One-Shot 🔥Toji Fushiguro🔥

1. Asesino De Hechiceros

Toji Fushiguro mejor conocido como el asesino de hechiceros en el colegio técnico de hechicería.

Había escuchado hablar de él con anterioridad pero jamás lo había visto. Algunos otros hechiceros habían comentado que se lo habían topado por ahí en alguna ocasión, lo describían como un hombre grande y demasiado fuerte.
Toji se había hecho a conocer porque ya había matado a varios de nuestros compañeros, hechiceros de diferentes clases habían sido asesinados por él pero nadie sabía porque razón con exactitud. Al desconocer estas razones, todos estábamos en peligro, pues parecía una masacre de hechiceros sin motivo, que de por si, tampoco es como que hubiese demasiados hechiceros para nuestra propia desgracia.

A nosotros los hechiceros de primer grado, se nos había dado una indicación de tener extremo cuidado con este hombre, que al parecer no era un brujo, por eso no se referían a él como una persona con energía maldita, o al menos eso es lo que yo había logrado entender por aquello que escuché acerca de su fuerza sobre humana. Siendo honesta parecía que estaban hablando de un completo mounstro.

La indicación de tener cuidado y pedir refuerzos que se nos había dado tenía que ser siempre lo primordial que había que hacer en una misión fuera.
Incluso Nanami me había comentado que Satoru había tenido problemas al enfrentarse a él hace un par de años.
¿Cómo eso era posible? Satoru era el hechicero más fuerte de todos, y aún así el asesino de hechiceros lograba darle problemas. Eso sí que era estar jodidos.

Un par de semanas después mientras yo regresaba al colegio técnico de una misión exitosa para llenar los reportes correspondientes, me tope a un hombre extraño por una zona peligrosa de la ciudad de Tokyo, para mi mala suerte yo tenía que cruzar por ahí debido a que la otra ruta era aún más larga y yo no quería perder tiempo en esas idioteces.

El tipo había asesinado recién a unos cuantos hombres de una pandilla, de echo estoy segura que era toda la pandilla, él no tenía un un solo rasguño y el último hombre que estaba moribundo lo tenía él colgado de una mano en el piso, totalmente ensangrentado y pidiendo perdón, gritando cosas como "no haré esto nunca más" o que le serviría si lo dejaba vivo, cosa que claramente llamó mi atención.

Yo me quedé mirándolo aturdida, su silueta era grande, de más del metro ochenta, se veía con una gran musculatura, una espalda ancha y unos brazos grandes y marcados de músculos y venas que resaltaban, logre ver también una cabellera negra, no lo podía mirar con más detenimiento porque él estaba en una parte oscura de un callejón mientras yo iba por la banqueta.
Él se quedó mirándome y lo escuché decir: - ¿Que mierda estas mirando?-

Yo me quedé sorprendida, no creí que me fuera a hablar, tal vez me había quedado mirando con mucha atención.

-Vaya, eres una hechicera, no?-
Yo lo mire confundida mientras él sólto un golpe fuerte en la cabeza del sujeto que tenía en colgado de su mano para después tirarlo al piso completamente y comenzar a caminar hacia mí de manera tranquila.

Al ver que se acercaba me alarme, ¿cómo el me reconoció? Eso fue lo que me puso de nervios.
~Y tú como sabes que soy hechicera?~  le pregunté en respuesta a lo que me había mencionado, no tenía caso que le dijera que no era, si lo dijo era porque lo sabía.

-Por tu uniforme, lo reconozco perfectamente. He visto muchos-
Cuando menciono esas últimas tres palabras sentí que se me helaba la sangre, sin duda era él, cumplía con la descripción que me habían dado antes y además yo no sentía su energía maldita, no sentía ni siquiera una pizca de energía maldita en él. Yo en un movimiento rápido me puse en posición de guardia cuando lo miré acercarme aún más a mi, para ese punto a él ya le daba perfectamente la luz de la lámpara de la calle, y joder, tenía una cara hermosa, rasgos finos, unos ojos color verde olivo, unos labios bien definidos con una cicatriz que lo adornaba, estaba lleno de sangre y aun así conseguía verse jodidamente bien, casi como Satoru, incluso, creo que su silueta musculosa se miraba mejor. A pesar de tenerlo tan cerca yo solo estaba preocupada, no sentía temor, por alguna razón no percibía hostilidad hacia a mi pero aún así estaba en guardia.