomanceEn una familia sólo a habido alfas, ellos lo toman como una maldición. O Cuando aquella maldición se termina con la llegada de aquel pequeño ser de ojos cafés claros.