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No supo cómo, pero de alguna manera había terminado volviendo a casa de sus padres tras una semana de haberse enterado sobre lo del pelinegro de los lindos ojos platas. De alguna manera no se volvió loco en ese instante como había pensado y por Regulus, se quedó en el ministerio buscando alguna forma de destruir al ser inhumano que había llevado a Regulus a su muerte.

Sobrevivió sin su novio por casi dos años sin haber enloquecido por completo. Aunque ahora disfrutaba de torturar, de alguna manera le hacía olvidarse de que una vez Regulus estuvo a su lado para luego irse. Le ayudaba a relajarse.

También no supo cómo ni en que momento, Bellatrix Lestrange lo había reclutado para una misión. Una importante, una de las que disfrutaría según las palabras de la mujer.

Tampoco supo en que momento había terminado en su propio juicio. Con ojos desorbitados, rogándole a su padre para que hiciera algo que pudiera ayudarlo. ¿En que momento había torturado a los Longbottom? Él no podía recordar, la última tortura que recordaba era hacia Walburga y Orion Black, los causantes de que Regulus tomase la marca; aunque esos recuerdos estaban borrosos.

¿Realmente habían sido ellos?

—Padre...— suplico viendo a los ojos del hombre frente a él. Este solo negó decepcionado ante las acciones de su hijo.

—El Señor Tenebroso se alzará de nuevo, Crouch. — escuchó la voz de Bellatrix chillar.—¡Tírenos a Azkaban!, esperaremos a que resucite y vendrá para nosotros, él nos recompensará más allá que cualquiera de sus otros partidarios. Nosotros, los fieles, ¡sólo nosotros tratamos de encontrarlo!—

Él intentó negarlo, que no había participado en la tortura hacia los aurores, pero nadie pareció creerle. Todos lo veían como un loco más, él no estaba loco, solo vació. Vacío desde que Regulus ya no estaba, no loco, no no no, loco no. La locura nunca lo consumiría, pero tal vez ya lo había hecho y el rubio no se había dado cuenta.

Un loco nunca admitiría estarlo.

Terminó en Azkaban, deseando que los dementores se apoderen de su alma; si es que aún tenía una. Deseando y rogando para que de alguna u otra forma Regulus estuviese ahí, haciéndole compañía.

Ahí empezaría a gritar, patalear, llorar y ver el rostro del que alguna vez fue su amado. Ahí sucumbiría cada vez más a la locura en la que ya había entrado hace años, desde la partida de Regulus.

Luego agradecería u odiaría a su padre por haberlo sacado de aquel lugar, por dejarlo bajo la maldición cruciatus. Para luego ser liberado años después por el hombre inhumano que causó la muerte de Regulus. Pero para entonces, la locura estaría tan dentro de sí que ni de Regulus se acordaría y haría caso a Voldemort como si nunca lo hubiera odiado.






















Hasta aquí estar pequeña y triste historia. Tengo más historias pero con happy ending si desean pasar por mi perfil y díganme si les gusta este ship, tal vez escriba más de ellos.

También decir que probablemente edite la redacción de esto más adelante ya que escribí todo cuando se me vinieron las ideas en menos de una hora.

Nos leemos <3

Falling into madness |Bartylus|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora