Década de los noventa
El aire que se respiraba en la estancia olía a tabaco y alcohol. Concretamente casi se podía decir que este provenía de la gran cantidad de botellas de wisky de reserva que había esparcidas a lo largo y a lo ancho de la mesa de madera oscura.
Al parecer los 4 hombres que se hallaban en aquel salón oscuro , con paredes amarillentas a causa del paso del tiempo , y muebles que antaño hubieran sido de un lujo y exquisitez extremos, pero que en aquel momento se veían obsoletos, en mal estado y acumulando partículas de polvo y telarañas.
-Vamos Tony, no me dirás que ahora te hechas atrás - exclamaba uno de ellos, de complexión fuerte y baja estatura , mientras enderezaba su postura en la silla que ocupaba.
El aludido pasa sus manos por su pelo lacio y canoso, como intentando ocultar su incomodidad infundiéndose calma a sí mismo :
-¿Yo? hahaha, por dios Vittorio, no me hagas reír. En los veinte años que llevo al mando nunca he reculado en mis decisiones, y esta vez no va a ser una excepción-.
-¿Ni siquiera sabiendo que empezar a negociar con los clanes de Marruecos puede suponer la pérdida y el enfrentamiento con algunos de nuestros aliados?-. pregunta otra vez , pinchando a Tony-.
-No, ni por esa razón me retractaría, si nos nos apoyan en esto, es que realmente aquellos que dicen ser "nuestros aliados " no lo son tanto, y por tanto , en un futuro nos acabarían traicionando en su propio beneficio. Y como todos aquí sabemos, querido Vittorio, la traición se paga con sangre-.
-¿Entonces damos el visto bueno e iniciamos las negociaciones?-. pregunta .
Los otros dos presentes asienten con la cabeza en señal de aprobación. Responden a los nombres de Federico y Belmin .
-Gracias a tus ideas las cosas cambiarán por aquí , entiendo que los que llevan en esto toda la vida se sientan reacios a cooperar con un mercado que es nuestro mayor competidor, pero hay que arriesgarse . Ya sabes el dicho, quien no lo hace , no gana -. exclama Vittorio dirigiéndose a Tony-.
- Exactamente, ellos nos surtirán de más fardos para exportar también a Nueva York y a cambio les brindaremos productos del mercado negro que no pueden encontrar en su país-.
-Es una idea brillante Tony -. puntualiza Federico -.
Belmin por su parte se limita a asentir con la cabeza, siempre ha sido un tipo muy introvertido y de aspecto un tanto escalofriante, debido a la cantidad de enormes cicatrices que atravesaban el cráneo de su cabeza rapada. A diferencia del resto , este no era italiano, sino serbio , y había huido de su país a causa de la guerra civil que allí se estaba produciendo, refugiándose en Sicilia.
Tony se inclina hacia la mesa, apagando el cigarro que tenía en su mano en uno de los ceniceros de cristal, y alcanza una de las botellas :
-Servíos muchachos, lo último que quiero es que se pasa sed en mi casa- exclama con una estrepitosa sonrisa-.
-!Papá! , !Papá !, ven a ver el dibujo tan bonito que te he hecho- . dice entrando en escena una niña de unos cinco años , tirando de la camisa blanca de seda que llevaba Tony en aquel momento-.
-Ahora no puedo cariño, cuando acabe iré ¿ vale? . ¿ Y que te he dicho de venir al comedor cuando está papá en sus reuniones eh?-. reprende suavemente Tony a la pequeña, acariciándole el pelo -. Ahora sé buena chica, Alice, y ve al jardín para seguir jugando con Erdim ¿entendido?-.
Alice obedece a regañadientes, saliendo por la puerta principal que daba al patio trasero y zona verde de la casa , para volver junto a Erdim, un pequeño de siete años, que era el hijo de Vittorio.
-Algún día acabaremos siendo consuegros Tony-. exclama Vittorio entre risas -.
-¡Ni hablar!, no permitiría nunca que tu vástago tocase un pelo de mi niña cuando llegue a esa edad -. suelta enfurecido , sentenciando con la mirada a Vittorio, que para la broma de inmediato-.
-¡Oye !, mi chaval no es ningún vástago eh-. Por favor , que estaba siendo irónico, ¿ donde queda tu sentido del humor ?-. pregunta Vittorio -.
- Pero serás tonto, ya sabes que en lo que a su esposa o hija se refiere, Tony no acepta ningún tipo de comentario jocoso -. se mete Federico-.
-¿Y tu quien narices eres para meterte en esta conversación ?-. responde Vittorio de nuevo-.
- Pues alguien más honrado y respetado que tu -. suelta Federico -.
Vittorio se levanta bruscamente, tirando la silla , y agarrando acto seguido por la pechera a Federico , lo que hace que intervenga Belmin para separarlos , ya que estaban empezando a querer darse puñetazos .
Tony se pone en pie, plasmando la sensación de estar profundamente molesto.
-¡Señores!, !ya está bien!, no estamos en un patio de colegio . Como jefe he de deciros que nunca jamás deberéis repetir el comportamiento infantil de esta noche , si no queréis que os eche fuera de la organización -.
Ellos paran de inmediato la pelea, agachando la cabeza y jurando a Tony que no volvería a producirse algo similar , pues sabían que no les convendría enfrentarse a este .
Tony era temido por todos, y tenía tantos amigos como detractores. Era un hombre que no temía a nadie ni a nada y solo tenía un talón de Aquiles en la vida, o mejor dicho, dos , ambos con nombres de mujeres, María, su esposa y Alice , su niña y ojito derecho.
Mientras tanto, en el mundo de los niños, los dos pequeños, correteaban despreocupados por el verde césped.
-No me vas a lograr pillar, soy mucho más rápida que tu -. retaba Alice a Erdim-.
-Veras como enseguida te alcanzo y me tendrás que dar tu juguete favorito. Y como me lo has prometido, no puedes decir que no-.
El chico , muy alto y espabilado para su edad, acaba atrapando a la pequeña, la cual llora de rabia en el suelo.
-Pero Alice, no llores-. dice agachándose y limpiando su cara con un pañuelo bordado-. Te daré mi pañuelo a cambio ¿vale?-.
Alice entra sigilosamente , y va hasta su cuarto de juegos, cogiendo una pequeña cajita de madera .
-Toma -. dice a Erdim extendiéndosela mientras se sorbe los mocos aún a causa del llanto de había unos minutos -.
-¿Para que quiero yo eso? Es cosa de chicas-. dice rechazándola-.
Pero dentro tenía un muñeco en forma de gato, muy suave y achuchable, para acompañar a cualquier pequeño a la hora de dormir.
-Es este mi juguete preferido-. murmura Alice inocentemente-.
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La hija del Capo
RomanceAlice Messina, hija de unos de los capos de la mafia siciliana más temidos de todos los tiempos, comete un grave error a lo largo de sus 23 años de vida, y es que empieza a sentir algo por Erdim Savonarola, sucesor e hijo de un antiguo aliado de s...