"Bésame mucho".-"Especial"

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Logro levantarse mucho antes que su alarma sonara, y por los nervios ya suponía que fuera así.

4:15 a.m.

Ya no podría conciliar el sueño de vuelta para esperar a las cinco, así que se puso manos a la obra.

Se ducho, desayuno un cereal, y se preparó mentalmente para lo que iba a hacer.

Se dirigió con prisa a su armario, y entre cajas polvorientas y viejas, logro encontrar su regalo más preciado. Una guitarra, llena de polvo, pero aún en buenas condiciones; paso sus dedos por las cuerdas, volviendo a sentir la emoción de poder tenerla en sus manos. Guardo el instrumento en su estuche que también estaba abandonado entre sus cosas, no sin antes quitarles la suciedad, estaba claro que no se presentaría con esa cosa descuidada.

Una vez tuvo consigo todo lo que deseaba, emprendió su camino al hospital en su coche.

Moria en ansían de solo pensar que lo haría. Incluso la emoción le hacía dibujar una sonrisa en su rostro.

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Llego al edificio, el cielo aún se veía obscuro y los primeros rayos del sol aún no se hicieron notar, pero faltaba poco para que eso ocurriera. Se colgó su instrumento llevándolo en la espalda, se cubrió la cabeza con el gorro de su suéter y con paso nervioso se acercó a el lugar.

Al entrar, noto que no había demasiadas personas, lo cual era grandioso para él, si hacia el ridículo, muy pocos lo notarían.

Se acerco a la chica del lobby para que le diera el permiso para entrar.

- B-Buenas... ¿noches? - Hablo entre risas nerviosas, la chica enseguida le miro y sonrió.

- Buenas Noches Señor USA... ¿En qué le puedo ayudar? - Cuestionó amable, aunque sabia de sobra las intenciones del americano al estar ahí, y por la guitarra que portaba, ya se hacía una idea.

- Mmm...¿puedo ver a México? - Dijo jugando con sus manos, sintiendo como en su estómago se hacía un revoltijo de nervios.

- Claro...- de su escritorio saco un gafete especial y se lo entrego. - No es hora de visita...pero le daré un pase, si un guardia le detiene solo muéstrele el gafete...

- Muchas Gracias. - sonrió aliviado de que la mujer fuera comprensible. Con entusiasmo se puso en marcha a esa habitación de hospital.

Dando vueltas por pasillos y caminando sin complicaciones llego al cuarto donde se encontraba su amigo. Abrió la puerta y no vio la presencia de nadie, solo el tricolor que aun descansaba en la camilla. Antes de entrar miro al pasillo verificando que nadie estuviera cerca, y todo pintaba muy bien, vio su oportunidad y entro.

- Hola...- hablo al mexicano, pero sin obtener una respuesta, USA era consiente que así sería.- Amm...aun es muy temprano, pero no quisiera hacer estó cuando estén todos...- se acercó a la camilla y fue entonces que se percató de algo inusual. A un lado del lugar donde reposaba el tricolor, pudo ver algunos arreglos florales, tres específicamente.

Los examino más de cerca, percatándose que los tres tenían pequeños recados, tomo uno y lo leyó: "Lamento lo que sucedió, espero te recuperes Tequila. ATTE: Vodka". El americano soltó leves risas, le costaba creer que el ruso que conoce sea afectivo con alguien, pero también era de suponer que "Tequila" y "Vodka" se lleven bien. Se giro a otro ramillete de flores: "Has combatido muchas guerras, sé que puedes con esta. ATTE: Brasil." El gran amigo sudamericano, claro que él no se iba aquedar atrás, por el contrario del ruso, el brasileño sí que mostraba cariño y afección a sus seres queridos. Fue por el ultimo arreglo: "Te doy mis más grandes deseos para ti México. ATTE: China", el gran amigo rojo, era imposible negar que ellos dos fueron allegados a pesar de sus evidentes diferencias.

Reinició.- CountryHumans.- T.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora