Las Sombras de Romanoff (Natasha Romanoff y Tú)

Capítulo 6: Deseo 2

_______ POV

Honestamente no creía nada de lo que Romanoff había dicho, su fama no la ayudaba mucho tampoco. Pero tenerla tan cerca de mi, tan pegada a mi cuerpo nublaba cada parte razonable de mi mente, el deseo que sentía por ella era una condena. Quería tocarla, sentir su cuerpo sobre mi, sentir sus manos tocando cada parte de mi anatomía y sentir su tibia lengua lamiendo mi intimidad.

Ella sólo estaba ahí de pie, acorraladome entre su cuerpo y el Bentley, observándome con una sonrisa como si supiera todo lo que estaba pasando por mi mente.

"egocéntrica", pensé.

Podrá ser egocéntrica, pero era una egocéntrica que me ponía caliente, acostarme con Sylvie no había servido para nada, seguía deseosa de su cuerpo, quería hacerla mía así como quería que me hiciera suya de nuevo. Si ella quería jugar, claro que lo íbamos a hacer. Acorté la poca distancia que había entre nuestros labios en un beso hambriento, necesitado de ella, sus manos bajaron hasta mi trasero dándole un apretón para después cargarme y subirme al cofre del auto.

-Ambas sabemos que me necesitas______.- Dijo ella mientras le daba una leve mordida a mi labio inferior.

-No te creas tan importante, Romanoff.- Dije gimiendo su nombre al sentir sus dedos desabotonando mi pantalón mientras rozaba mi clítoris.

-Tu cuerpo me dice lo contrario.- Dijo agachándose mientras bajaba mi pantalón, sus finos dedos le daban atención a mi intimidad de una manera asombrosa, mi cabeza estaba inclinada hacia atrás mientras mis ojos se cerraban cuando se escuchó el sonido de una prenda caer, sentí como un objeto resbalaba fácilmente dentro de mi.

-Te advertí que no me desobedecieras, está vez no seré tan amable.- Susurró en mi oído mientras sentía el dildo moverse lentamente dentro de mí. Un gemido se escapó de mis labios cuando tomó mis piernas jalándome hasta quedar en la orilla del cofre haciendo que aquel objeto me penetrara con más profundidad.

Sus caderas se movían rápida y fuertemente haciendo que el juguete penetrara mi intimidad de una forma deliciosa.

-¡Mierda!- Gemí estando a punto de correrme cuando sentí que Natasha sacaba por completo el juguete, gruñí de frustración cuando supe que no iba a seguir.

-¿Aprendiste la lección?- Preguntó ella burlonamente mientras se subía la falda con el dildo aún puesto.

-Jodete- Le contesté bajándome del cofre mientras subía mis pantalones.

-El castigo pudo a ver sido peor, ______.- Dijo ella con una sonrisa.

-Como te dije, yo no soy como tus putas y tampoco soy tu juguete, así que jodete.- Dije dándole una bofetada. Ella tomó mis brazos colocándolos detrás de mi espalda mientras me acorralaba de nuevo contra el Bentley, si que era fuerte.

-A mi no me vuelves a pegar, se perfectamente que no eres igual a las demás.- Suspiró -Te espero mañana en mi oficina a las 8 de la noche.- Dijo soltándome, caminó hasta la puerta del piloto y se adentró en el auto dándome un guiño final, arrancando el coche hacia la salida.

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-¿Cómo te fue hoy _______?- Preguntó Wanda desde la barra de la cocina cuando entré al departamento.

-Estuvo bien, un poco cansado.- Respondí soltando un suspiro cansado, ella sólo asintió y continúo picando la verdura. Caminé hacia mi habitación decidida a darme un baño, realmente lo necesitaba. Abrí las llaves del agua dándole paso al agua tibia, sentir el agua recorrer mi piel era una de las mejores sensaciones cuando el día había estado algo frustrante y no, está vez no lo digo por el trabajo. Cerré mis ojos intentando relajarme, Romanoff empezaba a ser un problema, era tan estúpidamente egocéntrica, tan necia, tan jodidamente seductora. Sentí como mi mano se movía involuntariamente hasta llegar a uno de mis pechos tomando entre dos de mis dedos uno de mis pezones, solté un pequeño gemido cuando di un ligero pellizco en el.