Capítulo 3: Manos unidas y sueños entrelazados.

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Capítulo 3: Manos unidas sueños entrelazados.

Los pasillos llenos de productos que muchas veces son de gran utilidad y otras tantas no, pasar por el súper mercado siempre ha sido una tarea difícil para mí y más cuando tengo una hija de seis años que disfruta metiendo todo lo que llame su atención al carrito del súper y claro para explicarle que eso no sirve es una batalle campal, pero siempre es bueno venir con Matt y con Harley al súper aunque la mayoría del tiempo me hagan rabiar disfruto sus gestos de alegría cuando logran hacerme sonreír

-¡Mami! Quiero helado —llega corriendo Harley con un envase de helado de fresas  y Matt atrás de ella con otro de chocolate

-Siempre y cuando sea después de la comida —ella asiente efusivamente aunque tome unas cuantas cucharadas de contrabando apoyada por Matt

-¡Sí! —corre a colocar su helado en la carrito de compras y avanzamos por mas pasillos donde se encuentra lo de higiene personal y Harley como siempre toma los shampoo que más le llaman la atención y por mi parte siempre escojo la crema corporal pero esta vez dejare que Harley le escoja al fin y al cabo quiero dejar atrás viejas manías.

-Piensas mucho —los brazos de Matt me rodean su aliento llega a mi ido llenándome de tranquilidad y un poco de nerviosismo ya que desde que he hablado con Abdiel digamos que mi mente ha tenido una guerra en la cual no hay un acurdo y más porque la culpa de irlo a ver sin Matt me persigue y mi corazón late aun rápido al pensar que está cerca pero aun así soy incapaz de poner mi mente  no puedo aclararla simplemente tiene un conflicto del cual no puedo deshacerme -¿Entonces?

-¿Cómo? —una sonrisa que siento en mi cuello me hace sentir aun peor porque Matt se comporta como un caballero y yo simplemente me siento una traidora ya que no puedo pensar en otra cosa que no sea Abdiel y no sé si será correcto decirle a él sobre Abdiel siento que si le digo las cosas se complicaran pero sino le digo me siento aún más culpable

-¿Qué opinas? —mierda no sé qué carajos está diciendo pero tampoco quiero ser descortés así que asiento dudosa

-Bien entonces nos veríamos el viernes el sábado y una parte de la mañana el domingo pero de ahí hasta el la próxima semana a finales casi del mes —rayo debo de pensar menos y poner más atención a lo que dice, simplemente asiento y Harley llega corriendo con una caja de cereales que son sus favoritos

-Estaba pensando en llevar a Harley al zoológico este viernes o el sábado cuando mejor te parezca —Matt se separa de mí y se pone al frente de donde estoy y me mira con el ceño fruncido

-Claro me parece estupendo este viernes para poder hacer las maletas —no entiendo nada pero lo que mejor puedo hacer es sonreír

-¿Qué te parece Harley? —mi bebé me mira con sus ojos grandes y azules muy emocionados solo asintiendo, le tiendo los brazos y ella me recibe la levanto del suelo y ella me rodea con sus pequeños y delgados brazos del cuello.

-Es un trato lindas —continuamos así platicando y hablando de lo que haremos el viernes al parecer a Harley le emociona mucho y a mí me alegra verla tan contenta aunque estar la mayor parte en el trabajo y ocupándome de cosas del hogar resulta agotarme mucho pero lo que me hace feliz y me doy cuenta que todo vale la pena es cuando veo la enorme sonrisa de Harley y sus ojos emocionados, por otra parte no es como decirle a Harley que de un día para otro va a tener un padre o que Abdiel es su padre resultara perturbador para ella y tampoco quiero quitarle el derecho a Abdiel de ver a Harley crecer pero aun así soy incapaz de pensar simplemente no puedo.

La despedida fue buena porque quedarme en casa sola y con Harley era algo reconfortante ahora solo tenía que armarme de valor para plantearle la situación que va a vivir. Por otra parte resulto que Matt se va una semana con su padre a no sé qué problemas solucionar así que el señor Andrés me dio por así decirlo esta semana que claro creo que se descontaran a mis vacaciones  pero aun así me tranquiliza tener unas vacaciones para mí y para Harley.

¿Si te lo pido vuelves?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora