Desde que me fui, todos los días son domingo.
Creí pasarla bien un finde,
en una fiesta me ofrecieron un corazón;
lo acepté, creí que iba a opacar el tuyo, pero hoy jueves es domingo.
Me doy cuenta: seguís haciendo sombra,
me doy cuenta y voy a herir al corazón que me regalaron,
igual que vos heriste el corazón que te regalé.
Es que hoy jueves es domingo, te quiero escribir nuestra historia y lloro sobre el teclado, no quiero otro corazón, no quiero el tuyo tampoco.
Hoy quiero de nuevo mi corazón
como era antes:
antes de irme de vos,
antes de ser la que rompe corazones regalados,
antes de que empezara a llorar sobre el teclado.
Quiero mi corazón como era antes,
antes de que los jueves sean domingo.