En este capítulo veremos la perspectiva del día de Mikellino, por que me falto escribir un poco más de el, se ubica en el mismo día que el capitulo anterior
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Que amargo despertar ha tenido nuestra fusion favorita ¿no? Sin trabajo, con la presión de tener que ayudar a sus padres y dejar de ser un mantenido, oh que tragedia.El de cabellos azabache y rubios se alista lo más presentable para ir a buscar trabajo, y así, ayudar con los gastos mensuales de su casa, se puso unos lentes oscuros para ocultar las ojeras que tenía y salió a la calle.
—Un padre nuestro y que sea lo que Dios quiera — Se encontraba buscando por las calles algún letrero, establecimiento qué mencionara qué contrataban, hasta que encontró algo que llamo su atención.
"Comisaría estatal"
¡Eso es! ¿Como no lo pensó antes? Después de todo, ser policía era casi igual a ser un héroe ¿no? — Bien, tengo mis datos y muchas ganas de chambear — Puso una gran sonrisa, tomo aire y entro a la comisaría— Buenas tardes ¿necesita algo? — un joven de cabellos azabache con mechas moradas se encontraba en la recepción de la comisaría, con los ojos puestos en una computadora, por lo que no vio quien acababa de entrar.
Abrió con sorpresa los ojos — ¿Mayictor? —
— ¿Mikellino? — alzo la mirada al identificar de quien provenía la voz y se paro del escritorio, dispuesto a abrazarlo — ¡Cuanto tiempo! ¿Como has estado? — abrazó fuertemente a la fusión, hace más de 1 año que no lo veía, digamos desde que el contrario había tenido una crisis se había encerrado en su hogar
—Oh si, he estado bien, pero no me esperaba encontrarte en este lugar — examinó el sitio en el que se encontraban con una mueca de confusión —Siempre pensé que ibas a ser un profesor nerd o un científico como Mayo —soltó una pequeña risa
—Seh, yo también creía eso, dejando de lado eso ¿Estas buscando empleo no? Le avisaré a mi jefe que estas aquí, seguro te aceptará
—Gracias Mayi — enbozo una pequeña sonrisa para seguir el camino a la oficina del jefe de la comisaría
—Antes que nada, arreglate ese cabello — detuvo al can tomándole del brazo y ofreciéndole un pequeño peine — Nadie te contratará si te vez como un vagabundo — bromeó
Se dirigió al baño más cercano y empezó a arreglarse aquella jungla qué tenia de cabellera.
—Te vez bien guapo campeón — se sonrió a si mismo en el espejo intentando aplacar esos nervios que generaban la "entrevista"
Y llego el momento más esperado al igual que temido por el can, ver su lo aceptaban para el empleo o empezar a tirar pala con los obreros (Como dice mi profe XD)
"Suerte" le dijo el de mechas moradas al ver que su amigo al fin se dirigía a la oficina.
—Pase — le dijo un hombre ya mayor, unos 45 años quizás.
—Buenas tardes señor, vengo buscando trab- — fue callado bruscamente por ese clásico sonido "chss" qué provenía de aquel señor de semblante respetable