Estábamos allí, caminando bajo la luna llena en ese parque solitario, hablando de las primeras cosas que llegaran a nuestras mentes, aburridos.
Luego de caminar aproximadamente por una hora, nos sentamos en una banca del parque a seguir conversando.
Al cabo de unos minutos, noto que tu mirada se fija en mis ojos; me sonríes de una manera muy tierna, te levantas y empiezas a correr, haciéndome señas para que te siga; me levanto de la banca y empiezo a buscarte, sin suerte.
Finalmente te encuentro dentro de un tobogán, estabas escondiéndote de mí. Después de varios intentos fallidos para hacerte salir, me animo a entrar en el estrecho lugar donde quedamos frente a frente.
Y allí estaba yo sobre ti, mirando tus ojos cafés mientras pensaba si lo que estaba a punto de pasar era correcto. Me dejé llevar, y te besé, dejándome arropar por tu tibio abrazo, notando que tu inocencia poco a poco desaparecía.
Pasó lo que tenía que pasar; hicimos el amor en ese parque bajo la luz de la luna llena donde luego me quedé dormido, y al despertar estoy en mi cama, en mi cuarto, en mi casa; dándome cuenta que todo fue un sueño. Mi sueño de luna llena.