Capitulo 6.

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A parte de sus sollozos, solo podía escuchar los sonidos de la naturaleza, las hojas de los árboles moviéndose con el viento, los pajaritos cantando, y un pequeño arrollo a lo lejos, era el sitio perfecto para disfrutar de la soledad; pero en su caso, aprovechaba ese solitario lugar para lamentarse y esconderse  de aquel que se hacia llamar su ahora "padre". Nuevamente había tenido un choque con él por pensar distinto, ¿Cómo es posible que ni siquiera le dejara tener opinión propia?

A lo lejos pudo descifrar como pasos se acercaban a donde él se resguardaban, provenían detrás del árbol de donde se escondía, se cubrió la boca para no hacer ningún sonido que lo delatara, tal vez podrían ser soldaos mandados por su "padre" en su búsqueda.

Por un momento los pasos se detuvieron, parecía que se habían ido. Asomo su cabeza por un costado del árbol para estar seguro de que estaba de nuevo solo, pero lo que noto fue una mula reposando a unos metros de él, se quedo confundido, lo que veía era una mula de carga, pero no tenia su jinete.

- ¿Hola?.- escucho una voz detrás de él. Se puso de pie y se alejo de aquel que en una vista rápida supo que también era un niño, aunque un poco más grande que él.- Hola...- volvió a hablar el niño desconocido de una forma animada.

La pequeña colonia limpio su rostro tratando de disimular su tristeza, le dio la espalda al otro que parecía interesado en él.

- Oye, ¿Estas bien?.- cuestiono el niño extraño tratando de acercarse, la pequeña colonia le ignoro tratando de esconder más su rostro para no ser reconocido.- ¿Puedes entenderme?...

- Si...- respondió seco aun sin dar la cara.

- ¡Genial! ¿Cómo te llamas?...- el pequeño por fin decidió verle, el chico extraño y amigable se vestía con harapos de campesino y tenia una bolsa que colgaba de su hombro a caer del otro lado de su cadera y como decoro un pañuelo en su cabeza que le cubría la nuca, teniéndolo frente noto como le ganaba en altura por unos cuantos centímetros.

- No me permiten hablar con extraños...- le dijo aun con desconfianza a aquel niño. 

- Bueno...- extendió su mano ofreciendo al otro un apretón.- Llámame Mexictli...- sonrió en grande invitando al otro a hacer lo mismo. El pequeño lo pensó bastante, había tenido muy malas experiencias con niños de su edad, pero sabia que ese no era como los demás, lo notaba en sus colores.

- Trece Colonias...- acepto el apretón con miedo.

- ¡Colonia inglesa! ¿Cierto?.- pregunto con su mismo animo. El otro se soltó por la fuerza cansado de hacer contacto físico y visual.

- S-Si...- respondió alejándose en un paso, el entusiasmo del otro chico le llego a incomodar, más teniendo en cuenta que hace pocos minutos estaba llorando.

- ¡Eso es increíble! ¡Yo soy colonia española!

- ¿E-Española?.- saber eso le daba más razones para alejarse de él, aun recuerda las múltiples advertencias que su "padre" le había dado sobre los españoles, y los posibles castigos que tendría si interactuaba de forma amena con alguno de ellos.- ¿Qué haces aquí? estas son tierras inglesas...- miro a todos lados verificando que no haya nadie que los viera.

- De este árbol para allá.- apunto al norte.- Es colonia inglesa.- el chico se paso al otro lado del árbol y apunto al sur.- Del árbol para allá, es colonia española...

- ¿Estoy en los limites?...- cuestiono impresionado por ello, él juraría que no se había alejado demasiado de la civilización.- Inglaterra me va a matar si se entera que estoy aquí...

Reinició.- CountryHumans.- T.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora