Cápitulo 2

32 8 10
                                    

La alarma de mi móvil empieza a sonar, despertándome. Con mucha pereza, me levanto de mi cama y me dirijo hacia el armario en busca de algo para ponerme. 

Cojo una sudadera negra y  pantalones negros de deporte. Me visto rápidamente y me pongo mis zapatillas deportivas blancas.

Salgo de mi habitación mirando la hora, en 15 minutos tengo que estar en clase. De mi casa al instituto hay unos 10 minutos andando, así que me quedan menos de 5 minutos para desayunar.

Me preparo un zumo de naranja y unas tostadas con mermelada. El zumo me lo bebo rápidamente y cogiendo mi mochila de clase le pego un mordisco a una de las tostadas. Cojo la otra y salgo de casa rápidamente.

Me voy comiendo mis tostadas tranquilamente mientras miro mi teléfono móvil, ignorando a la gente a mi alrededor. Total, siempre suelo pasar desapercibida.

Escucho a un grupo no muy grande de gente riéndose un poco más adelante. Levanto mi cabeza para saber de que se estaban riendo.

Todos los del grupo me estaban mirando mientras hablaban entre ellos y se reían. Eran Crystal Smith, mi ex mejor amiga y su nuevo novio Jacob. También había dos chicas más, amigas de Crystal.

Les pasé por el lado rápidamente mirando hacia el suelo y escuchando sus comentarios desagradables.

-Anda, pero si aquí esta la huerfanita- dijo Crystal riendo.

-Trozo de mierda, ¿a donde vas tan rápido, eh?- dijo Jacob, acercándose a mi.

El miedo recorrió todo mi cuerpo porque sabía que me iban a pegar.

Las dos amigas de Crystal me adelantaron y me cogieron los brazos. También tiraron mi mochila al suelo.

Al levantar la vista, vi a Jacob delante de mí. Me pegó una patada y me tiró al suelo, empujándome. Siguió pegándome patadas mientras me insultaba. Empecé a llorar.

Una de las chicas cogió una de mis tostadas, la cual estaba en el suelo y me la restregó por la cara, por el pelo y por la ropa. 

-¡Por favor, parad!- exclamé entre sollozos.

Me puse a llorar más fuerte mientras Jacob seguía pegándome. 

-Bueno huerfanita, por hoy ya hemos acabado, pero no pienses que será la última vez que te haremos esto.

-Ahí te quedas imbécil- dijo Crystal.

Seguí llorando mientras me levantaba y me retiraba la mermelada que tenía por encima. 

No quería llegar tarde a clase, así que cogí mi mochila y me dirigí hacia mi instituto rápidamente. 

-

Al salir de clases, me crucé con Cameron. Él simplemente se limito a mirarme durante un segundo y pasó de mi.

No hemos vuelto a cruzar ninguna palabra desde aquel día en el túnel. Ya habían pasado dos semanas de eso.

Yo no sé si él ya lo ha olvidado, pero yo desde luego que no.

Desde ese día, no he vuelto a entrar al túnel, lo echo mucho de menos, pero tengo que admitir que me da bastante miedo por si me encuentro a esos señores.

-Escúchame bien, huerfanita o como sea que te llames en realidad, cuando esos señores pasen por delante de la entrada a este pasadizo y se alejen, sales corriendo lo más rápido posible hacía la entrada y te vas a tu casa, y nunca has estado aquí.

-Ya, pero es que si que he estado aquí- reproché.

-Me da igual, vas a hacer eso, por el bien de tu vida, a no ser que quieras acabar en el cementerio con tu madre.

El esconditeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora