El destino una vez predicho no puede alterarse, tarde o temprano todo marchará a su curso.
Atsumu era huérfano, por lo menos eso es lo que creyó por veinte largos años. Nunca se quejó de la vida que le había tocado al vivir bajo el cuidado de la igl...
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Estar asustado era poco a como se encontraba Atsumu en esos momentos en realidad.
Por dentro, se estaba imaginando las terribles cosas que podrían hacerle aquellas personas de la realeza por portar un rostro similar -por no decir que igual- al de su líder.
Atsumu estaba a punto de ensuciar sus pantalones de solo pensar en aquellas cosas.
━¿cuál dijiste que era tu nombre? -Aquel chico idéntico a él lo miraba, pareciendole poco relevante que ya se encontraban demasiado cerca del palacio-
━Atsumu -Respondió a duras penas, apretando sus manos en puños ante los nervios-
━¿Solo eso? ¿No tienes apellido? -La mirada de aquel sujeto lo escaneaba como si buscara la mentira en la verdad-
━Solo eso. Como soy huérfano, no tengo apellido. -Oh, cierto. Hace tiempo que no hablaba del tema con alguna persona-
━Bien, Atsumu. Me presento, soy Miya Osamu, príncipe del reino celestial de Inari. -¿Eh?¿Por qué sus nombres eran tan parecidos?- Como puedes ver, hay cosas que no encajan en todo. Siento que hay algo que nos une, y quiero saber si estoy en lo correcto. Pero justo ahora, venimos a traer un mensaje desde mi reino a el príncipe Akaashi, así que tendrás que acompañarnos en ésta aventura.
Atsumu solo quería llorar mientras rezaba para que todo lo que le estaba pasando fuera simplemente un sueño y la Kyo lo levantaría porque se le haría tarde para llegar al trabajo.
Oh, su trabajo.
Hinata quizás estaría llorando y no atendiendo a los clientes o limpiando el desastre que estaban dejando frente al restaurante.
Sin quererlo, Atsumu estaba renegando en voz baja ante la idea de un desorden en el trabajo.
Si nada estaba en orden, el dueño no le pagaría su trabajo.
Oh, esperen, quizás ya no volvería a su trabajo si lo mataban.
Atsumu volvió a temblar de miedo ante el pensamiento.
━¿Vas a seguir temblando? -Osamu lo veía con una ceja enmarcada, curioso del comportamiento de aquel chico-
━¿Vas a ordenar que me maten? -Preguntó sin querer, todo por mero instinto-
━Eh, no. Te llevaré al reino celestial para investigar todo esto. No es normal encontrar a un chico con el mismo rostro que el mío en un reino tan lejano. -Osamu hablaba con tranquilidad, pero Atsumu no se dejaría engañar por palabras-
La hermana Kyo le había enseñado a no confiar en desconocidos.
Menos a alguien con su mismo rostro.
Al llegar al palacio, Atsumu tuvo miedo de bajar del corcel dónde lo habían montado anteriormente. Le entraron unas horribles ganas de llorar mientras un guardia lo bajaba y escoltaban por orden de Osamu.
