F I V E

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El coche estaba completamente en silencio, uno muy incómodo. La cabeza de Jimin daba vueltas, desde que había subido al auto de su esposo no paraba de llorar en silencio, y contrario a otras veces, Yoongi no lo había consolado para nada, solo se mantenía manejando con una expresión seria y molesta.

Cuando llegaron esperó a que el mayor se bajara primero para tomar un respiro y tratar de controlarse, sabía que no había sido buena idea seguir con los planes de Jungkook, pero aquí estaba y no sabía cómo solucionarlo, eran raras las ocasiones que Yoongi y el se molestaban, y no le gustaba para nada lo distante que el hombre podía llegar a ser con él.

Inesperadamente, Yoongi había salido del coche y se dirigió a abrirle la puerta, salió sin poder mirarlo a los ojos y trató de caminar normal pero sin querer tambaleó y su esposo lo rodeó con un brazo por la cintura, guiandolo dentro de la casa aun sin decir nada.

-¿Cenaron? -preguntó Min- ¿O eso también fue una mentira?

Esa pregunta bastó para que Jimin se sintiera realmente culpable, sin decir nada huyó a su habitación y se encerró en el baño, recargándose en la puerta comenzó a llorar, Yoongi siempre había sido bueno con él, nunca le había mentido y lo cuidaba como si fuera un tesoro, le daba todas las libertades que sus padres nunca le habían dado y le instaba a ser más independiente, sin embargo, sentía que le había fallado.

Si sólo hubiera cumplido con lo que dijo que harían, una cena, ir a un bar y más tardar a las 2 de la mañana estarían en casa, pero no, se había permitido consentir a Jungkook, hacía mucho que el doncel menor no salía pero no pensó en que todo se fuera a descontrolar de esa manera.

A diferencia de los juguetones besos que sus amigos le habían robado en algunas ocasiones, el beso que le dio ese desconocido se sintió asqueroso y había provocado en Jimin un miedo terrible.
Entre sollozos se levantó del suelo y se dirigió al lavabo en donde cepilló sus dientes con fuerza, con su gel de limpieza facial talló su cara, centrándose en restregar con fuerza sus labios, todavía sintiéndose sucio por el tacto no deseado.

Después de enjuagarse y secarse, se miró en el espejo, un puchero se formó en sus labios y entre hipeos por tanto llorar se metió a la tina y se acurrucó abrazándose a sí mismo.

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-¿Llegaron bien?

-Si, Hyung, Jungkook se quedó dormido en el camino -Yoongi hizo un sonidito con su garganta mientras le daba una calada a su cigarrillo- ¿Cómo está Jimin?

-Ebrio y asustado de mi -soltó el humo mientras hablaba- corrió a esconderse en el baño en cuanto llegamos.

-No estés molesto con él, Hyung, Jungkook nos contó que esos idiotas llegaron a molestarlos.

-No estoy molesto con él por eso -rectificó- mi molestia es por creer que estaba en un lugar cuando en realidad estaba en otro, si algo malo les hubiese sucedido nosotros siquiera sabríamos en dónde encontrarlos, gracias al cielo las putas redes sociales sirvieron de algo.

-Aún así no te molestes con él, en ese caso molestate con Kookie, y de esa manera yo te pediría disculpas de su parte y prometería que voy a castigarlo.

-Estoy seguro que tu forma de castigarlo solo lo convertirá en un premio, como sea, me largo a dormir, buenas noches.

-Te amo bro, si no quieres estar con Jimin esta noche puedes prestarnoslo, ayudaría mucho con el castigo que tenemos preparado para Jungkook.

-Vete a la mierda -fue lo último que dijo antes de colgar.

Entro de nuevo a la casa y subió hasta su habitación, miró extrañado la cama vacía y tocó la puerta del baño sin recibir respuesta, suspiró cansado, había sido un día estresante.

My ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora