Capítulo#1: El chico nuevo

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He aquí un pensamiento que debería causar una pausa en la vida de todos:
No hay ningún momento que sea privado.
El principio de la pureza:Randy Alcorn.

El sonido de la alarma, sonido que durante toda la semana me hacía molestarme pero el domingo parecía ser algo diferente era un día donde me toca hacer una de las cosas que mas me gusta,danzar. Estaba apresurada por ir al baño por nada de la vida quería llegar tarde. Me di un baño, el mejor de mi semana, al salir fui apresurada a maquillarme algo que me encantaba hacer, para nada era profesional pero algo de práctica si tenía al igual que había reunido dinero durante semanas para comprar los últimos productos de maquillaje, así que tenía más del que me hacía falta pero era de las que pensaba: mejor que sobre a que falte.

Luego de un largo tiempo en el espejo decidí que había quedado perfecta, a la verdad no era una chica encantadora de esas que enamoran a primera vista pero si era linda, era una chica de 19 años, medía aproximadamente 1.66 lo que me hacía una chica promedio, con respecto a mi cuerpo no estaba nada mal y ya que las danzas me mantenían a raya era bastante delgada, mis ojos eran café, mi cabello negro y muy largo jamás lo cortaría, lo amaba, mi piel era trigeña que como cualquier chica, quisiera ser más blanca, si, pero no tenía un color nada mal, muchas veces me decían que parecía chica de telenovela de esas con piel bronceada. Soy sincera me tenía bastante amor propio pero lo que no me imaginaba era que a partir de ese domingo pondría muchas veces en duda ese amor propio.

Como siempre entré apresurada a la iglesia directo al cuarto de litúrgia donde de costumbre estábamos las chicas de las danzas para cambiarnos; usaría uno de los vestidos que más me gustanban, el vestido negro con mangas largas el cual cubría hasta las rodillas y luego seguía una ropa negra que cubría hasta nuestros tobillos pero esta era ajustada al cuerpo se podría decir un pantalón, esto era para cubrirnos porque aunque sea difícil decirlo en la iglesia también hay pervertidos, pero más que todo era para cuidar nuestro templo como siempre nos enseñaban lo bueno no se exhibe así de fácil.

—Vamos las espero en 5 minutos en la casa anexa para orar —dijo la líder

Como siempre la líder llega tarde y nos exige que nos apresuremos, claro solo lo pensaba nunca lo diría en voz alta. La casa anexa se podría decir que era el patio de la iglesia allí nos reuníamos y orabamos antes de salir a danzar en el altar. Todas al borde del desmayo, siempre nerviosas aunque realmente yo nunca me sentí tan nerviosa solo era danzar, puede ser que aún no entendiera el verdadero significando. Ya era nuestro turno. Ese día comenzaba la danza yo sola, la canción era tan sublime que mis movimientos eran completos, llenando cada espacio, eso era lo que más me gustaba de las canciones lentas me daban el tiempo para terminar todos los pasos, así corría la canción y nuestra danza a la vez verdaderamente los pasos salían a la perfección y parejos, a no ser por dos o tres q no encajaban pero la líder los quería en la danza y no se le podía contradecir, hasta que finalmente se oyó el estruendo de los aplausos de la congregación y las personas gritando gloria a Dios, me encantaba ese momento. Ah la verdad era el momento que más amaba del culto, danzar.

Luego de esto íbamos a nuestros lugares teníamos un banco propio en el templo y allí nos sentábamos a escuchar la palabra, que de costumbre la daba el pastor, y fue entonces que lo ví un chico nuevo, nunca antes lo había visto estaba sentado al último banco y sin duda su mirada no estaba en el pastor y menos su atención; me miraba directamente sin ninguna contemplación, sus ojos eran verdes pero era un verde tan intenso q a distancia lo podía notar, su piel era blanca y en su rostro se veían algunos lunares que lo hacían lucir aún más blanco, su cabello era negro, a los lados estaba perfectamente rebajado lo que hacía ver sus orejas que para nada era grandes y en la parte superior lo tenía un poco más largo el cual tenía peinado hacía un lado un poco alborotado, sus labios eran gruesos y con un color que se podría decir que los tenía pintados de algun labial muy natural color rosa, a pesar de estar sentado se podía notar que era muy alto y delgado, llevaba una ropa que lo hacía lucir muy interesante una camisa verde que hacía resaltar sus ojos verdes y un pantalón negro muy ajustado al cuerpo lo que me hizo darme cuenta que debía ser un nuevo convertido o solo alguien sin nada que hacer que tenía curiosidad, pero era perfecto, parecía un príncipe; podía notar que todas las chicas tenían su mira puesta en él, claro solo las solteras y jóvenes, ya que aparentaba tener 20 años como máximo. Estuve todo el culto distraída con el hasta que por fin terminó, pero, ¿para qué? nunca tendría el valor de hablarle a alguien sin conocerlo menos a el que era tan perfecto, aunque me encantaría .Estaba tan distraída para ir al cuarto de litúrgia a cambiarme que por un momento lo perdí de vista así que pensé ,estaba loco por salir de aquí, hasta que alguien interrumpió mis pensamientos .

Caminando directo al bordeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora