Promesa Eterna

Un poco mas solo

Narra Eren:

Es extraño, como de repente el mundo deja verse en colores... Como la vida comienza a pasar en cámara lenta... Como tu corazón deja de latir y aún así te mantiene vivo.

Hoy es el funeral de Levi, es horrible tener que prepararse para esto, nunca se está listo para despedir a la persona que amas.

Louis está más callado, tratamos de hablar pero pocas veces es posible sin que un nudo atraviese nuestras gargantas.

Hanji se ve diferente... Realmente no es la misma, es como si Levi se hubiera llevado con él toda la felicidad que la rodeaba.

Todos nos sentimos un poco más muertos... Un poco más solos.

-Louis?- pregunté tocando la puerta de su habitación, lo vi hecho una bolita llorando en su cama, Dios mío... Siento que se me cae el corazón en pedazos. -Louis, bebito, tenemos que ir...-

-No quiero... No quiero ir...- dijo entre sollozos

-Mi amor, sé que es difícil...también me duele mucho pero... Tenemos que hacer esto.- suspire al ver como levantaba su rostro lleno de lagrimas

-E-el va a estar bien? Yo no quiero que el sufra- sus ojos se perdían en los mios

-El esta bien... en este momento nos esta viendo y cuidando como siempre, el nos ama mi amor y jamas nos va a dejar.-

Me vi obligado a salir con mi hijo llorando, lo cargaba en mis brazos mientras lloraba... Solo me soltó una vez llegamos al auto donde lo puse en el asiento trasero.

No debía llorar, no podía llorar...

Llegar al cementerio fue aún más difícil, llevaba a Louis de la mano y en la entrada pude ver a Hanji fumando un cigarrillo mientras miraba a la nada.

-No sabia que fumabas...- mencione una vez llegue a su lado con Louis.

-Solo lo hago cuando estoy triste.- contesto sin mas -Louis cariño, ve con tu tio Armin, necesito hablar con tu padre un momento.-

Obedientemente Louis pidió que le soltara la mano para después adentrarse en el cementerio.

-Como estas?- pregunto ofreciendome un cigarro que acepte sin darle importancia

-Triste. Me siento muerto.- respondí luego de inhalar el humo.

Ambos nos quedamos mirando unos instantes hasta que Hanji callo de rodillas al piso.

-Esto es como la mierda!- gritó desesperada hundiéndose en el llanto -Lo quiero de vuelta! Quiero que esté aquí para gritarme y llamarme cuatro ojos... Eren... Quiero que Levi vuelva...-

Baje hasta quedar a su altura y la tome de los hombros provocando que volviera a mirarme.

-El está aquí.- dije sonriendo a lo que ella correspondió limpiando sus lágrimas y sonriendo lo más que pudo.

Narración:

-Tienes razón... Qué tonta...- Hanji se limpio las lagrimas y se levanto para emprender junto a Eren el camino hacia ese lugar del cementerio, donde todos sus amigos y familia se reunían al rededor de un ataúd.

Se escuchaba al cura dar las últimas palabras a Levi, mientras tanto, Eren pasaba por a cada uno de sus amigos entregando las cartas que su esposo había escrito, finalmente el cura le dio la palabra a Eren quien sacó otro sobre desde su abrigo.

-El día de hoy no voy a decirles cómo me siento, ni lo mucho que está perdida significa para mí. Hoy voy a leerles la despedida del hombre de mi vida.-

Así Eren comenzó a leer la carta que Levi había dirigido a todos los presentes ese día.

Si están escuchando estas palabras significa que esta vez perdí la batalla.
Se lo difícil que ha sido para todos estos últimos meses, lamentó haberlos preocupado tanto.
Como todo soldado hay que saber cuándo retirarse, sentí que mi momento no era este, no después de tener la familia que siempre quise, pense que los abandonada y les dejaba a la deriva sin mí para cuidarlos. Pero ni mi hermoso esposo ni mi bello hijo están solos.
Todos los que se encuentran aquí hoy son parte de la misma familia, son personas con recuerdos y vidas en común, confió ciegamente en mi familia, sé que sabrán cuidarse.
Hay cosas de las cuales pensé que alegraría de librarme cuando ya no estuviera... Pero la verdad que desearía saber que mañana me espera un día como todos.
Con cada uno de ustedes irritándome y alegrándome a la vez.
Cada uno tiene su respectiva carta, no la lean ahora, háganlo cuando se sientan listos para saber qué es lo que tengo que decirles.

Mi último deseo es que se mantengan unidos... En esta vida y en cualquier otra.

Les agradezco por permitirme ser parte de sus vidas...

Nos vemos al otro lado de los muros.

Todos los presentes lloraban al darse cuenta de que, por más que lo quisieran esto era muy real, que el día de hoy, ellos se sentían un poco más solos... no solo perdieron un amigo, compañero, esposo o padre... habian perdido una persona increible.

Llego el momento de retirarse, cada uno con su carta en mano llegaron a sus casas preparándose para seguir con sus vidas.