El temor de las familias por los sucesos recientemente ocurridos inunda la ciudad, nadie sabe cómo ha ocurrido, ni cuándo pueden volver a atacar, ni quién ha sido, ni por qué, nadie sabe una explicación. Mis padres me han advertido de que no salga por la noche sola y que no me aleje de nuestra cabaña para jugar, cuando es de día no me da miedo salir a la calle ya que todas las desapariciones han ocurrido por la noche pero aún así siempre que salgo lo hago con Rawing, mi mejor amigo, un elfo de mi misma altura con el pelo blanco como la nieve, con unas orejas puntiagudas llenas de pendientes y unos ojos amarillos, nos conocemos desde pequeños ya que vivimos en la misma zona, el al ser un elfo vive en una pequeña casa de madera en el bosque y mi familia y yo al ser ninfas Meliadíes vivimos en casas en lo alto de los fresnos.Los padres de Rawing se encargan de la agricultura ya que son elfos y tienen esa función, los mios en cambios son hadas y su función es satisfacer a la reina de una forma más directa que cualquier otra criatura mágica, las hadas se encargan de ayudar a la reina con sus vestidos, con sus peinados, le ayudan a mantenerse bella, reparten sus mandatos...
Se comienza a escuchar el carruaje de la reina venir, se escuchan las ruedas pasar sobre las piedras y la tierra del bosque, me asomo a la ventana de mi casa y puedo verlo llegar, el majestuoso carruaje azul y blanco, con dos duendes a los lados tocando el instrumento real para que la gente salga a ver a la reina, el carruaje se para en mitad de la aldea y la reina sale de este.
-Ciudadanos, desde el Reino somos conscientes de los sucesos que han ocurrido recientemente y lo sentimos profundamente, por ello queremos que sepáis que la seguridad en las calles va a aumentar y que a cualquier ser que veamos sospechoso automáticamente se le llevará a calabozo y allí será torturado por los duendes.-Explica la reina
-¡Lo que tienen que hacer es cortarle la cabeza a esos hombres lobo, ellos son los responsables de la desaparición de niños!- Exclama un hombre desde la calle y mucha gente aplaude y exclama que tiene razón.
-¡No, lo que tienen que hacer es quemar a todas las brujas del Callejón Addon, ellas son las culpables de esto, están cogiendo a nuestros niños para hacer pócimas!-Exclama una mujer desde la otra punta de la calle y otra mucha gente la aplaude y exclama su aprobación.
-Ciudadanos calmaos, no podemos asesinar a todos los hombres lobos y a la viejas brujas ya que realmente nadie sabe que está pasando, nadie a visto nada, por el momento solo os puedo prometer que la seguridad aumentará considerablemente y que se implantarán nuevas normas para paralizar esto, conforme la situación vaya avanzando se verá que hacer pero por el momento esto esto.-Dijo la reina Annebris, sucesivamente le hizo una señal a los duendes, estos emitieron un ruido con sus instrumentos y ellos y la reina se volvieron a ir en el carruaje.
-¡Bella! ¿Vamos a el Árbol Dorado? Por aquella zona ya están empezando a salir las primeras setas del año-Me dijo Rawing que estaba debajo de mi casa
-Rawing, pero eso está muy lejos ¿No acabas de escuchar a la reina Annebris? Es peligroso ir tan lejos.
-Pero aún es de día, además podemos llevarnos a Pitu y así estar protegidos.
Pitu es la mascota de la familia de Rawing, es una rata gris, siempre nos ha acompañado a mí y Rawing, cuando éramos pequeños nos subíamos encima de ella para que nos llevase a casa e incluso una vez gracias a ella nos libramos de un troll que había en el Viejo Manantial, pero esta vez no estoy demasiado segura de que Pitu nos vaya a poder proteger.
-Rawing, quizás esta vez esto está fuera del alcance de Pitu, no sabemos que es y tenemos que llevar cuidado, además si mis padres se enteran que me he ido tan lejos me dejaran encerrada en mi casa de por vida.
-Pero el Árbol Dorado tampoco está tan lejos, además no nos tiene por qué pasar nada y en el caso de que viéramos algo raro estamos a tiempo de salir corriendo, aparte nos podríamos esconder entre las setas.
-Rawing odio que a veces seas tan convincente, dame un momento que coja mis cosas y salgo, pero vamos lo más rápido posible, cogemos cualquier seta para hacer sopa esta noche y nos volvemos.
Me dirijo hacia mi habitación, cojó mi mochila y metó los utensilios necesarios para coger setas, después me cuelgo la mochila y salgo de mi casa. Al salir me encuentro a Pitu acostada en el suelo sonriendo mientras que se come una bola de queso, Rawing y yo empezamos a andar camino de el Árbol Dorado, por el camino contamos las diferentes leyendas acerca del Reino como la del Gran Lobo, esa historia cuenta la historia de un gran hombre lobo, el mayor hombre lobo visto jamás en los 957 años que tiene el Reino, dicen que habita en el Norte del Reino y que cuando caen las grandes nevadas de invierno aprovecha para asesinar y alimentarse de todos los seres que hay a su paso, aunque ni Rawing ni yo creemos demasiado en esas historietas que se cuentan, lo que a él y a mi nos asusta son los dragones que hay en las cordilleras del Noroeste, la gente que los a visto dice que son enormes y que podrían quemar 4 bosques enteros con un simple escupitajo de fuego, además cuentan que sus alas son más grandes que el castillo de la reina.Estamos ya en los adentros del bosque, el color verde del prado está en su máximo esplendor, los gorriones revolotean por los árboles y en el fondo del prado se podía observar el Árbol Dorado con el gran cultivo de setas alrededor. Rawing,Pitu y yo nos estábamos acercando y nos dimos cuenta de que el suelo estaba marcado por las ruedas del carruaje Real.
-¿Rawing crees que es seguro estar aquí?Esto no me da buena espina.
-Quizá podríamos ver por qué están las marcas del carruaje aquí, nos podemos asomar con cuidado.
-Puedo intentar volar hasta lo alto del árbol y asomarme con cuidado-Dije y sucesivamente volé hasta llegar a un punto donde pudiera alcanzar a ver el carruaje, una vez allí pude ver que estaba aparcado al lado de una cabaña de madera con las ventanas pintadas de negro, el terreno de la casa estaba lleno de artilugios punzantes y trozos de leña. La reina Annebris estaba llamando a la puerta de la cabaña y en el carruaje estaban los dos duendes contando unas cuantas monedas de oro mientras que las metían a una especie de saquito de terciopelo, esto no me daba buena espina, parecía un soborno, siempre he sabido que los duendes no juegan limpio.La puerta de la cabaña se abrió y la reino Annebris entró.
-¡Rawing, Rawing! Necesito acercarme más, creo que la reina está metida en todo este lío pero aún no puedo meter la mano en el fuego, espérame aquí.-Sucesivamente fui volando hacia lo alto de la cabaña con cuidado para que los duendes no me vieran y miré cautelosamente a través de una raja que había en un tablón de madera. A través se veía un rincón de la habitación,prácticamente no había luz pero lo poco que se podía observar era una mesa vieja de madera con tarros de cristal encima llenos de una especie de líquido oscuro, además se veía un espejo roto colgado en la pared.
-No, te he dicho que no, esta misma noche tiene que haber otra necesito otro corazón más está noche si quiero poder hacer el ritual de la luna llena. Debe de ser el de una niña.-Dijo la reina Annebris desde dentro de la cabaña, aunque por la lejanía de la voz parecía que estaban al otro lado de la habitación, necesitaba asomarme a ver con quién hablaba, ahora tenía más claro que nunca que la reina estaba detrás de todo esto, lo necesitaba para un ritual pero el motivo no lo sabia. Mire hacia mi lado izquierdo y pude ver cómo había una ventana aunque no podía asomarme ahí ya que las ventanas estaban pintadas y no me iba servir para nada, quizá podría intentar entrar por la chimenea pero tampoco me serviría para nada ya que seguramente me vería la reina, necesitaba otro sitio, es muy posible que en ese lado también hubiera rajas entre los tablones de madera ya que la cabaña estaba muy deteriorada. Necesitaba acercarme así que con cuidado descendí y busque una raja.
No podía creer lo que estaba viendo era una especie de sombra con una especie de marca negra y roja en la zona de la cara, era grande, no tenía piernas y tampoco una forma muy marcada del cuerpo, más bien el final de su cuerpo eran como hilos desilachados.
-¡Ciento cuatro y ciento cinco! Sí está todo-Dijo uno de los duendes que ya había terminado de contar su dinero.
-El pueblo teniendo que cazar para poder comer una carne buena y mientras tanto ellos recibiendo semejante fortuna por ser unos criminales-Dije para mí misma.
Decidí volver con Rawing porque supuse que los duendes ahora que no tenían que contar monedas estarían más pendientes de proteger la cabaña, al volver me encontré a Rawing y a Pitu acostados sobre el prado.
-Rawing tenemos que volver ya, ahora.-Dije alterada
-¿Pero que ha pasado,que has visto?-Me pregunto Rawing extrañado
-Allí al fondo, hay una cabaña vieja en la que vive como una especie de fantasma y estaba hablando con la reina Annebris, ella le estaba diciendo que necesitaba otro corazón más para un ritual. Necesitamos irnos de aquí rápido antes de que lo haga la reina, necesitamos contarle esto al pueblo.
-Vamos rápidos montados encima de Pitu, tenemos que ir a casa del duende Gariel, él sabrá que hacer.-Sucesivamente nos subimos encima de Pitu y rápidamente salimos de allí. El duende Gariel es el duende más viejo del bosque, conoce todos los secretos del reino y sabe qué hacer en cada una de las situaciones ya que su edad y las experiencias de su vida le ha permitido que así sea.
Íbamos muy rápidos montados encima de Pitu y llegamos al bosque en un santiamén.
-¿Bella estás segura de que has visto lo que has visto? Ya sabes que una vez que se lo digamos a Gariel no hay vuelta atrás
-Pues claro que estoy totalmente segura, he visto lo que he visto con mis dos ojos y he odio lo que he odio con mis dos oídos. La reina es una farsante y sus duendes unos vendidos, tenemos que hacer que se sepa porque si no, será el fin de la tranquilidad del reino.-Dije muy segura de mi misma y levante la cabeza, sucesivamente nos adentramos en las calles para ir a casa del duende Gariel.
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Marmai
FantasíaMarmai, un reino habitado por seres mágicos como elfos, hadas, vampiros, brujas, hombres lobo, sirenas... en el que desde hace un tiempo han comenzado a suceder sucesos extraños que están manteniendo a todo el reino aterrorizado. Bella una pequeña h...