Eren

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Era un día como cualquiera... El maldito sol, los malditos pájaros, los odiosos llantos de los bebés y el jodido teléfono sonando una y otra y otra y OTRA vez. Acaso esa maldita cuatro ojos no se cansa?

—Más te vale que sea algo bueno para estarme llamando como desquiciada— respondí

—POR QUE TIENES TELÉFONO SI NO LO CONTESTAS?!—que mierdas le pasaba.

—Escucharte hablar idioteces no es mi actividad favorita en las mañanas así que ve al grano— reclame hundido mi cara en la almohada.

—Tienes que venir a la oficina rápido! contrateaalguiennuevo— Con un carajo!

—Que mierdas pensabas contratando a alguien sin mi puto permiso?— esta mujer me va a matar, definitivamente lo hará!

—Si llegas rápido y ves quien es lo entenderás así que apresúrate y luego me lo agradeces.— la muy maldita me corto.

Tome las llaves de mi auto y me subí en el para irme rápido a la empresa, por alguna razón la llamada Hanji me hizo sentir algo extraño, algo como ansiedad pero realmente no se bien que es.

Llegue al trabajo y subí a mi oficina.
Al abrir la puerta todo paso en cámara lenta... Primero, ese aroma que hace mas de 2.000 años no sentía, luego, su mirada sobre mi y al final solo pude escuchar como se presentó...

—Buenos días señor mi nombre es Eren Jeager, la señorita Hanji me contrato. Es un honor trabajar en su empresa— Esa voz que hace tanto no escuchaba...

Sería realmente el? Estoy soñando?

—Un placer Eren, mi nombre es Levi Ackerman y desde ahora seré tu jefe—

Por Favor Eren dime que me recuerdas...

—Eren? Tu me recuerdas?—

Vamos di que si...

—Nos hemos visto antes?, Discúlpeme pero no lo recuerdo.—

Doloroso. Era maldita y jodidamente doloroso.

—S-señor esta bien? Por que llora?—

Por que carajos no me recuerda?

—Disculpe señor Jeager debo retirarme es un gusto tenerlo aquí, espero que su empeño sea favorable—

Una jodida nenita. El hombre mas fuerte de la humanidad corriendo como una adolescente con la que acaban de romper...

Por que no me recuerdas?...

Eren...

Promesa EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora