Cuando tenía la suerte de encontrar a un contrincante que él mismo consideraba digno, su cuerpo experimentaba muchas sensaciones. Su estómago se revolvía al estar cerca de la acción, su nariz echaba metafóricamente vapor por los orificios de la emoción y sus manos se movían por pura inercia hacia sus espadas tratando de desenvainarlas, y así entre tantos tipos de reacciones corporales que se manifestaban. En esa ocasión, ante una escena reiterativa y corriente que ni siquiera lo involucraba, el joven no conocía ninguna de las emociones que lo recorrían... Solo sentía, en relación a la primera circunstancia narrada, la tenue idea compartida del «yo también quiero»
Al igual que el sistema nervioso también quiere bostezar cuando otro lo hace, el instinto de Inosuke se despertaba si implicaba también demostrar sus habilidades, fuerza, técnicas y demás.
«Yo también quiero», «yo también quiero», «yo también quiero», era lo que más repetía el chico jabalí durante el día cuando se sentía "amenazado" por las cosas que desconocía en las acciones de Tanjiro y Zenitsu.Aquel día fue diferente, tanto como para mantenerlo pensativo por horas, rasgo para nada distintivo en él. Había sentido como su instinto de pelea –o el competitivo– dormía, pero aún así aquella pequeña voz en su cabeza, su «yo también quiero», daba vueltas con insistencia. ¿Qué demonios era lo que él también quería? Se agobió al no poder nombrar aquello que sentía querer pero lo tenía en dudas. No tenía claro lo que él también quería. Solo había estado presente cuando Nezuko salió de su caja y abrazó a Tanjiro. Él no quería abrazar a nadie, menos a Tanjiro. Odiaba el contacto físico, no era una presa siendo acorralada ni mucho menos. ¡Él era el rey de las bestias! No era una presa. Tampoco una mascota para dejarse acariciar el cabello como la hermana pequeña se dejaba hacer por el mayor.
"Todas esas cosas eran ridiculeces y él no quería nada de eso . . . " Intentó calmarse a sí mismo, golpeándose la cabeza con ambas manos como si esa estrategia fuese eficiente para eliminar los pensamientos de una mente inquieta gracias a la incertidumbre. Nervioso, corrió hasta la tercera cama y se tapó hasta la cabeza con el fin de quedarse dormido lo más rápido posible con el objetivo de no pensar en nada, menos sobre el hambre que tenía.Para su suerte, fue abrazado por Morfeo muy rápidamente y por horas, así que no se vio en la obligación de pensar por mucho tiempo. Al menos hasta que unos movimientos y quejidos lo despertaron. Gran parte de las noches, Tanjiro era inquieto para dormir. Estando dormido era capaz de hablar y moverse, hecho que asustó a Inosuke al principio, al menos hasta que entendió –con la ayuda del tiempo y las explicaciones de sus compañeros– que no era necesario golpearlo para que deje de "sufrir" dormido.
Esa noche, lo que era una tenue voz diciendo «yo también quiero», se convirtió en algo más fuerte y preciso, interpretándolo como lo que tanto quería y no sabía nombrar. En sus tantos movimientos, el moreno soltó un fuerte manotazo en la cara del jabalí, que no traía su máscara para su desgracia, ya que dolió al ser un golpe desprevenido. Como si aquello no fuera poco, su mano siguió moviéndose hacia lo que parecía ser fuera de rango del peligro, sin embargo, se detuvo en su cabeza. A lo mejor soñaba con alguno de sus hermanos ya que dejó una serie de palmaditas en su pelo, dejándolo con unas desconocidas ganas de más . . .Aquello lo que era evidentemente un accidente por parte de Tanjiro, para Inosuke fue algo muy pacífico a pesar de que le molestaba que lo tocaran sin su permiso. Si odiaba el contacto físico… ¿Por qué se encontraba imitando a Nezuko? Aquella pequeña siempre conseguía sin mínimo esfuerzo lo que él ahora buscaba, entonces asoció que debía imitar sus acciones. Pero, ¿por qué era el único que fracasaba? Con el pasar de las horas su frustración se iba incrementando, lo que hacía que lo golpeara más de lo habitual o le robara su comida cuando este no estaba atento.
Nada funcionaba, el moreno no parecía darse cuenta de lo que quería. Ja, y luego él era el tonto. Si nada funcionaba entonces tenía que pasar al plan B que había planeado. Mentiría si dijera que se le ocurrió solo… La verdad fue que escuchó una conversación de las niñas de la finca Mariposa, en la que charlaban muy animadamente al respecto de “Si quieres lograrlo, tienes que decírselo. Así de simple”. No le interesaban los diálogos ajenos, así que simplemente se fue sin interés en lo que ellas deseaban lograr y esas cosas de niñas. Solo se apropió de esas palabras y las convirtió en su plan B.
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yo también quiero. ʚïɞ [inotan]
Fanfictiondonde Inosuke quiere lo mismo que recibe Nezuko. portada © en tw @suzurisusu