Sara Laporta es la nieta del presidente del Barcelona, Joan Laporta.
Él no quiere perder su sitio en el equipo y ella no quiere que su abuelo la deje ver como una jugadora de verdad, eso que tanto le ha costado.
Camine por la ciudad deportiva con mi abuelo al lado, cuando venía con él a los entrenamientos casi todo el mundo me trataba diferente, cualquiera me tosia igual acababa engrosando la lista del paro. Añádele que mi querido presidente había tenido la genial idea de contratar a mi padre, Jordi Cruyff. Así es para colmo de males era una Cruyff, eso hacía que mi mejor amigo hubiera muerto cuando tenía 13 años, adoraba a mi abuelo Johan.
- Abuelo, voy a bajar a entrenar - Asiente.
- Acuérdate de la comida con el entorno después - Asiento, bajo por las escaleras con paso apresurado y al doblar la esquina choco con algo que me hace caer de culo, en cuanto ve de quien se trata él se pone de pie rápidamente y me ayuda a levantar.
- Lo siento - Dice casi tartamudeando.
- Tranquilo, Éric - Sonríe y eso hace que se revuelva la vida. Nuestros ojos se conectan y sus manos se hacen firmes en mi cintura. Carraspean detrás de nosotros, miro asustada y pongo cara de fastidio al descubrir a Pedri y a Ansu con una sonrisa divertida en el rostro - Voy a cambiarme, os veo ahora - Me alejo rápido con las mejillas rojas, entro a paso rápido y me cambio en tiempo récord. Jordi me agarra el brazo antes de que vuelva a salir del vestuario prácticamente corriendo.
- ¿ Te pasa algo ? - Niego, quito su mano de mi brazo y salgo fuera. La marcha de Messi nos tenia a todos desconcertados. Leo nos había dejado o se había visto obligado. El caso es que él para mi generación era ADN Barça. Los cules nacidos en los 2000 eramos proMessi, por no tener en cuenta el hecho de que Leo era como mi hermano mayor.
Mi vida era eso, levantarme, desayunar con mis padres, estar en la cuidad deportiva hasta las 5 de la tarde, volver a casa y terminar el día ayudando a mi abuelo con cualquier cosa que hiciera falta. A veces tenía la firme convicción de que acabaría casada con uno de los hijos del entorno y sería presidenta del Barcelona.
- Sara - De camino a las duchas me abordo Pedri.
- Dime, cielo - Me siento en el puff frente a mi taquilla.
- Está noche vamos a cenar, ¿ Te vienes ? - Suspiré.
- Os aviso cuando salga del almuerzo con mi abuelo - Asiente. Casi siempre los dejaba colgados - Pedri - El canario se giró - ¿ A qué hora ? - Sonrió.
- Sobre las 8 y media - Dice - En el Blue Spot, la mesa esta a nombre de Éric - Asentí, me pareció extraño ya que Éric no solía llamar para pedir las mesas cuando salíamos. No le puse mucha importancia a eso, ya que como siempre iba tarde. Me duche y me cambie.
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Oí un silbido detrás de mí.
- ¿ Donde vas tan mona ? - Pregunta Gerard.
- Tengo que acompañar a mi abuelo a una comida con el entorno - Digo a disgusto.
