Presentación

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Hola, soy Nora Miller, tengo 15 años, pelo negro, ojos color miel, tengo la piel clara y soy de estatura media. Vivo en un pueblo de al sur de California, Becklet, es un pueblo muy antiguo con muchas leyendas y mitos antiguos que van pasando de generación en generación.

Vivo solo con mi padre, ya que mi madre murió en un accidente de coche hace 3 años, desde entonces, mi padre tiene que trabajar casi todo el día, porque antes con el abundante sueldo de mi madre llegábamos a fin de mes, pero ahora nos cuesta más, por eso mi padre está todo el día trabajando, es como si viviera sola, a penas le veo.

Antes de que muriera mi madre, éramos una familia muy unida, pasaba gran parte de mi tiempo libre con ella, le contaba todos mis pequeños problemas y siempre encontraba la forma de solucionarnos, nos pasábamos el día riendo y jugando, cada fin de semana hacíamos tartas que luego comíamos con mi padre jugando a algo...

En el colegio me iba muy bien, tenía una mejor amiga: Crystal Smith, teníamos mucha confianza y le contaba todo. Me iban genial las notas y era una de las que mejores notas tenia de la clase.

Para mi era una vida perfecta, casi nunca estaba triste...

Entonces murió mi madre.

Toda mi vida perfecta se fue a la mierda.

Empecé a tener ataques de ansiedad cada día, deje de comer, estaba todo el tiempo sola ya que mi padre llegaba a casa a las 12am y se iba directamente a la cama para levantarse a las 6am. Mi mejor amiga me dejó de lado para irse con las populares, les contó sobre mis ataques de ansiedad he incluso que una vez intenté suicidarme.

Me volví la loca huerfanita de mi instituto, ni si quiera era huérfana del todo, porque tenía a mi padre, pero así me llamaban. La gente me dejó de hablar porque Crystal llegó a inventar que incluso amenacé a mi padre con matarlo y cosas así, que obviamente son mentira y no tienen ningún sentido, pero la gente le creyó. Dejé de estudiar y empecé a suspender, por suerte, el curso ya se estaba acabando y mis excelentes notas que tenía antes de que mi madre muriera, me hicieron una nota media para pasar de curso.

Al llegar el verano fui a un psicólogo que me ayudó a volver a mis estudios y con el tiempo deje de tener ataques de ansiedad. La muerte de mi madre empezó a doler menos gracias a la ayuda profesional, pero la seguía echando de menos y todavía lloraba su muerte.

Un día, me acordé de que ella de pequeña se solía esconder en un túnel secreto que pasaba por el antiguo pozo del pueblo entrando por una abertura entre unas rocas escondidas que solo conocía ella, era su escondite, así que decidí ir. En la entrada, ya dentro del túnel, estaba lleno de cosas de ella: cuadernos, muñecas, piedras pintadas, colores... Para mí era como si ella estuviera ahí, por eso empecé a ir cada día después del colegio y estar un rato ahí, con sus cosas, era como su estuviera con ella. 

Hasta que un día...

El esconditeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora