𝙳𝚞𝚕𝚌𝚎𝚜, 𝚏𝚕𝚘𝚛𝚎𝚜 𝚢 𝚛𝚎𝚐𝚊𝚕𝚘𝚜 ✾𝙷𝚊𝚗𝚎𝚖𝚒𝚢𝚊 𝙺𝚊𝚣𝚞𝚝𝚘𝚛𝚊.

✾𝚅𝚊𝚒𝚗𝚒𝚕𝚕𝚊.

—.... Disculpen, pero, ¿puedo ver sus identificaciones? — Antes de poder entrar al reformatorio, los habían detenido en la entrada, Chifuyu, quien iba enfrente, sudaba frío.

Probablemente los confundieron con niños, ya que, muy altos no estaban.

— Primero pierdo el banner de Raiden shogun y luego esto, voy a llorar, Hanagaki-kun. — Te aferrabas fuertemente al brazo de tu compañero, y él, estiraba a su socio de su brazo. Tal vez queriendo decirle que él se encargaba.

Pocos segundos después lo logró.

— Disculpe, aquí tiene. — Takemichi le dio una tarjeta toda mal dibujada al guardia, después tomó a Matsuno de la mano y este te tomó a ti, logrando entrar como un tren.

La reacción del guardia fue tardía, así que, fue fácil entrar, Hanagaki, quien ya había visitado a Hanemiya, no le era difícil saber dónde se encontraba el chico.

Estuvieron en espera unos minutos, si, a diferencia del otro guardia, este les trajo al acusado.

Al ver al pobre chico, tu mano la alzaste a tu boca, cubriendo esta. Era un poco difícil ver a Kazutora con esas esposas en las manos.

— Los dejamos solos. — Dijo Chifuyu, tu solo pudiste tragar hondo, no habías visto a Hanemiya hace más de dos semanas... Y ahora estaba en prisión, ¿qué se supone que le digas? ¿Hola? ¿De verdad apuñalaste a tu amigo?

No, eso sería tener muy poco tacto de la situación.

Te sentaste frente a él, sólo una ventanilla los separaba, él mantenía la miraba hacia el suelo.

— Yo... Te traje dulces, me han contando toda la historia ya... Así que...

— No me veas, por favor... — Dijo sin despegar la mirada del suelo, un escalofrío recorrió tu cuerpo al escucharlo hablar, sonaba tan triste...

— ¿Por qué no? Aún no te pago el helado del otro día, Hanemiya-kun... — No querías ver más el arrepentimiento, tristeza y enojo en sus ojos, así que imitaste su acción.