1

2.2K 311 43
                                    




Ace, Sabo y Luffy tenían el día planeado: iban a despertarse con el sol, cazar el desayuno y desayunar todos juntos, luego irían a Grey Terminal y buscarían por todo el lugar cualquier cosa que les sirviera para su nuevo hogar, un hogar de ellos y sólo ellos, su pequeño santuario.

Ace y Sabo sabían que la mayoría de las cosas la harían ellos, no importaba, estaban bien con eso de todos modos no querían que a Luffy le pasara algo. Una vez juntaron todo regresaron, el día anterior habían buscado donde construir su casa, Luffy fue quien había encontrado el lugar perfecto, y lo era. Era un gran árbol con ramas gruesas y fuertes, parecía como si los hubiera estado esperando, listo para que construyeran su hogar ahí, no habían raíces ni arbustos en el suelo, podían ahí cenar y estaba a una distancia cercana del río, en caso de necesitar tomar agua... era perfecto. Luffy había estado feliz de haber ayudado a sus hermanos y el resto de ese día brincaba, sonreía y reía.

Ace, Sabo y Luffy estaban construyendo su casa, comenzaron por hacer el piso en el suelo y luego solo anclarlo en las ramas, Luffy y Sabo habían hecho una pequeña apuesta de cuántas veces Ace se golpearía con el martillo, Sabo iba ganando. Estaban colocando las paredes y sólo faltaba ponerle el techo y mover las cosas del lugar de Dadan al suyo. Sabo y Ace también regresarían a Grey Terminal para ver que podían conseguir de decoración.

Luffy vió como Ace y Sabo dejaban el lugar, le habían pedido que acomodara las camas y sus pertenencias, cosa que haría, ayudaría a que su casa se viera bien, a que estuviera bonita. Acomodó las cosas en bolsas y las puso en una esquina, la ropa de cada quien en una diferente, las camas las puso en otro extremo, todas juntas para estar bien seguros. Ya había acabado, no era nada del otro mundo y no se veía especialmente bonita, era simple. Pensar no era su fuerte, estaba consciente de eso, pero no importaba, pensaría hasta tener un dolor de cabeza para ayudar a sus hermanos... y la idea llegó, llegó en la voz de Makino en su memoria, cuando la viera tenía que darle las gracias. Luffy corrió a su bolsa y sacó cosas a diestra y siniestra desacomodando lo que había recogido, no importaba, ya lo volvería a acomodar, después de unos minutos encontró lo que buscaba: pintura. Había cajas y cajas de pintura y crayolas de muchos colores, Makino se las había regalado para practicar su escritura y muchas hojas para hacer dibujos, Ace y Sabo siempre le decían que eran muy lindos, haría de su casa una muy linda.

Durante horas Luffy estuvo pintando un mural en la pared más grande, había manchas verdes, azules, blancas, combinaciones de todos los colores y figuras de diversos tamaños. Estaba a punto de terminar cuando escuchó las voces de sus hermanos aproximarse.

-¡Ace, Sabo, aún no entren!- gritó Luffy lo más fuerte que podía, dejando escapar todo el aire de sus pulmones y apresurandose corriendo de un lado a otro, mojando sus manos en la pintura y exparciendola en la pared, cogiendo mucho aire hasta inflarse un poco y soltarlo para secar la pintura, estiraba sus manos y cogía crayolas para dibujar los detalles y listo, había terminado. Soltando su peculiar risa bajo de un salto y sonrió a sus hermanos anunciándoles que ya podían entrar.

Por otro lado Ace y Sabo no sabían qué esperar, Luffy había bajado lleno de manchas en su ropa y cara, la piel de sus manos y parte de los brazos no se podía ni ver, estaba lleno de pintura y ambos hermanos mayores no tenían ni idea de que es lo que hizo su hermanito en las pocas horas que se fueron.

Los tres subieron la cuerda, uno rebosando de alegría y los dos últimos más cautelosos, rogando que todavía se pudiera parar en su casa del árbol, los dos ya estaban cansados y si Luffy había roto una pared o un pedazo del techo o el piso no tendrían energía ni para ir a cazar la cena.

Ya estaban arriba, Ace y Sabo estupefactos siendo recibidos por los grititos de emoción de Luffy y lo que sea que era lo que estaba en la pared de enfrente.

-¿¡Les gusta!? Yo lo hice solito, ¿a que quedo padre? ¡Ahora nuestra casa está bonita! -

Ace no sabía que decirle a su hermano, siempre le decían que sus dibujos estaban lindos aunque nunca supieran qué eran hasta que Luffy les explicara, sin duda no esperaba que sus cumplimentos terminarían en este mural de arte abstracto o lo que sea que fuera.

-Muy lindo Luffy, tienes toda la razón ahora la casa del árbol está perfecta. - lo felicitó Sabo. Ace sólo pudo mirarlo con la boca abierta, hasta donde él sabía Sabo tampoco había entendido nunca sus dibujos, aunque si a Sabo no le molestaba y a Luffy le hacía tan feliz aunado a que la casa seguía en buenas condiciones y no había ningún daño hecho, Ace supuso que no había problema y sonriendo añadió:

-Vaya Luffy, ahora si que te has excedido, ¿cómo lo hiciste tan rápido para que saliera tan bien?

La sonrisa de Luffy se hizo aún más grande, Ace estaba seguro que eso sólo se podía a los poderes de la fruta del diablo, también parecía que Luffy brillaba, quizá ese poder era de Luffy sólo, no importaba, una sola sonrisa hacía que Ace se calmara, que cualquier preocupación o tormento desapareciera y si mentirle y decirle que lo que había en la pared era más claro que el agua era suficiente para hacerlo tan feliz Ace le diría que comprendía hasta la más pequeña mancha del mural.

Sabo veía a Ace, él amaba a sus hermanos y cada día estaba más agradecido con Luffy por haber ayudado tanto a Ace, también sabía que el mayor de los tres sentía que le mentía cuando le decía a Luffy que sus dibujos eran los más lindos y hermosos, pero la verdad es que no lo hacía, nunca lo hizo. Los dibujos de Luffy eran perfectos, estaban llenos de luz y de amor, eran constantes recordatorios de su pequeño sol, eran muestras de afecto y aunque no entendieran bien que es lo que estaba dibujado en esa pared ambos sabían que ese mural hacía que su hogar brillara.

Luffy estaba contento de que a sus hermanos les gustara su pintura, había tardado en hacerla, un lindo dibujo de los tres en el bosque, sabía que la pintura se había combinado en algunos lados y por eso estaba tan feliz que sus hermanos le hayan dado cumplidos. Antes de salir a buscar la cena le echó un último vistazo, observando las manos unidas de los tres hermanos en su mural y sonrió.


A. N.

¡¡Holaaaa!! ¿Cómo están? Llevaba con esta idea ya muchos meses y por fin me di el tiempo de escribirla, la verdad me ha encantado y desde que se me ocurrió el concepto AMÉ la idea, ahora vivo por ella... además quizá público otros shots de este concepto: quizá un regalo para Dadan y Makino antes de que Luffy se zarpe al mar o quizá otros en el Merry Go o en el Sunny... aún no estoy segura si es una buena idea o cómo plantearlo jsjsjs

En fin, besos!

La casa del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora