Habitación 315 - Namjin

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Namjoon siempre tuvo más de una inseguridad en lo que respecta a sus relaciones. En la adolescencia sus parejas definitivamente no fueron las indicadas, y él se arrepintió de cada una de ellas, pero todas excepto de Jin.

El chico era un jugoso durazno en su punto: de un hermoso color tan claro como jovial además de una tersa suavidad como madurez. Namjoon fue creciendo gracias a Kim Seokjin al punto de que sus inseguridades se esfumaron poco a poco desde el momento en que se conocieron.

Se sentían enlazados el uno al otro, casi como un rompecabezas. La pieza es solo un pedazo de cartón, pero al unirse con otra igual de solitaria, puede llegar a formar una interesante imagen que junto con otras puede convertirse en algo mucho más grande. Embonados el uno al otro era mejor que nada, aunque aún les faltaran piezas para formar la imagen completa. Entonces cuando más empezaron a llegar, las cualidades, defectos, metas y deseos de ambos se fusionaron para revelar algo más grande que una atracción carnal; algo que se basaba no en lo que veía sino en lo que sabía. Claro, Namjoon jamás dejaría de lado el hecho de que deseaba morder y devorar ese jugoso durazno a cada momento del día, pero también le causaba una gran satisfacción saber que lo suyo siempre iba más allá de un fugaz flechazo.

Una de esas inseguridades durante mucho tiempo había sido que jamás encontraría a alguien adecuado que estuviera dispuesto a dar lo mismo que recibe, fue entonces que exactamente hace dos años y ocho meses, la generosidad encarnada llegó a su vida. Fue como un regalo del cielo. Jin es la persona más generosa que Namjoon ha conocido, la que mejor sabe recibir y la que mejor sabe dar, (al menos a lo que a intangible se refiere, pídele comida y olvidará sus veintiocho adultos años para salir corriendo como un niño pequeño con tal de no compartir). Siempre ha valorado su facilidad para dar a los demás; su tiempo de calidad, interés, talentos y experiencia. Jin siempre sabe sacar lo mejor de sí mismo para ayudar a quien lo necesite.

Fue esa virtud lo que les llevó a conocerse dentro de ese grupo de ayuda al que Namjoon se vio en la necesidad de asistir durante meses hace unos cuantos años. El innato altruismo de Jin, siempre ayudando a personas con fuertes adicciones, deseos de terminarlo todo, de rendirse; su animada empatía y consideración fueron lo primero que llamaron la atención de Namjoon apenas entró por esa puerta y lo vio palmeando la espalda de un adolescente huérfano con una fuerte adicción a la cocaína, Jin le decía una y otra vez que no tirara la toalla, que hay personas además de él que lo quieren y tienen fe en que se mantendrá limpio, en que lo logrará. Fue entonces cuando Namjoon supo que había llegado al lugar correcto.

Por otro lado, claro, esa cara de ángel y buen culo no los llevó a enrollarse en uno de los baños meses después por pura casualidad.

Un aura amable y sonriente rodeaba todo su ser como un resplandor brillante siempre que lo miraba, no pudo evitar revolotear a su alrededor como abeja a la miel. Por fin se sentía seguro en manos de alguien y con el intenso deseo de corresponder y protegerlo también, por fin había encontrado a alguien que le ayudara a sanar sus heridas con paciencia…

Mientras tanto para Jin, las palabras sobraban. No lo dice a menudo pero él suspira cada vez que lo ve, cada vez que Namjoon le demuestra de una u otra forma que lo adora. Tantos años juntos y aún hay aleteos en su estómago cada vez que Namjoon le besa el cuello o acaricia su nariz con la suya. Su determinación por sacarle exquisitos gemidos con inapropiados susurros al oído a pesar del tiempo sigue logrando sonrojarlo. Su sonrisa y carcajadas son cursis cada vez que Namjoon lo ataca con la cuchara queriendo darle de comer como un bebé o cuando su torpeza todavía es un gran caso.

Jin sabe confiar en él como respirar. Era casi una necesidad el lanzarse furtivamente a sus brazos sabiendo que sin falta él lo atraparía, tensaba con fuerza el lazo que los mantenía unidos a la vez que hacía lo mismo con sus zonas más humanas…

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐌𝐨𝐭𝐞𝐥 +𝟏𝟖 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora