CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO

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44: Repercusiones. 


Narrador omnisciente.

Aksel se sintió satisfecho cuando observó a la estúpida Alice ingresar al edificio. Había sido muy fácil matar a su madre y hacer que ella lo siguiera. Aunque en un principio creyó que no serviría de nada, resultó ser muy fácil.

Las personas de confianza de Kurt se encontraban esparcidos por el lugar, esperando una señal para poder entrar.

Hannah alejó a Khadijha de los demás para reprenderla.

—Vas a poner en riesgo a Pablito. —Siseó la rubia.

—¿Quién es ese?

—Pues ese... —La chica señaló el estómago de su amiga, quien de inmediato se tapó con las manos.

—¿Por qué le pusiste un nombre tan feo? No creo que nazca, no lo ilusiones. —Se quejó la chica.

—¿Ya le dijiste?

—No.

—No seas necias y...

La rubia se interrumpió cuando vio como uno de los trabajadores del doctor pasaba a lo lejos arrastrando a Tania dentro del edificio.

Había hombre afuera hablando y mirando a todos lados, estaban un poco en desventaja que estuvieran rodeados de árboles.

Kurt no podía esperar entrar y matar a la persona que le había arrebatado a su esposa. El hombre tenía pesadillas constantes en donde observa una y otra vez la muerte de Keisi. Siendo uno de los peores castigos para él.

No perdió el tiempo y se acomodó con el fusil apuntando desde lejos a los hombres que esperaban. Sus años en la milicia eran de mucha ayuda en estos casos. Por lo que disparó atinándoles a la cabeza o el pecho.

Era señal suficiente para que los demás que estaban escondidos salieran y se apresuraran a entrar al edificio.

Johan miró a sus hijos y suspiró, el hombre no quería que ellos estuvieran ahí. No quería ponerlos en riesgo, pero al mismo tiempo necesitaba enseñarlos que en este mundo solo se gana peleando.

Todos son crueles y egoístas, por lo que ellos tenían que darse cuenta de eso.

Khadijha no perdió el tiempo y se apresuró a entrar a la bodega donde ya se había creado una persecución. Por lo que a la primera se lanzó contra el primero que encontró y le vació casi medio cargador mientras reía.

Para ella ese tipo de acciones le parecían divertidas.

Hannah y Hunter entraron juntos, peleando sin despegarse en ningún momento. Hunter confiaba en su hermana, por lo que no se paraba a revisarla.

La rubia avanzó en busca de su objetivo. Necesitaba encontrar a Alice y Tania. Por lo que se adentró pasando por los pasillos y la cantidad de cajas amontonadas.

—Iré a revisar del otro lado, cualquier cosa me llamas. —Dijo Hunter, separándose por primera vez de su hermana.

El pasillo por el que ella caminaba estaba solitario, solo se escuchaban los gritos y el retumbar de las balas.

Cuando estaba a punto de dar la vuelta y pasar al siguiente pasillo. El cabello castaño que ya conocía apareció en su visión.

Alice caminaba de puntillas sin quitar la mano de la pared, se encontraba de espaldas, por lo que no vio cuando Hannah se acercó a ella. Entonces el golpe que le asestó en la espalda la hizo tambalear.

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