02 : SONRISA RASGADA E IRREGULAR

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"Viernes 30 por la noche, aproximadamente a la 2:40 horas de la madrugada. La misma persona comete dos asesinatos más, los mató de la misma manera que a sus víctimas anteriores. Esta vez fueron hermanos de la misma edad, adolescentes de 16 años. Como todos los casos anteriores, los rostros son irreconocibles y fueron apuñalados en el corazón. Aún no hay rastro de su llegada o salida, los vecinos no escucharon ni vieron nada. Si alguien sabe algo, comuníquense con la policía local. Estamos haciendo todo lo posible por encontrarlo. Comenzando por las 12 de la noche, hasta las 5 de la madrugada habrá vigilancia policial en toda la localidad."

– Entonces la sangre en su sudadera ese día... Elizabeth escuchaba noticias viejas desde el comedor.

Mientas comía una porción de pizza, pensaba en esa noche del 30 cuando conoció a Jeff, la misma noche que mató a esos hermanos.

– ¿Por qué me dejó con vida? Se cuestionaba constantemente todos los días. ¿Quién me creería si cuento mi historia? ¿Siquiera era una buena decisión?

Esa noche, cuando Elizabeth despertó, seguía tirada en aquel callejón oscuro. Estaba sola, él ya no estaba ahí. Ya han pasado dos semanas desde ese entonces, pero esa no fue la última vez que lo vio. La semana pasada, mirando por su ventana, lo había visto asomándose a las afueras del bosque. Pero no salió de allí, se adentro hasta que su silueta ya no se divisaba.

Ni siquiera pudo contárselo a su mejor amigo Ryozo, no quería que la tratara de loca o algo por el estilo. Aunque, estaba segura de que se lo contaría en cualquier momento, no podía ocultárselo para siempre. De igual manera, él notaría que algo le pasa, ya que desde la noche del 30 ella no era la misma.

Caminaba a paso vacilante por las calles oscuras, donde poco a poco eran iluminadas paulatinamente por las farolas. Poniéndose los auriculares y escuchando a Lil Peep, estaba atenta a su entorno y, por inercia guiaba su mirada hacia las casas donde en ninguno de ellos había ni una sola luz encendida.

Excepto, que una pequeña luz llamó su atención, provenía de una de las habitaciones del segundo piso en una de las casas del vecindario. Pudo observar una silueta dentro de esta, por lo que parecía, esa persona buscaba algo con la linterna de su celular.

De repente, puede ver a alguien trepando por la ventana de la misma habitación. Eso la asustó por un momento, pero no pudo ignorar la situación y seguir su camino, como debería hacerlo.

Elizabeth, pudo ver que algo de lo que llevaba esa persona cae al suelo y, al parecer no se da cuenta en el momento. Aunque sabía que debería continuar su camino, solamente estaba una cuadra de su casa, entonces decidió acercarse a mirar. La idea de caminar por un jardín ajeno y oscuro, hacía que se le acelerara el corazón del miedo.

Con la linterna de su celular, alumbró el césped y encontró el objeto de inmediato, era un cuchillo. Al levantarlo del suelo, pudo sentir una presencia a su lado. Eso la dejó totalmente paralizada debido al susto que eso le causó. Su celular se apagó, se había quedado sin batería en el momento más inoportuno.

– Oh ... eso es mío. Se escuchó una voz escalofriante, pero diferente.

Quiso voltear la vista para mirarlo de reojo, pero ni siquiera tuvo el tiempo de hacerlo. Esta persona la empujó contra la fría y dura pared, sujetándola con fuerza y sin ningún cuidado. Colocándola de espaldas contra él y sosteniendo sus brazos, así bloqueando su vista. Aparentemente esta persona no quería que ella viera su rostro, no quería que supiese quién era.

– Lo siento. Habló Elizabeth con la voz temblorosa.

Este le arrebató el afilado cuchillo de sus manos y lo presionó contra su cuello. Amenazando con cortarlo y abrir la herida que iba cicatrizando. Ella sentía que se desmayaría del miedo, sabía que no era Jeff porque él no se escondía de ella.

De repente, una voz ronca y tenebrosa se escuchó cerca, rebosando de malas vibras. Las palabras parecían no querer salir de su boca, estaba impresionada, en su rostro se veía una expresión suplicante.

Ella intentó zafarse, pero solo logró mirar de reojo a la persona que se había acercado. La pequeña luz que emana la luna iluminó al sujeto con una máscara azul. Por un momento, tuvo las esperanzas de qué saldría viva, pero el chico comenzó a cortar su abdomen, causándole un dolor desgarrador. Sus ojos se llenó de lágrimas, no quería morir así.

– ¿No te molestaria regalarme uno de tus riñones, verdad? Dice el enmascarado cortando su piel, admirando sus gestos de dolor y ansioso por arrancarle uno de sus órganos.

De inmediato, cuando el chico sintió la presencia de alguien mas, dejó de sujetarla y volteo a mirar hacia atrás. El encapuchado con sonrisa rasgada e irregular había llegado y había cometido un grave error del cual se arrepentiría. Solamente Jeff podía lastimarla, no permitiría que alguien más lo hiciera, era su víctima.

– ¿Jeff...? Habló con sorpresa aquel chico, notando que el contrario estaba de muy mal humor.

– Ella es mía. Dijo demandante y con una expresión furiosa acercándose de prisa para empujarlo y pegarle en la cara.

– Ya no, estoy a punto de terminar. Respondió molesto e indiferente, con un orgullo que no le permitiría ser intimidado por nadie.

Eyeless... Susurró acercándose, pensando en matarlo.

Sus ojos penetrantes y siniestros miraban a Jack, su sed de sangre era notablemente aterradora. Jeff estaba aún más enojado, su estado de ánimo empeoró junto con su expresión al ver a Elizabeth agonizando sobre el frío césped.

Se acercó a paso apresurado y apuñaló al chico de máscara azul, el cual también apuñaló a Jeff antes de salir corriendo. Su herida sangraba, pero antes de irse tomó su celular y llamó a la ambulancia, la levantó y la llevó más cerca de la calle.

Elizabeth estaba casi inconsciente en sus brazos y, a lo lejos, se escuchaban las sirenas de la ambulancia. Él no tenía otra opción que dejarla allí y volver al bosque.

No iba a quedarse con ella, pero definitivamente este no era el final. Entonces, antes de marcharse dejó una nota en el bolsillo de su sudadera.

Dolly WoodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora