I'll be your cigarette [Satoru/Shouko]

Parte única.

No había más que hacer, por lo que salió de la morgue del instituto a fumar fuera, o esa era su idea inicial.

Pues resulta que afuera, estaba Satoru, sentado en uno de los escalones de piedra. Ese cabello albino era inconfundible para ella.

- Creí que estarías con tus estudiantes – dijo, a modo de saludo, sentándose a su lado en el escalón –, o descansando.

- Mis estudiantes están descansando, y ellos fueron los más afectados – respondió él, pasándose una mano por el cabello. Esa noche había decidido usar los lentes oscuros, que a veces usaba –. Hoy sólo tenía ganas de ver el cielo.

- Ya veo – respondió tranquila, y sin prisa, sacó la cajetilla de su bata y por consiguiente, un cigarrillo.

- Creí que lo habías dejado.

- ¿Mmm? – el cigarrillo lo tenía en sus labios, mientras sacaba el encendedor del bolsillo de su pantalón.

- Nunca entendí por qué fumabas.

- ¿Debe haber una razón? – cuestionó, acercando la flama a la punta –. No lo hago siempre – apagó el encendedor, guardándolo en el bolsillo de su bata con vagancia. Dándole la primera calada para luego exhalarla en otra dirección –... Me recuerda a cuando era adolescente, me da un poco de nostalgia... ¿Quieres?

Detestaba el sabor, además de que la primera vez que intentó fumar un cigarrillo que ella le invitó, terminó tosiendo y con los ojos enrojecidos. Sin contar las pequeñas burlas que vinieron por su patético intento.

Shouko lo miró ligeramente sorprendida al verlo tomar uno de los cigarrillos de la cajetilla, pues sólo le había ofrecido por cortesía, pero bueno, no se quejaba. Cuando al final puso el cigarrillo en sus labios, se acercó a él, apoyando la punta de su cigarrillo con la suya.

Una acción a la que llamaba, beso de cigarro... Aunque en verdad, sólo lo había hecho por pereza a sacar el encendedor y prenderlo.

Le dio una calada, degustando el sabor amargo del tabaco, y exhalándolo.

- Lo hiciste mejor que la primera vez – le halagó, con una pequeña sonrisa –, ¿fumas también?

- Nunca me ha gustado, sabe amargo.

- Me gusta lo amargo... No pensé que en verdad fumarías un cigarro conmigo, otra vez.

- Prefiero las cosas dulces, aunque te den caries o diabetes.

Ella pronunció un monosílabo a modo de contestación, quedándose un momento en silencio. Lo cual le recordó vagamente su adolescencia; esos momentos después de que Getō desertara.

Y también, las palabras que le dijo.

- ¿...Recuerdas lo que te dije esa vez, Gojō? – exhaló, antes de apagar el cigarrillo contra la piedra fría de la escalera.

Él la miró, en silencio, con su cigarrillo en labios.

- Quiero que me lo prometas, aunque sea estúpido – lo miró, aparentando tranquilidad –... Quiero que este, no sea el último cigarrillo que fumemos.

-... No me gusta el tabaco – exhaló, apagando también el cigarro contra el escalón de piedra, sin prisas –... Y ya te lo había dicho antes, soy el más fuerte. No moriré tan fácilmente.

-... Sigues siendo un tonto, Satoru.

- Así te gusto~, Shouko~.

- Tsk, cállate.

Posiblemente fuese la última vez que Satoru fumase con ella un cigarrillo, pero, no sería la última vez que él la molestase y, la tranquilizara con sus palabras o gestos. Como ahora.

(Porque él, era su cigarro. El último).

-Traumada Taisho

En mi defensa, yo escribí esto antes.