La mañana que Jungkook despertó, sus brazos estaban vacíos, Taehyung ya no estaba.
Había llegado al motel a las dos de la madrugada, su encuentro apenas había durado y eran las seis.
En resumen, el maldito se había ido apenas Jungkook se quedó dormido. Ni siquiera tiene auto, ¿quién se sube a un taxi a las cuatro de la mañana en medio de la nada?
¿Tanto miedo al “algo más que jodida” le tiene?
Había sido un tonto por pensar que si lo abrazaba con más fuerza después de que los besos se acabaron y se quedó dormido con su respiración en su oído a propósito lo detendría. La habitación estaba vacía, literalmente lo único que quedaba era la ropa de Jungkook tirada en la alfombra.
Igual que siempre.
¿Por qué había pensado que esta noche sería diferente?
Siempre lo mismo, siempre quedándose sin nada. Tocar su lugar en la cama nunca se había sentido tan vacío. Jungkook se tumba boca arriba y sube un brazo a cubrir sus ojos que de pronto empiezan a picar. Lo había usado, lo había dejado solo de nuevo.
Minutos después, Jungkook se vistió sin prestar real atención a sus movimientos, no tenía otra razón para quedarse más tiempo.
Al salir por el pasillo ya no sintió excitación ni emoción más que un asco por el horrible olor a cigarro barato mezclado con el frío de la mañana. Lo peor es que sabe perfectamente que esto se va a volver a repetir, Taehyung se ha convertido en esa droga que sabe perfectamente que le hace daño y aun así depende como del oxigeno que respira.
Su celular vibró un mensaje en su bolsillo, una sonrisa herida coloreó su rostro pálido de ojeras al leerlo.
«Me encantó guapo. Hay que repetirlo. Llámame cuando estés aburrido»
Y lo haría, Jungkook siempre lo haría incluso sabiendo que una vez Taehyung se aburriera de él lo botaría como el montón de colillas a sus pies.
Se topó duro de bruces con un cuerpo alto en el pasillo por ir mirando el celular, hasta ahora se dio cuenta de que lo estaba apretando demasiado fuerte porque sus nudillos recuperaron el color hasta que alzó la vista para disculparse.
Al menos había sido un joven y no un viejo cascarrabias.
—No hay cuidado, hombre.
Era bien parecido, tez canela, mandíbula alta y bien definida además de extremadamente delgado y atractivo.
Y un rostro tremendamente saciado.
Por un segundo se detuvo a mirar a la chica que salía de la habitación junto con él y una pequeña maleta, igual de jodidamente contenta y un rostro fastidiosamente enamorado mirando a su novio como si fuera el hombre más hermoso del mundo.
Sintió envidia, eran una pareja, se veían felices, Jungkook no tenía eso.
Continuó su camino hasta su auto con esos impersonales celos carcomiendo su interior, odiando a todas las parejas del mundo, deseando algo que jamás podría tener.
Arrancando el auto de camino a algún bar que esté apunto de cerrar por la mañana o al menos a conseguir algo de alcohol que ahogue su miseria, pensó en Taehyung, en sus hermosos labios gimiendo su nombre, en sus delgadas piernas apretando su torso recordando la visión de su miembro entrando y saliendo moldeando a su antojo ese agujero como lo ha estado haciendo durante tantos años; esas bonitas manos a las que tanto les gusta acariciar sus labios cuando están aburridos y ver cómo rebotan cuando juega con ellos, esas bonitas mejillas que se tornan rojas cuando Jungkook se pone romántico y le dice cosas cursis y esos brillantes ojos que pueden ser solo suyos por una noche.
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𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐌𝐨𝐭𝐞𝐥 +𝟏𝟖
Fanfiction¿Qué pasó cuando los chicos quisieron solucionar todo con sexo esa noche? Algunos dijeron que sus respectivas relaciones se hicieron más fuertes, otros que se cayeron a pedazos; pero ellos fingieron que nada pasó en el momento en que el delirio del...