six.

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Mikey estaba a más no poder con su felicidad, tanto él como su omega se sentían muy tranquilos, y completos. Claro que era raro haber iniciado una relación de la nada con la persona que odió por tanto tiempo. Pero bueno, los caminos de la vida no siempre son como uno los espera.

Aquel día había tenido una cita oficial con Ken Ryuguji, su novio. Y aunque la diferencia de gustos se hizo notar fue muy agradable, terminaron viendo una película, después lo llevó a una feria y ganó un peluche para él. Ya saben, todo muy cliché. Pero Mikey estaba demasiado feliz con eso.

Oh, al final de la noche se fueron a un motel. No todo podía ser miel cuando se trata de ellos dos. ¿Verdad?

De hecho, el omega justamente estaba saliendo del lugar, con una gran sonrisa en sus labios y una mano en su pecho recordando todo lo que había pasado. Fue simplemente hermoso, por fin los dos se habían declarado su amor, y pudo disfrutar de Ryuguji de forma consciente.

Iba muy distraído, pero vio a tres hombres caminando directo a él, Mikey se preocupó, estaba aún lastimado y con un yeso en su brazo, eso no le impedía pelear, pero no quería más problemas.

— C-Camino equivocado, me iré por aquí. — se dio la vuelta nervioso, pero apenas pudo dar un paso cuando un auto se le atravesó. Mikey se sobresaltó cuando las puertas se abrieron, probablemente se le bajó la presión cuando se dio cuenta de que quién estaba allí era el mismo chico de la cicatriz en el rostro. Inui.

— Buenas noches, Mikey. — no se veía para nada contento.

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Sano se encontraba en el auto, en la parte de atrás junto a dos hombres que eran el doble de su tamaño. Se sentía muy intimidado, y tenía miedo por el castigo que podría ponerle Inui, pues le había desobedecido.

— Mikey, al parecer no hiciste caso a mi advertencia. ¿Sigues en contacto con mi jefe?

— N-No, no lo hago. — excelente, era obvio que no iban a creerle.

— No mientas.

El omega estaba pensando que lo llevaban a alguna parte a torturarlo, o enterrarlo vivo. Iba a empezar a entrar en pánico cuando sintió que el auto se detuvo, y para su sorpresa estaban fuera de su casa. Bajó de ahí y le preguntó a Seishu la razón.

— Te trajimos a tu casa y a partir de hoy estarás vigilado. — suspiró. — nadie podrá entrar en la casa, y eso es conveniente para tu recuperación. ¿No?

Mikey lo maldijo en voz baja.

— Esta es mi última advertencia, aléjate de mi jefe.

— ¡No quiero! ¡Me niego!

Ni siquiera sabía de dónde sacó valor para gritarle de esa forma, lo único que sabía es que no podían quitarle su felicidad otra vez. Inui lo miró.

— Los dos prometimos que siempre estaríamos juntos, es por eso que no puedo...

— Si ese es el problema, puedo atenderlo.

Aquellas palabras lo dejaron confundido. ¿Qué significaba eso?

— Escúchame claramente. Los sentimientos que ustedes dos tienen son solo una ilusión debido al celo. Además, debido a la marca los dos supieron de un placer que desconocían, y les ha causado adicción.

Inui le hizo señas a uno de los guardaespaldas para que cargaran a Mikey, lo cual gracias a su tamaño no era un problema. El rubio le quitó su teléfono.

— Para acabar con esto tengo que separarlos.

¿Qué?

— Voy a confiscar esto temporalmente. — señaló el móvil del omega. — Al estar separado de ti mi jefe recobrará su cordura. Así que puedes quedarte tranquilo.

— ¡No bromees conmigo!

Seishu acomodó su ropa, estaba dispuesto a irse ya, sin embargo aunque pudiera ser cruel tenía que asegurarse de que algo así no volviera a pasar.

— Esto es lo que te diré. Sólo eres un omega, no eres tan valioso como mi jefe. El joven Draken es el heredero de la segunda generación, él se convertirá en el líder de la manada. Y tendrá a su lado a alguien acorde a su posición.

Sano se quedó helado. ¿Qué le estaba diciendo ese tipo? ¿Segunda generación? Qué clase de estupidez era esa.

— A pesar de la marca, simplemente está jugando contigo. —

Estaba furioso, pero no porque dudara de Draken, lo estaba por la intromisión que tenía ese chico en su relación.

Iba a decirle sus verdades, de no ser porque Emma salió y miró la escena con una cara de confusión. Si bien ya se había tomado el tiempo de contarle todo no sabría cómo explicar la situación en la que estaba ahora.

— Hermano, ¿Quiénes son estos tipos?

Manjiro iba a decir algo, pero Inui volvió a hablar.

— Podría pasarte algo, ya que en las noches por aquí es muy peligroso. Así que no te preocupes, estarás vigilado las 24 horas. — digamos que salvó la situación, pero sabía perfectamente lo que quiso decirle con eso.

Mierda, quién se cree para decidir si nuestros sentimientos son verdaderos o no.

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Draken llevaba un rato viendo su celular, no entendía por qué Mikey no se había puesto en contacto con él desde anoche, ni siquiera le había respondido sus mensajes. ¿Será que se enfermó? ¿Había sido muy duro con él y se enojó? Una suave voz lo sacó de sus pensamientos.

— ¿Jefe, puedo ayudarle en algo?

El alfa bajó la cabeza, realmente no creía que pedirle ayuda a Inui en eso pudiera servir.

— No, en nada.

— ¿Está listo para ir a la escuela? Permítame llevarlo.

— No es necesario, Inupi. Puedo ir yo solo.

Sin decir más salió de su casa, Inui pudo ver que iba con un humor de perros. Sin embargo, él sabía que fue lo mejor.

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¡Hola! Quería pedirles perdón por tardar tantos días sin actualizar, y porque seguramente me van a querer pegar por este capítulo. En serio lo siento JSKAK. Pero prometo que el siguiente no será tan malo.

𝗮𝗯𝗮𝗿𝗲𝗻𝗯𝗼 𝗵𝗼𝗻𝗲𝘆 ; drakey. ❥˙๑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora