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–Si sigues mirándome así harás que me sonroje, aunque –giro su cabeza para mirarla –siempre puedo darte una foto y un autógrafo, o mejor aún, podemos hacernos una selfie juntos –imito una cámara con sus manos – *click click* sonríe.

Eso hizo que Hope comenzará a reírse. Parecía ser un chico agradable, era divertido y muy guapo.

–Por cierto, ¿Cuál es el nombre de esta dulce señorita? –Red hizo una reverencia haciendo que pierda el equilibrio.

–Mi nombre es Hope, Hope Larsen –la chica sonrió mostrando sus hermosos dientes –¿Cuál es tu... –fue detenida otra vez.

–Bueno chicos, siento mucho los retrasos, desde que hicimos las últimas remodelaciones a veces olvido donde está cada cosa, en fin, aquí están las dos cajas, puedes llevarte esto y como no, tu paleta por ser un buen niño –Linda dijo lo último haciendo su voz más fina y lenta de lo normal, provocando así una sonrisa coqueta de parte del joven.

–Muchas gracias Pe-tu-nia, te visitaré más seguido –musitó el chico –y a ti Larsen, espero volver a verte, fue un gran honor –aseguró –y ya sabes, la próxima vez elige las opciones que te mencioné –y así sin más, Red desapareció tan rápido como cuando llegó.

Hope se había quedado con curiosidad, ¿Acaso se llamaba Red? Talvez solo era un apodo, pero eso lo hacía más misterioso, ¿Por qué ese apodo?.
Le daba mucha intriga ese juego que se habían montado en ese corto período de tiempo.

–Ahora sí, soy toda tuya Hope, lindo nombre por cierto. Te explicaré que es lo que te sucedió y que es lo que tendrás que hacer para mejorar, te diré por anticipado, no te vas a morir y no tienes nada grave, así que por esa parte puedes estar tranquila. Vale, te toco el dolor de nivel medio, en este suelen sufrir mareos, temblores, dolor de cuerpo, fiebre, aparición de manchas ya sean amarillas, moradas o rojas, sudoración en exceso, sangrado de nariz y como máximo convulsiones leves, al parecer tu tuviste casi la mayoría. Lo que te apuntaré ahora es lo que tienes que tomar, solo hará falta una Paracetamol por el día después de desayunar y por la noche después de cenar, esto durante tres días y estarás como nueva –explicó entregando la hoja donde tenía apuntado la medicación y la caja de pastillas.

–Esta bien, entonces ¿No me volverá a pasar nada de eso si sigo lo que me ha dicho?.

–Exacto, ya no tienes de que preocuparte, de seguro mañana ya te sentirás mejor, podrás comenzar con tus nuevos horarios y actividades laborales, así que te deseo mucha suerte y espero volver a verte pronto.

–Claro, muchísimas gracias –Hope sonrió e hizo una pequeña reverencia.

–Oh por favor, basta de tantas formalidades, de seguro tenemos casi la misma edad, si haces eso me haces sentir vieja, y mira –señaló en la esquina de su ojo –ahí todavía no hay arrugas y tampoco en mi ceño –ambas rieron ante las ocurrencias de Linda –bueno, ten buen día.

Después de tomar la caja de pastillas y meterla en su bolsillo, Hope salió y sintió la brisa fresca golpear contra su rostro, se sentía bastante bien. Tomó su celular para mirar la hora, se le había hecho bastante tarde, era casi medio día y no sabía como estaría Zander, así que se apresuró para regresar a casa.

* * *

–¿Dónde se habrá metido Hope? –Zander no dejaba de dar vueltas –talvez le incómodo todo esto del desayuno y la charla de anoche –dijo para después caer sobre el sofá.

Ya habían pasado unas cuantas horas desde que Hope había salido y no sabía nada de ella, está vez no sintió nada, fue como si la preocupación se le hubiera ido y le diera igual donde se encontrará aquella.
Zander decidió salir a dar un paseo, quería conocer un poco más a su alrededor, solo tenía información, pero no había podido observarlo personalmente.

Caminaba por la acera mirando todo lo que le rodeaba, habían una gran variedad de casas, algunas bastante llamativas, otras más sencillas y delicadas. Cerca de él pasaba gente que estaba haciendo deporte, otras personas paseando a sus perros, también habían parejas de distintas edades, todo parecía muy irreal, era muy perfecto y eso le daba escalofríos.
Estaba llegando a un puente o algo parecido, se acercó a la barandilla y miro el agua, la luz del sol hacia que tenga un bonito color, el brillo que se veía reflejado hacía que las vistas sean preciosas, tomo una buena bocanada de aire y lo soltó, todo esto le traía paz, le gustaba salir a caminar y observar el panorama, era algo que lo mantenía feliz.

Al lado habían algunas bancas y a unas cuantas cuadras un pequeño parque, decidió sentarse en la más cercana y sacar su teléfono.

*0 llamadas* *0 mensajes*

Apagó de vuelta su teléfono y lo guardo, podía escuchar el ruido de los coches y el sonido que producía el choque de las hojas al ser empujadas por el viento.
Habían pequeñas flores que decoraban el suelo, rosas, rojas, naranjas y amarillas, sus colores eran tan vivos, tan cálidos, inconscientemente sonrió. Zander cerró sus ojos y tiro su cabeza hacia atrás, dejándose llevar por el momento, olvidando lo demás y siendo solo él, encontrando paz en esa pequeño asiento, siendo iluminado por los rayos del sol y refrescado por la brisa.
Era un momento que le pertenecía, podía sentir el cosquilleo crecer en su interior, el pasto rozar bajo sus pies.

Sin Tiempo A Decir Adiós Donde viven las historias. Descúbrelo ahora