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Al parecer algunos vivían en departamentos y otros en pequeñas viviendas, todo se debía a lo que elegían.

Hope y Zander se adentraron en su nueva casa y observaron todo con asombro, era bastante linda y acogedora, era más que suficiente para dos personas.
Los dos recorrieron cada parte de la casa mirando todo lo que les rodeaba; habían dos habitaciones, había un baño espacioso, el cuarto de lavandería y luego estaba la cocina, está tenía una isla en medio haciéndola  más grande.
Al parecer también tenían una terraza la cual les encantó, tenía una mesa y sillas, algunas luces decoraban el lugar. Por último la sala, que de hecho fue lo primero que vieron y lo último en lo que se centraron.

Hope estaba bastante nerviosa, todavía sentía sus mejillas arder por aquel abrazo tan repentino, apenas podía mirar a Zander, este parecía bastante tranquilo, ¿Qué estaría pensando?.

–Yo... yo iré arreglar mi habitación–Hope salió sin más.

A Zander no le dio tiempo de hablar con ella, él creía que necesitaban tener una conversación para poder conseguir una buena relación y convivir de manera adecuada, además necesitaba disculparse otra vez y talvez decirle la verdad.

* * *

Ya había pasado tiempo y Hope termino de instalarse en su cuarto, se tiro a su cama mientras descansaba un poco y se sobaba la espalda. De pronto escucho:

"Buenas tarde Hope, esperamos que estés a gusto y te hayas sentido cómoda con lo que te hemos ofrecido, dado que has terminado todo y estás más relajada tenemos que decirte algo. Bueno esto es algo que no podemos decir antes de que se den las elecciones. Se que elegir fue difícil y poco agradable pero esa no es la peor parte...

Por desgracia también hay algo malo para los que eligen..."

Hope abrió sus ojos en modo de sorpresa, ¿Qué no era lo peor?, ahora estaba asustada y sus manos comenzaron a sudar, otra vez.

"Bueno, a medida que pasen las horas sentirás ciertos dolores, ya sea dolor de cabeza, estómago, fiebre, falta de aire o en el peor de los casos desmayos y convulsiones, si llegaras a sufrir demasiado tendrían que llevarte de inmediato al hospital, esto es completamente normal después de ser quien elige.
La escala de dolor o complicaciones que puedan llegar a sucederte suelen variar y depende mucho según la elección tomada. Con esto hacemos referencia a las personas elegidas; si no escoges a nadie la escala es mucho más alta y peligrosa ya que cargas con el peso de dos personas, pocos salen con vida. Sabemos que esto es raro y no tiene mucha lógica pero intentaremos responder las preguntas que tengas".

–¿Ah... ahora voy a morirme?–dijo con su voz entrecortada.

"Hope, no morirás porque tu elección fue buena, el hecho de que hayas escogido a un compañero reduce las posibilidades de muerte y dolor, es verdad que tu cuerpo puede reaccionar de diferentes formas, pero es imposible que mueras por haber tomado una elección como la tuya, así que no te preocupes por eso, ahora lo recomendable es estar atentos de si será necesario acudir al hospital o solo tomar algún medicamento".

Hope estaba algo aturdida, aunque en el fondo se tranquilizó un poco al saber que no podía morir, pero era bastante sorprendente el hecho de que no haya pensado en esa opción, era muy obvio que las decisiones que tomaría tendrían consecuencias.

–Esta bien, yo intentaré estar alerta sobre todo e intentaré cuidarme, gracias–Hope hizo una pequeña reverencia.

"Esperamos que te sea leve y te recuperes pronto, suerte con tu nueva vida y que la disfrutes. No olvides a Zander".

–¿¿Zander?? Creo que debería hablar con él, hablar sobre lo que ocurrió allí y como nos organizaremos aquí.

* * *

En la noche Zander se encontraba sentado en la sala, estaba inquieto al pensar que aquella chica se encontraba ahí, junto a él. Tenía que ir donde ella y hablar, pero ¿Por dónde empezar?

–Zander–se escucho una voz no muy lejana, el chico giró su cabeza, era Hope–Siento interrumpirte, pareces algo pensativo, volveré en otro momento–dio media vuelta y antes de que se pudiera ir él hablo.

–¡No! Espera un momento, tengo algo que decirte, creo que tenemos algo pendiente.

–Si, tenemos que hablar–se acercó a paso lento y se sentó frente al chico.

–Bueno yo quería decirte que...–fue interrumpido.

–Lo siento–Zander alzó la mirada para encontrarse con la de ella–Siento haber sido tan grosera antes, sé que todos estábamos pasando por un momento crítico y que es normal lo que pensabas. No tendría que haberte culpado por elegirla a ella, es normal que lo hicieras ya que ustedes tuvieron buena relación desde el principio, te grité y no tenía razones, quiero que sepas que estaba nerviosa y por eso me lo tome contigo, me pareces un chico agradable y divertido a su modo.
Puede que me haya molestado el hecho de sentirme apartada, ustedes dos tenían una buena conexión y talvez me sentí sola por eso, así que te pido disculpas nuevamente y espero que tengamos una convivencia agradable y serena–sonrió mientras inclinaba su cabeza hacia un lado.

Zander la escuchaba con atención, parecía una chica realmente amable y divertida, ella no debería estarse disculpando. El hecho de que esté hablando con él lo hacía sentir culpable por haberle mentido, incluso después de que ella le haya explicado porque le dijo aquello.

–Talvez me precipité–pensó–¿Y si le di un sermón y ahora le parezco más patética?, talvez deba irme–Hope empezó a acobardarse.

–Bueno... creo que será mejor que me vaya a dormir, estoy bastante cansada y creo que fue un día difícil para los dos–se levantó y se dirigió hacia su habitación, no sin antes decir–¡Buenas noches!

Sin Tiempo A Decir Adiós Donde viven las historias. Descúbrelo ahora